Antes del comienzo de la cumbre en la capital británica, el primer ministro
de Japón, Taro Aso, y el presidente surcoreano expresaron su intención de pedir
al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que imponga sanciones contra a
Pyongyang, en caso de que el lanzamiento del satélite se haga efectivo.
Estados Unidos, el Reino Unido, Australia y otros miembros del G-20 dijeron
apoyar esta decisión.
El presidente surcoreano Lee indicó que también se debería convencer a China
y Rusia -dos miembros permanentes del Consejo de Seguridad que tienen derecho a
veto- para que se unan a la "respuesta unificada".
El gobierno norcoreano advirtió que cualquier intento por parte de la ONU de
imponer sanciones contra su país será considerado un acto hostil.
Corea del Norte ha amenazado a Japón con una represalia inmediata si hace
cualquier intento de interferir con el lanzamiento, luego de que el ministro de
Defensa de Japón ordenara el despliegue del escudo interceptor de misiles para
proteger al país de los despojos que caerían sobre su territorio si algo sale
mal con la prueba.
El presidente chino, Hu Jintao, llamó a la calma al gobierno japonés y
aseguró que Pekín está tratando de persuadir a los líderes norcoreanos de dar un
paso atrás.