(IAR
Noticias)
13-Febrero-09

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En la foto, el entonces candidato a presidente Barack Obama, es
saludado por el comandante militar en Irak, David Petraeus, a su
llegada a Bagdad, Irak, en julio de 2008. (Foto AP) |
Las maniobras
políticas del presidente estadounidense Barack Obama y sus
comandantes sobre la retirada de Iraq dieron un giro repentino, al
filtrarse una crónica sobre una reunión que mantuvo en la Casa
Blanca el día después de su asunción. Pero ahora esa versión debió
tomarse con pinzas.
Por Gareth Porter(*) -
IPS
L a versión que filtró el jefe del Comando Central
estadounidense (Centcom), general David Petraeus, sugirió que en esa
ocasión Obama requirió tres planes diferentes para la retirada de
tropas, entre ellos uno a 23 meses.
El relato de Petraeus, recogido por los periódicos de la editorial
McClatchy el 5 de este mes y, al día siguiente, por The Associated
Press, parece indicar que el presidente se está apartando del plan
de 16 meses que durante la campaña había dicho que implementaría si
resultaba electo.
Pero al examinarse más de cerca, se ve que no necesariamente se
refiere a ninguna acción de Obama o a nada que haya ocurrido en la
reunión del 21 de enero.
La historia real de la filtración por parte de Petraeus es que la
figura más poderosa en el ejército estadounidense intentó dar forma
a la cobertura periodística de Obama y de la retirada de tropas de
combate de Iraq para hacer avanzar su agenda política. Y, muy
probablemente, también sus intereses políticos personales.
Este analista fue consciente del esfuerzo de Petraeus por influir en
la cobertura de la política de Obama sobre la retirada cuando una
fuente militar cercana al general, que insistió en mantenerse en el
anonimato, ofreció la crónica del comandante el 4 de este mes.
El funcionario militar estaba respondiendo al artículo de IPS "IRAQ-EEUU:
Generales contra plan de retirada de Obama", publicado dos días
antes.
La nota informaba que, en la reunión, Obama había rechazado los
argumentos de Petraeus contra una opción de retirada a 16 meses y
pedido un plan de retirada en ese plazo, y que el comandante había
quedado descontento con el resultado de la reunión.
También señaló que el general Ray Odierno, máximo comandante de
Estados Unidos en Iraq, y el general retirado del ejército Jack
Keane, cercano aliado de Petraeus, habían formulado declaraciones
públicas exigiendo que Obama abandonara el plan de 16 meses.
El funcionario dijo a IPS que, contrariamente a lo dicho en el
artículo, Petraeus había quedado "muy complacido" con la dirección
de las discusiones. Aseguró que Obama no había tomado ninguna
decisión durante la reunión y que no había ninguna señal de que el
presidente prefiriera una opción por sobre otra.
La fuente militar proporcionó la siguiente declaración,
cuidadosamente elaborada: "Se nos pidió específicamente que
brindáramos proyecciones, presunciones y riesgos para el
cumplimiento de objetivos asociados con las opciones de retirada a
16, 19 y 23 meses".
Ésa fue la frase exacta publicada por McClatchy al día siguiente,
excepto por la palabra "específicamente".
La fuente también dijo que Petraeus, Odierno y el embajador en Iraq,
Ryan Crocker, ya habían llegado a una "evaluación unificada" sobre
las tres opciones de retirada y la habían reenviado a la cadena de
comando.
Pero un funcionario de la Casa Blanca dijo el lunes a IPS que la
versión de Petraeus no era cierta. "El presidente no solicitó las
evaluaciones de las tres fechas de retirada", dijo el funcionario,
que insistió en no ser identificado porque carecía de autorización
para formular declaraciones al respecto.
"Él nunca dijo ‘denme tres planes de retirada’", agregó.
La periodista Nancy Youssef, de McClatchy, publicó un relato similar
proporcionado por asistentes de Obama.
"Poco después de asumir el cargo, Obama dijo a sus consejeros que
seguía comprometido con el marco temporal de 16 meses, pero les
pidió que le presentaran los pros y contras de de ésa y otras
opciones, sin especificar fechas", escribió Youssef.
Eso sugiere que el único plan específico para el cual Obama pidió
una evaluación de riesgos fue el de 16 meses, pero que accedió a
considerar otros planes también.
Las declaraciones ofrecidas a este analista, así como a McClatchy,
ostentan una clave obvia en cuanto a que el pedido de las
evaluaciones de los tres planes no procedió de Obama: la frase usó
la voz pasiva. Tampoco logró establecer de modo explícito que la
solicitud en cuestión fue hecha durante la reunión con el
presidente.
Petraeus no respondió al pedido a través del intermediario para
decir quién solicitó los estudios y si habían sido propuestos por
los propios comandantes militares. Youssef observó que "no está
claro quién planteó la idea" de los planes de retirada a 19 y 23
meses.
Insinuando que Obama había pedido los tres planes sin decirlo
explícitamente, la frase que filtró Petraeus parece haber sido
calculada para crear un artículo engañoso.
Uno de los objetivos de Petraeus parece haber sido contrarrestar
cualquier percepción de que está buscando debilitar a Obama en su
política para Iraq. El militar quiere permanecer fuera del foco de
atención respecto de cualquier conflicto vinculado con la retirada
de Iraq.
"Él ha sido muy cuidadoso en mantener un perfil muy bajo, porque
éste es un gobierno nuevo", dijo el oficial militar cercano a
Petraeus.
Pero la filtración de Petraeus también sirve para promover la idea
de que Obama se está apartando de su compromiso electoral de un
repliegue a 16 meses, que ya ha sido el tema dominante en la
cobertura periodística del tema.
Esa idea también justificaría las continuas críticas militares al
plan de 16 meses de Obama, por considerarlo demasiado riesgoso.
En el libro, "The Gamble" ("La apuesta"), publicado este martes, el
periodista Tom Ricks, de The Washington Post, confirmó un informe
anterior en cuanto a que en su primera reunión con Petraeus,
ocurrida en julio en Bagdad, Obama no hizo ningún esfuerzo por
ocultar sus serias discrepancias con los puntos de vista del
comandante.
Según Ricks, Obama interrumpió una intervención de Petraeus para
dejarle en claro que, de ser elegido presidente, debería adoptar un
punto de vista estratégico más global que el del comandante en Iraq.
Ricks, quien entrevistó al militar a propósito de la reunión,
escribió que los comentarios de Obama "probablemente insultaron a
Petraeus". Eso sugiere que el comandante expresó a Ricks cierta
irritación con el presidente por el incidente.
Además del interés de Petraeus y otros altos oficiales en mantener a
las tropas estadounidenses en Iraq por el mayor tiempo posible, el
jefe del Centcom tiene intereses políticos personales en juego en la
lucha por la política sobre Iraq: se lo considera un posible
candidato presidencial republicano para 2012.
Evidentemente, Petraeus creyó que la Casa Blanca divulgaba informes
a la prensa que lo hacían parecer el perdedor de la reunión del 21
de enero.
"Imagino que la Casa Blanca no está demasiado feliz de que esta
información esté allí afuera", dijo la fuente militar, refiriéndose
a la versión que Petraeus había brindado a IPS.
Obama se está conduciendo con cautela en el manejo de Petraeus. Su
preocupación por las ambiciones políticas del general pueden haber
sido un factor en la decisión de nombrar al general James Jones, ex
comandante de la armada, como su consejero de Seguridad Nacional.
"Un par de personas me dijeron que una de las razones para que Jones
fuera elegido fue tenerlo allí como un cuatro estrellas para
contrarrestar a Petraeus", dijo una fuente del Congreso legislativo.
*****
(*) Gareth Porter es historiador y experto en políticas de seguridad
nacional de Estados Unidos. "Peligro de dominio: Desequilibrio de
poder y el camino hacia la guerra en Vietnam", su último libro, fue
publicado en junio de 2005 y reeditado en 2006.
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