La URSS y EEUU firmaron el Tratado de reducción de armas ofensivas
estratégicas (START-I) en 1991, cinco meses antes del colapso del primer estado
socialista soviético que desempeño un papel decisivo en la evolución geopolítica
de la humanidad durante décadas.
Por Vladimir Yevseev -RIA Novosti
Este documento regulaba las relaciones entre Moscú y Washingtón en materia de
desarme nuclear. Entró en vigor el 5 de diciembre de 1994 por un plazo de 15
años y expiró el pasado 5 de diciembre.
Las partes del Tratado convinieron en reducir sus ojivas nucleares a 6.000
unidades cada una. Este documento incorpora un Memorándum que define las normas
de cómputo de cargas para misiles balísticos intercontinentales, misiles
balísticos lanzados desde submarinos y misiles instalados en bombarderos
estratégicos.
En enero de 1993, Rusia y EEUU firmaron un convenio actualizado sobre la
reducción sucesiva de armas ofensivas estratégicas (START-II). Este histórico
acuerdo fue el sucesor de START-I y sólo estipulaba unos nuevos trámites y
nuevas limitaciones numéricas (la reducción de ojivas hasta 3.000-3.500 unidades
para el 1 de enero de 2003).
El Senado de EEUU ratificó START-II en enero de 1996. Sin embargo, Rusia
bloqueó la ratificación hasta abril de 2000, atribuyéndolo a la falta de
recursos presupuestarios. En realidad, la Duma de Estado (Cámara baja del
Parlamento ruso) aplazó la ratificación de START-II en señal de protesta contra
la intervención militar de EEUU en Kosovo y la ampliación de la OTAN al Este.
Con el correr de los años, START-II perdió su relevancia. Además, en junio de
2002, EEUU se retiró del Tratado sobre Defensa Antibalística (Tratado ABM) que
había firmado con la Unión Soviética en 1972. Pero ambas partes cumplían los
compromisos recogidos en START-II que correspondían a sus intereses nacionales.
Rusia, en particular, cesó la destrucción de misiles estratégicos y la
adaptación de misiles balísticos intercontinentales para ojivas monobloque.
En 2002, Rusia y EEUU firmaron el Tratado de reducción de armas ofensivas
estratégicas (SORT) que estipulaba reducir hacia finales de 2012 el arsenal de
ambos países a 1.700-2.200 ojivas nucleares operativas instaladas en misiles
estratégicos. Con la particularidad de que cada país tomaría decisiones
independientes sobre el desarme y la estructura de sus fuerzas nucleares
estratégicas.
En una larga lista de acuerdos de desarme firmados por Rusia y EEUU en los
últimos 20 años el único documento vinculante fue START-I y, por lo tanto,
servía de referencia para otros. Ahora que su vigencia expiró, la situación
puede sufrir serios cambios, si en breve no se firma un nuevo tratado sobre la
reducción de armas ofensivas estratégicas.
Rusia y EEUU casi no negociaban las reducciones de las armas ofensivas
estratégicas en el período desde mediados de los años noventa hasta 2009. En
julio de 2009, los presidentes de Rusia y EEUU convinieron en firmar un nuevo
tratado vinculante en sustitución del START-1 para reducir las cargas nucleares
hasta los niveles entre 1.500 y 1.675 unidades y los vectores, hasta 500-1.000
unidades para cada país.
En aquella ocasión no se logró acordar una importante reducción de vectores,
las normas de cómputo de cargas para misiles balísticos, y el empleo de vectores
estratégicos sin capacidad nuclear. Pero ambas partes ya mostraron interés por
el desarme nuclear.
Las negociaciones posteriores fueron muy esporádicas. Según algunos datos, se
logró reducir vectores estratégicos, incluídos los sin capacidad nuclear, hasta
el nivel máximo de 700 unidades.
Ahora se plantea establecer el tope de vectores estratégicos con ojivas
nucleares a nivel de 600 unidades, lo que evidencia un notable acercamiento de
las posturas de Rusia y EEUU. Rusia aceptó tomar en cuenta sólo las cargas
instaladas en vectores, lo que permitirá retirar un número adicional de ojivas.
Además, Moscú aceptó también limitar las áreas de emplazamiento de misiles
estratégicos en plataformas móviles (Topol y Topol-M).
En caso de confirmarse esta información, se darán por resueltos los problemas
más complicados referentes a la reducción de las armas estratégicas ofensivas.
El documento en cuestión podría ser firmado en lo que resta de año. Desde
luego, se tendrá que ponerlo a punto y ampliar. Pero en un futuro bien se podría
anexarle protocolos y memorandos especiales.