La iniciativa, que incluye la construcción de un radar en República Checa y
de un escudo antimisiles en Polonia, apunta a proteger a Occidente de posibles
ataques de Irán y de los llamados “estados díscolos", según el argumento de
Washington.
Moscú considera que el sistema de defensa pone en peligro su territorio y que
podría dar pie a una nueva carrera armamentística.
Obama propuso “recomponer” las relaciones con Rusia y disminuir en 80 por
ciento el arsenal nuclear de ambos países a cambio de revisar su proyecto de
defensa.
En lo inmediato, la propuesta incluye un nuevo tratado sobre armas
estratégicas, que interesa más a Estados Unidos que a Rusia, con vistas a tener
una política conjunta ante Irán. Obama podría mantener el proyecto de defensa en
los papeles para usarlo como herramienta de negociación con Moscú en cuestiones
relativas a la república islámica, según analistas.
Tras una reunión con políticos de la Unión Europea (UE) en Praga a principios
de este mes, Obama declaró que “de eliminarse la amenaza iraní tendremos una
plataforma de defensa más sólida y desaparece el argumento para construir el
sistema antimisiles".
“En tanto Irán siga siendo una amenaza, seguiremos adelante", aseguró.
No está clara la influencia que Rusia pueda ejercer sobre Irán, que por ahora
no supone una amenaza nuclear ni balística para Occidente.
“Rusia no tiene una gran influencia, pero puede ser importante por dos cosas:
al estar del lado de Occidente puede contribuir a aislar políticamente a Irán y
podría dejar de venderle tecnología avanzada", dijo a IPS Zoltan Biro,
especialista del Instituto de Historia de la Academia de Ciencias Húngara.
Los llamados de Obama a adoptar un enfoque multilateral respecto de Irán y a
iniciar un desarme gradual fueron aplaudidos por los ciudadanos que escucharon
su discurso en Praga, pero fueron recibidos con escepticismo por los políticos
de derecha locales e incluso con enojo por la prensa afín.
El proyecto tenía el apoyo de los gobiernos de República Checa y de Polonia,
que ahora están decepcionados por el poco entusiasmo de Obama.
La declaración de Obama respecto de Irán y del radar fue interpretada por el
gobierno checo como un “no” diplomático, tras perder el voto de confianza del
parlamento en tanto su país encabezaba la presidencia rotativa de la UE.
“El escudo antimisiles todavía no sería efectivo y la recesión le permite al
gobierno de Obama abandonar de forma elegante de un proyecto dudoso y costoso",
indicó Biro.
“El proyecto es políticamente inaceptable para Rusia. Su molestia se origina
en que ni siquiera durante la Guerra Fría se instaló un sistema balístico de
largo alcance en Europa", explicó el analista.
Los especialistas prevén que los actores implicados no quieran quedar mal
parados ni parecer que hacen concesiones, por lo que la mayor parte de las
negociaciones en materia de cooperación podrán realizarse a puertas cerradas.
El gobierno de Bush había tratado de cooperar con el Kremlin para evitar que
Irán se dotara de armas nucleares y colaborara con los efectivos de la
Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Afganistán, pero sin
ofrecerle gran cosa a cambio.
Eso deterioró las relaciones por la construcción del sistema antimisiles en
Europa oriental y por atraer a las republicas de la hoy disuelta Unión Soviética
a la alianza militar.
Las intenciones de Georgia y Ucrania se vieron frustradas por el caos
político interno en ambos países, lo que reveló a los ojos de Occidente la falta
de preparación de sus políticos para asumir las responsabilidades que conlleva
la integración a la OTAN.
El último episodio de esa historia fue cuando tras el ataque de Georgia
contra la separatista y pro rusa provincia de Osetia del Sur, que desencadenó
una desmedida reacción militar de Rusia y la invasión del territorio georgiano,
Moscú reconoció la independencia de la región autónoma.
Occidente condenó formalmente a Rusia, la instó a respetar la soberanía de
Georgia y rompió la cooperación entre la OTAN y Moscú, pero también se cansó de
los políticos ucranianos pro occidentales y de los georgianos.
El ministro de Defensa francés Hervé Morin llegó a sugerir en marzo que Rusia
debía ser consultada respecto de toda ampliación de la OTAN, lo que para los
políticos de derecha de Europa oriental significa capitular ante las “ambiciones
imperiales” de ese país.
La OTAN y Estados Unidos parecen dispuestos a comenzar un diálogo franco con
Rusia, pero la actitud de ese país sigue siendo una incógnita.
“Hay un deseo tangible de comenzar a hacer algo con los estadounidenses, pero
es igual de fuerte el miedo de que nos vayan a volver “tender una trampa” y las
suspicacias que eso genera", escribió el ex diplomático Vladimir Frolov en la
versión rusa de la revista estadounidense Newsweek.
La desconfianza aumenta. Mientras, Rusia expresa su malestar por los
ejercicios militares que realizará la OTAN en Georgia en las próximas semanas,
considerados una provocación por Moscú, que amenaza con no participar en un
panel conjunto con la OTAN previsto para el 29 de ese mes.