as especulaciones surgieron a raíz de un artículo del periódico New York
Times, según el cual Barack Obama envió hace tres semanas una carta a su par
ruso en la que hacía tal sugerencia.
De visita en Madrid, Medvedev rechazó en conferencia de prensa la supuesta
vinculación estadounidense entre el escudo antimisiles y el programa nuclear
iraní.
"Si el nuevo gobierno de EE.UU. demuestra sentido común y propone alguna
nueva estructura que sea aceptable para todos los europeos, para EE.UU. y para
nuestro país, estaríamos dispuestos a negociar", explicó el mandatario.
El analista diplomático de la BBC Jonathan Marcus dice que aunque la Casa
Blanca busque un mayor respaldo del Kremlin a su política iraní, las autoridades
rusas no necesariamente estarían interesadas en presionar a Teherán.
Moscú -sostiene Marcus- ve a Irán como un mercado para su armamento, sus
aviones y su tecnología nuclear de uso civil.
Sin ambigüedades
Según los corresponsales en Washington, Obama ha dejado claro que no tiene el
mismo fervor que su predecesor, George W. Bush, por la instalación en Polonia de
10 interceptores de misiles y de un sistema de radares en la República Checa.
Como resultado, Moscú ha bajado el tono en sus amenazas de instalar misiles
en las fronteras de la OTAN, en su enclave occidental de Kaliningrado.
De acuerdo con los analistas, los aparentes intentos de Obama por olvidar el
escudo antimisiles podrían resultar embarazosos para el liderazgo polaco y checo
que ha hecho ingentes esfuerzos por convencer de la necesidad de la iniciativa a
una escéptica opinión pública.
De hecho, según fuentes
periodísticas, diplomáticos polacos exigieron a la Casa Blanca que se manifieste
sin ambigüedades sobre el futuro del sistema antimisiles.