|
El primer ministro británico, Gordon Brown,
habla en Copenhague el 17 de diciembre de 2009. |
Las posibilidades de lograr un acuerdo sólido de la ONU sobre el
cambio climático parecían más remotas el jueves, momento culminante de dos años
de negociaciones, después de que los países ricos y en desarrollo se estancaran
en el capítulo de las reducciones de emisiones de gases de efecto invernadero.
IAR
Noticias
/
Reuters
Decenas de jefes de Estado están llegando a la capital danesa para asistir a
la conferencia que comenzó el pasado 7 de diciembre y finaliza el viernes,
cuando debían firmar un nuevo acuerdo para detener el calentamiento global.
Los ministros se han esforzado por elaborar un texto coherente que pueda ser
ratificado por los líderes, pero hasta el momento han fracasado en sus intentos
por salvar sus diferencias sobre cuánto deben hacer los países industrializados
y los emergentes para reducir las emisiones de dióxido de carbono.
La propuesta danesa de dividir las negociaciones en grupos más pequeños para
acelerar los avances se encontró con la oposición de los países pobres, apoyados
por China, uno de los grandes emisores de gases de efecto invernadero, al temer
que sus voces no fueran escuchadas. No hubo avances durante la noche.
"Tenemos una situación grave. Hemos desperdiciado todo un día", dijo el
ministro alemán de Medio Ambiente, Norbert Roettgen, a Reuters.
China dijo a los participantes que no ve posibilidades de alcanzar un acuerdo
detallado para detener el calentamiento global, dijo el jueves un responsable de
otro país involucrado en las negociaciones de Copenhague.
El responsable, quien solicitó no ser identificado, dijo a Reuters que los
chinos sugirieron emitir a cambio una "declaración política corta de algún
tipo", pero que no estaba claro qué diría.
En Pekín, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Jiang Yu, dijo a
los periodistas que su país estaba comprometido con las negociaciones. "China
espera que la reunión de Copenhague tenga éxito, y siempre ha asumido una
actitud constructiva", afirmó.
Algunos ministros de países desarrollados se quejaron de que las
negociaciones podrían verse ahogadas por asuntos de procedimiento.
Llegan los líderes
La cumbre de Copenhague tiene como objetivo lograr un acuerdo mundial sobre
clima, como base para un pacto sobre un nuevo tratado que reemplace al existente
Protocolo de Kioto después de 2012, para evitar el peligroso cambio climático y
propiciar un cambio a una economía mundial más ecológica y menos dependiente de
combustibles fósiles.
Cerca de 120 jefes de Estado y Gobierno se reunirán en las negociaciones el
jueves y viernes. La llegada del presidente de Estados Unidos, Barack Obama,
está prevista para la mañana del viernes.
Si bien el panorama general es sombrío, ha habido algunos avances en temas
críticos para lograr un acuerdo.
África redujo drásticamente sus expectativas de ayuda climática de los países
ricos, y Japón comprometió cerca de 11.000 millones de dólares en fondos
públicos para 2012 para ayudar a los países pobres a adaptarse a un mundo más
cálido y a reducir sus emisiones.
Los avances importantes se han estancado en temas sobre cómo compartir el
coste de la reducción de emisiones, y un desacuerdo sobre si elaborar un nuevo
tratado o ampliar el actual Protocolo de Kioto y agregar un acuerdo extra que
incluya a más países.
Kioto limita las emisiones de cerca de 40 países industrializados, pero no
las de Estados Unidos, que nunca ratificó el acuerdo, y no exige acciones a los
países en desarrollo.
Si se logra un nuevo acuerdo, Estados Unidos quiere una supervisión
internacional del cumplimiento de los países en desarrollo respecto a los
objetivos de sus emisiones, algo que las naciones pobres han rechazado.