(IAR
Noticias)
27-Marzo-09
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Una mujer pide limosna en Afganistán.
Detrás, un cartel de Coca Cola. |
La batalla para contener la creciente
inestabilidad política y militar en Afganistán podría ser
temporalmente eclipsada por una inminente amenaza que pende sobre
millones de personas en ese país de Asia central: el hambre.
Por Thalif Deen - IPS
"La sequía más grave en una década está provocando
una seria crisis alimentaria que amenaza a millones de personas",
dijo a el coordinador para Asia Pacífico de la organización
humanitaria internacional Church World Service (CWS), Marvin Parvez.
"Aunque las necesidades alimentarias inmediatas son satisfechas en
gran medida, se trata solamente de una solución a corto plazo para
la prolongada seguridad alimentaria en Afganistán", sostuvo.
Ante la insurgencia y los cada vez más numerosos atentados suicidas,
la sequía y la escasez de comida son problemas que han quedado
rezagados, según un diplomático de la Organización de las Naciones
Unidas (ONU).
Kai Eide, representante especial de la ONU y jefe de la Misión de
Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (Unama), ya había
alertado el año pasado al Consejo de Seguridad sobre la inminente
crisis de alimentos.
"Yo estaba muy preocupado por la situación humanitaria y las
perspectivas de una hambruna en grandes partes del país", dijo al
Consejo la semana pasada.
"El peligro no ha pasado, pero hasta ahora el invierno no ha traído
la crisis humanitaria que muchos de nosotros temíamos", indicó.
Eide dijo que, para mediados de abril, la ONU estaría más capacitada
que hoy para atender la situación.
CWS señaló en un informe la semana pasada que estaba proveyendo
inmediata asistencia a los más vulnerables en tres provincias
afectadas.
"La vida sigue siendo difícil para todos los afganos, pero decenas
de miles de desplazados y los que han regresado de Pakistán e Irán
están particularmente en riesgo", señaló Parvez.
Según un informe divulgado a comienzos de marzo, la ONU señaló que
"debido a las escasas lluvias, la cosecha de cereales este año fue
la más baja desde 2002, y más de cinco millones de personas están en
inmediata necesidad de asistencia".
El estudio también indicó que unos 1,2 millones de niños y niñas
menores de cinco años y 550.000 embarazadas y madres lactantes en 22
provincias continúan en "alto riesgo de severa desnutrición".
La escasez de agua también llevó a una desplazamiento de poblaciones
vulnerables. Las agencias de la ONU han debido construir más de 800
puestos expendedores de agua en áreas afectadas por la sequía.
Basándose en estimaciones de la ONU, la CWS indicó que se necesitan
unas 2,2 millones de toneladas de cereales en ese país este año solo
para atender las necesidades básicas.
Se esperaba que las importaciones comerciales proveyeran 1,5
millones de toneladas. "Pero en la actual situación, marcada por los
altos precios y la más baja cosecha de trigo en años, cualquier
significativa importación comercial de alimentos y de insumos
agrícolas es improbable", señaló la CWS.
La gran parte del déficit de casi un millón de toneladas debe ser
cubierto por la comunidad internacional de donantes.
Mientras, un estudio del Instituto de Paz de Estados Unidos (USIP,
por sus siglas en inglés), con sede en Washington, señaló el mes
pasado que muchos donantes no han cumplido sus promesas de apoyo
financiero a ese país de Asia central.
"En algunos casos, esto se debe a las promesas no cumplidas,
mientras que en otros es debido a la gran corrupción, los requisitos
técnicos del contratista y los problemas de seguridad en el
ambiente", añadió.
El estudio señaló dos países, Japón y Canadá, que han cumplido 90
por ciento de sus compromisos, en tanto que India y el Banco
Asiático de Desarrollo, por ejemplo, distribuyeron sólo un tercio de
lo que ofrecieron.
Consultada sobre la respuesta general de la comunidad internacional
a la situación de Afganistán, Christine Fair, una de las autoras del
estudio de USIP, dijo a IPS que hubo algunos éxitos, como la
formación de una democracia, aunque imperfecta.
Destacó que hubo elecciones con cierto grado de justicia y libertad,
con participación pública, mientras que la economía avanzó y la
calidad de la vida de muchos afganos, según varias medidas, ha
mejorado.
No obstante, señaló que Kabul todavía tiene serios problemas con la
legitimidad y la corrupción, no puede solventar servicios clave y su
capacidad de gobernanza sigue siendo débil. Mientras, el país no
está aún comprometido seriamente con el imperio de la ley.
"La comunidad internacional no se ha comprometido a contribuir con
el imperio de la ley aparte de entrenar a las fuerzas policiales. Y
está construyendo instituciones que no son sostenibles", añadió.
Una conferencia internacional sobre Afganistán, que se realizará en
La Haya el 31 de este mes, se concentrará en los actuales problemas
de ese país. El encuentro será inaugurado por el secretario general
de la ONU, Ban Ki-moon.
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