ientos de miles de griegos secundaron hoy la huelga general con el fin de
protestar por las medidas del Ejecutivo para salir de la crisis económica. Este
paro de 24 horas ha sido convocado por sindicatos del sector público y privado
que representan a la mitad de los cinco millones de griegos que forman la
población activa del país.
"Tenemos plena participación", aseguró el portavoz de la federación de
sindicatos del sector privado GSEE, Stathis Anestis. "Los trabajadores quieren
que la política cambie. Quienes provocaron la crisis tienen que pagar por ella,
no los trabajadores", agregó. En Atenas, unas 15.000 personas se manifestaron
para reclamar la mejora de los salarios y la protección de las pensiones.
Los controladores aéreos tienen previsto abandonar sus puestos durante
cuatro horas por la tarde, suspendiendo todos los vuelos salvo los de
emergencia. Por esta razón, la aerolínea estatal Olympic ha cancelado 140 vuelos
nacionales e internacionales, mientras que Aegean Airlines ha suspendido 50
viajes nacionales.
A su vez, los conductores de autobuses de Atenas dejaron de trabajar
durante tres horas antes de la hora punta de la mañana y tienen previstos más
paros por la noche. Además, algunos trenes interurbanos fueron cancelados y el
tráfico marítimo está paralizado.
Por otro lado, los bancos y los colegios estarán cerrados todo el día, al
igual que los periódicos y las emisoras de radio y televisión. El paro de hoy
también está afectando a los ministerios, los hospitales y multitud de servicios
públicos.
Esta es la segunda huelga general convocada en contra del Gobierno desde
la muerte en diciembre pasado del adolescente Alexandros Grigoropoulos a causa
de los disparos de la Policía, lo que derivó en los peores disturbios
registrados en Grecia en las últimas décadas.
El Gobierno conservador del primer ministro, Costas Karamanlis, ha
anunciado una congelación de los salarios de los funcionarios y la aplicación de
impuestos extraordinarios a quienes ganen más de 60.000 euros al año.
Asimismo, el Ejecutivo lanzó en enero un paquete de estímulo financiero
por valor de 28.000 millones de euros, pero la enorme deuda y los problemas
fiscales han impedido que esta ayuda beneficie a los sectores desfavorecidos.
Fuentes del Banco de Grecia revelaron hoy a Reuters que previsiblemente la
economía griega dejará de crecer este año como consecuencia del profundo
descenso de la actividad económica que está sufriendo el país.