El
primer ministro Taro Aso dijo que el plan - equivalente a 3% del producto
interno bruto - estaba destinado a proteger el sustento de la población y
fomentar el crecimiento futuro.
El paquete de US$150.000 millones
incluye medidas para impulsar el desarrollo de automóviles de consumo eficiente
de energía y electrónicos de uso personal.
La economía japonesa ha estado
golpeada por la caída en exportaciones y enfrenta su más profunda recesión desde
la Segunda Guerra Mundial.
El gobierno de coalición
presentará el paquete de estímulo ante el Parlamento antes del final de mes.
"Nuestro primer objetivo es evitar
que la economía se desfonde. El otro, es brindar un sentido de seguridad al
pueblo", dijo Taro Aso.
Este es el tercer plan de estímulo
del gobierno en un año. Se añade a US$12.000 millones de inversiones anteriores,
así como créditos fiscales y distribución de efectivo.
También crea una red de seguridad
financiera para trabajadores temporales, impulsa empresas en dificultades y
apoya economías regionales.
Aso afirmó que las nuevas medidas
estarían financiadas por la emisión de nuevos bonos del gobierno.
La más golpeada
La economía de Japón ha sido la
peor afectada entre las naciones desarrolladas.
El corresponsal de asuntos
económicos de la BBC, Mark Gregrory, dice que el país asiático ha sido víctima
de los problemas de otros.
La economía es intensamente
dependiente de las exportaciones, pero la demanda para autos y productos
electrónicos japoneses se ha desplomado con la crisis financiera.
Se espera que la economía japonesa
se contraiga 6% este año.
El plan a largo plazo del gobierno
es cambiar de una política de exportación as los sectores internos que presenten
la mejor perspectiva de crecimiento.
El país busca ser el líder mundial
en tecnología energética eficiente e incrementar el cuidado de su creciente
población anciana.
El paquete de estímulo tiene como
objetivo crear hasta dos millones de empleos en los próximos tres años.