Siete civiles afganos murieron en un ataque perpetrado el miércoles por dos
cazas de las fuerzas holandesas en Afganistán por orden del Ejército
estadounidense, al tiempo que varios insurgentes talibanes fueron abatidos en
otro ataque aéreo separado, informaron autoridades locales.
IAR
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DPA
El comandante de las tropas holandesas en el país, el general Peter van Uhm,
lamentó hoy la muerte de civiles en el bombardeo de dos cazas F16 de su
aviación. No obstante, aseguró que en la ofensiva se cumplieron con todos los
reglamentos militares.
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), bajo cuyo mando operan
las fuerzas extranjeras en Afganistán, confirmó en un comunicado la muerte de
civiles, incluidas mujeres y niños, cuando un caza lanzó una "única bomba de
precisión teledirigida" sobre un supuesto enclave de la insurgencia en el
distrito Nad Ali, situado en la sureña provincia de Helmand.
Daoud Ahmadi, portavoz del gobernador provincial, confirmó que murieron "una
cantidad de civiles" y que otros resultaron heridos en el ataque, aunque no pudo
aportar más datos. Añadió que se había puesto en marcha una investigación.
Tampoco el Ministerio de Defensa en La Haya pudo confirmar por el momento el
número de víctimas.
De acuerdo con un portavoz ministerial, uno de los dos cazabombarderos
holandeses F16 lanzó una bomba sobre una vivienda, en la que supuestamente se
habían atrincherado insurgentes.
Por su parte, el jefe de las operaciones internacionales en ese país, el general
estadounidense Stanley McChrystal, reiteró que Estados Unidos y la OTAN deben
cambiar su estrategia en Afganistán y proteger de forma efectiva a la población
civil en un discurso pronunciado en el Instituto Internacional de Estudios
Estratégicos de Londres. "Tenemos que redefinir la lucha, el objetivo debe
seguir los deseos del pueblo afgano", apuntó McChrystal. "Hay que proteger a los
afganos de las amenazas, de nuestros enemigos y de nuestras acciones", añadió.
McChrystal aprovechó su intervención en Londres para insistir en la necesidad de
40.000 efectivos adicionales. En su opinión, se atraviesa un momento decisivo en
Afganistán, después de ocho años de presencia militar internacional en ese país.
"Hemos necesitado más de lo que yo hubiese querido para darnos cuenta de que se
trataba de un levantamiento serio; no ha habido suficiente apoyo para las
operaciones", lamentó el jefe de la misión. "Vamos a tener que hacer las cosas
de forma radicalmente distinta, incluso aunque resulte incómodo", sentenció.
Paralelamente, el Ministerio de Defensa afgano señaló en un comunicado que
tropas de su Ejército, con el apoyo de las fuerzas internacionales, mataron a
cinco rebeldes y detuvieron a otros dos el miércoles en el distrito de Nad Ali,
aunque no se supo si el comunicado de las Fuerzas Armadas se refería al mismo
incidente o a una operación separada.
Entre tanto, fuerzas estadounidenses arrestaron a un combatiente talibán y
mataron a su sobrino en la provincia de Logar, en el centro de Afganistán, dijo
Gholam Mustafa Mohseni, jefe policial en la provincia. Aseguró que, aunque el
detenido Mullah Atiqullah era un talibán buscado en la región, su sobrino, Jan
Mohammad, era un comerciante local.
La OTAN dijo en un comunicado que un insurgente fue abatido en la provincia de
Logar después de que "hiciera un intento hostil" y añadió que un civil resultó
herido en la operación.
Mientras, fuerzas afganas e internacionales mataron a varios rebeldes talibanes
y detuvieron a un número desconocido de insurgentes durante operaciones
efectuadas ayer miércoles y hoy jueves en las provincias sureñas de Kandahar y
Ghazni, afirmó el comunicado.