(IAR Noticias) 09-Noviembre-08
Ya
estamos en la profecía del "peor escenario": La crisis del sistema capitalista
ya es global. Toda la arquitectura financiero-económica del sistema se desploma,
salvo el dólar USA, que sigue creciendo y pulverizando al resto de las monedas,
incluido el euro. Depreciación y baja de las exportaciones e importaciones,
caídas del consumo interno y despidos laborales en aumento progresivo tanto en
países centrales como periféricos, son las señales más claras y evidentes de la
"globalización" del desastre.
Informe
IAR Noticias
E l colapso financiero con epicentro
original en las economías imperiales USA-UE ya se convirtió en derrumbe
nivelado de la economía real a escala mundial.
La desaceleración económica (por efecto de la contracción del crédito) exportada
originalmente de EEUU y la Unión Europea se contagia aceleradamente a las
llamadas economías "emergentes" de Asia, África y América Latina. China, Japón,
los "tigres asiáticos", Latinoamérica y Europa del Este.
Todo el planeta (globalizado y
nivelado por el sistema capitalista "único") ya está aquejado de los mismos
síntomas: Derrumbe de los precios del petróleo y de las materias primas
(deflación de los precios internacionales), devaluación de las monedas y
revaluación imparable del dólar, colapso financiero con quiebra de bancos,
crisis crediticia con achicamiento del consumo, suba de precios de los alimentos
y la energía y primeras oleadas de despidos masivos en EEUU y las potencias
centrales.
La
crisis de los "emergentes"
Con efecto más atenuado (aunque en
crecimiento acelerado), Asia y América Latina (los motores impulsores del
comercio mundial de materias primas y manufacturas) padecen los mismos
síntomas recesivos que las economías centrales.
Los países de América Latina, cuyas bolsas están
siendo golpeadas a niveles inéditos, están buscando aceleradamente un paraguas
contra el colapso financiero-recesivo que comienza a proyectarse sobre sus economías.
La amenaza de que la crisis
financiera mundial socave los cimientos de la economía real de los países
latinoamericanos llevó a los mandatarios que participaron en la XVIII Cumbre
Iberoamericana en El Salvador a exigir medidas y hacerse oír en la creación de
una nueva arquitectura financiera internacional.
La principal preocupación, según un comunicado especial aprobado en San
Salvador, son los "potenciales efectos sobre el sector real de la economía"
y sobre la "estabilidad política y social de la región".
Lo peor de la crisis financiera
internacional se estancó y pasó la fase aguda con derrumbes de bancos. Es
el diagnóstico que hicieron ayer los países del BRIC (Brasil, Rusia, India y
China), en una reunión preliminar a la cumbre del G-20 que comienza este sábado en San Pablo.
Advirtieron que ahora viene algo
grave: la recesión en Estados Unidos y Europa, con caída de los precios de
las commodities, falta de crédito para los emergentes y retroceso en las
exportaciones.
Lo mismo dijeron en una segunda
reunión, donde estuvieron los del G-5, es decir Sudáfrica, Brasil, China, India
y México. Son los países a los que las grandes potencias del G-7 invitan a
"tomar café" -según definió el propio presidente Lula da Silva- al final de
sus encuentros anuales.
De acuerdo a esta media docena de
"emergentes", que según el ministro de Hacienda brasileño Guido Mantega responden por el 75% del crecimiento mundial,
es preciso adoptar medidas adicionales a las que ya tomaron europeos y
norteamericanos en las economías centrales.
Los gobiernos periféricos definen
como culpables de esta crisis a los países centrales y ubican a los emergentes
(en crecimiento acelerado) y a los periféricos en "vías de desarrollo",
como víctimas "que han quedado sin crédito, con menos oportunidades de exportar
y fondos de inversión que sacan apresurados su dinero para llevarlo a puertos
presuntamente más seguros como los bonos de largo plazo del Tesoro
norteamericano".
Tanto el BRIC como el G-5 plantearán
que se precisan reglas claras para evitar abusos de los fondos de inversión y
que enuncien mecanismos que permitan determinar los activos tóxicos que todavía dan
vuelta el planeta (como es el caso de las hipotecas subprime).
Alertaron sobre las serias fallas de
las calificadoras de riesgo y reclamaron cambios en el Fondo Monetario
Internacional y en el Banco Mundial. "No podemos ser controlados por
instituciones creadas en los años 40. El mundo cambió y el G-7 refleja solo
una parcela del poder económico internacional", subrayó Mantega.
En ese sentido, la propuesta es que
políticamente el G-20 substituya al G-7. "Por eso, queremos que el G-20
tenga el formato de cumbres de jefes de Estado con reuniones periódicas".
La crisis mundial, admitió Mantega,
no puede ser resuelta por unos pocos: "Requiere un consenso más amplio".
La crisis laboral
Se están quemando etapas: La
crisis financiera ya devino (por medio de la recesión) en crisis
estructural, y rápidamente se dirige hacia la crisis social (el
emergente de los despidos laborales) a escala planetaria.
En los dos últimas semanas
(y como primera señal de que el planeta ya está ingresando en la "crisis
estructural"), comenzó a darse en distintos países del mundo un importante
número de despidos que certifica la presencia de una recesión ya a
escala planetaria, que se expresó, entre otros datos, con señales
inequívocas como la caída oficial
del PIB español y la admisión oficial de que EEUU, la primera economía mundial,
se contrajo en el tercer trimestre y ya está en la línea de la recesión.
En tanto, y en medio de una economía
que sigue sufriendo los efectos de la crisis financiera -temor de los
consumidores, ausencia de crédito para los empresarios-, el gobierno de EEUU
anunció el viernes que el índice de desempleo saltó en octubre al 6,5%, el
más alto de los últimos 14 años. Según el ministerio de Trabajo, son ya
alrededor de 10,1 millones las personas sin empleo en el país.
En lo que va del año se destruyeron casi 1,2 millones de puestos de trabajo, de
los cuales 284 mil fueron sólo en octubre.
Si se desglosan las cifras del
desempleo actual, la tasa entre los hispanos subió del 7,8 al 8,8%, y entre los
afroamericanos quedó en 11,1%, el grupo étnico más afectado. Los blancos tienen
una tasa de desocupación del 5,9%.
Mientras el presidente saliente
George Bush se prepara para encabezar la semana próxima en Washington una cumbre
mundial para buscar soluciones a la crisis y su sucesor electo evalúa el
plan que pondrá en marcha a partir de enero próximo, la ministra de Trabajo de
EEUU, Elaina Chao, lanzó una advertencia en voz baja.
En medio de su comunicado de prensa sobre el nuevo índice de desempleo, Chao
dijo que el inquietante índice de desocupación "subraya la importancia de
restaurar la salud de nuestro sistema bancario y los mercados de crédito para
que los empleadores puedan recuperarse y crear puestos de trabajo".
Por su parte, el presidente del banco de la Reserva Federal de Atlanta, Dennis
Lockhart, afirmó que EEUU entró realmente en recesión. "Los datos recientes
indican que la economía nacional está en recesión", declaró ante empresarios
en Palm Beach, Florida. "Preveo una marcada debilidad (de la economía) al menos
hasta fines del primer trimestre de 2009", agregó.
Mientras tanto, una detrás de otra,
se siguen registrando olas de despidos en todo el mundo, en el marco de
reestructuraciones para hacer frente a un huracán económico recesivo que se
intensifica cada día con caídas de las ventas y de la producción.
Las
primeras oleadas de despidos que se verifican a nivel mundial surgen de los
planteles de personal de empresas y bancos transnacionales, extendidas tanto por los países
centrales como en el mundo de la periferia.
Según los expertos, a esta primera
oleada de despidos de las trasnacionales seguirá una segunda oleada de
despidos masivos en los países emergentes o periféricos donde operan, a
medida que se profundice la recesión estructural con caída del consumo.
La crisis automotriz
El terremoto de los mercados
financieros ya se propagó a una de las columnas vertebrales de la economía
imperial: El sector automotriz. Ford y General Motors y Toyota encabezan
la lista de los pulpos automotrices "semiquebrados" (por la caída de las ventas)
que están requiriendo a viva voz un "salvataje" equivalente al que los gobiernos
imperiales le están dando a los bancos e instituciones financieras.
Como ya pasó con el sector
financiero, ahora es el Imperio industrial el que se desploma mientras surgen
voces en reclamo de un "salvataje automotriz" para los colosos en
problemas.
La primera señal concreta de que el
colapso financiero se ha proyectado en la economía real, la representa el
conjunto de las "tres grandes"
automotrices de EEUU: Ford, General Motors(GM) y Chrysler. Las tres gigantes
claman y esperan por un "salvataje automotriz" (similar al salvataje financiero)
que las saque de la desaceleración productiva con retracción de ventas que les
obliga a replantearse una reestructuración general para salir del proceso
recesivo, empezando por el despido de personal para reducir costos operativos.
El encarecimiento de
los combustibles, el deterioro en los precios de las propiedades y la caída del
consumo especialmente de automotores (Ford y Toyota han anunciado para el
segundo semestre una caída de casi 30% en sus ventas) representan los
principales signos de la creciente recesión.
General Motors Corp. señaló que sus
niveles de efectivo podrían caer este trimestre al nivel mínimo necesario
y que, incluso con una nueva ronda planeada de medidas, probablemente
descenderán a inicios del próximo año aún más por debajo.
La mayor fabricante de vehículos de Estados Unidos, que ha estado reduciendo sus
costos desde el 2005, consumió US$6.900 millones de efectivo durante el
trimestre y señaló que su liquidez estimada para el resto del año se acercará
"al monto mínimo necesario para operar" .
En cuanto a los resultados
trimestrales, GM informó que su pérdida neta se redujo en el tercer trimestre a
US$2.540 millones, o US$4,45 por acción, lo que se compara con la pérdida de
US$38.960 millones, o US$68,85 por acción, del mismo período del año anterior.
En consecuencia, GM afirmó que
necesita "ayuda" de los mercados de capital y otras fuentes privadas de
financiamiento, fondos gubernamentales o alguna combinación de esas fuentes.
Ford Motor Co. registró una pérdida
neta de US$129 millones, o 6 centavos por acción, durante el tercer trimestre,
comparada con la pérdida de US$380 millones, o 19 centavos por acción, del mismo
período del año anterior.
Por otra parte, Ford anunció que eliminara otro 10% de los empleos en América
del Norte, reducirá los gastos de capital en una serie de áreas -incluido el
departamento de desarrollo de productos- y continuará explorando la posible
venta de activos no esenciales.
La compañía informó el viernes que los ingresos totales sumaron US$32.100
millones en los tres meses, una disminución del 22% frente a un año atrás. Los
ingresos de sus operaciones automotrices cayeron un 23% a US$27.800 millones.
Desde que se hicieran públicos los
planes para inyectar capital en el sector bancario, diversos sectores, como
fabricantes de automóviles y aseguradoras se han aproximado al departamento
dirigido por Henry Paulson para solicitar ayudas, aunque muchas volvieron con
"las manos vacías" a excepción de los bancos.
La crisis global
Desde las finanzas, los servicios,
las tecnológicas, la publicidad, los medios de comunicación hasta la industria
automotriz, pasando por la informática, ningún sector parece quedar a salvo
del proceso recesivo que sobreviene como consecuencia del colapso financiero.
No obstante las "inyecciones de
liquidez" prolongadas (iniciadas en septiembre de 2007), y los planes de
salvataje bancario USA-UE los mercados financieros se siguen derrumbando y los
números de la macroeconomía continúan en rojo creciente.
La crisis, que al principio era sólo financiera, se hace sentir en todos los
ámbitos de la sociedad mundial globalizada y nivelada por un mismo "programa
económico" exportado desde las potencias centrales a la periferia.
Y la crisis se hace global por una
razón principal: La economía mundial está globalizada y es "interdependiente",
no solamente porque está "dolarizada" (la moneda patrón del Imperio en crisis),
sino porque los comercios exteriores y los sistemas económicos productivos están
controlados por los mismos bancos y empresas trasnacionales que se encuentran en
crisis tanto en EEUU como en Europa (el comando central del Imperio global).
Los bancos centrales y la Reserva
Federal USA se muestran impotentes para frenar el "pánico" en los mercados
financieros que opera como principal productor de la crisis del crédito, que a
su vez dispara la caída de las ventas y los despidos masivos.
El panorama del crecimiento
económico global se ha deteriorado en el último mes, dijo el jueves pasado
el Fondo Monetario Internacional, pronosticando que las economías desarrolladas
podrían sufrir su primera contracción anual desde la Segunda Guerra Mundial.
El FMI advirtió que ya está en curso
una profunda recesión en los países ricos, y que ahora espera que la
economía mundial crezca un 2,2 por ciento, 0,8 puntos porcentuales por debajo de
lo estimado en octubre.
El organismo financiero internacional espera que la economía estadounidense se contraiga un 0,7 por ciento el próximo
año, cuando hace sólo un mes proyectaba un crecimiento del 0,1 por ciento.
En la zona euro, la economía se contraería un 0,5 por ciento en 2009, en vez de
crecer el 0,2 por ciento estimado en octubre.
El alto nivel de interdependencia
(a través del dólar) de la economía mundial globalizada impulsa el aceleramiento
y el contagio de la crisis que avanza como una metástasis desde el centro a la
periferia.
Como efecto del derrumbe de los
precios del petróleo, los llamados países "emergentes" y "periféricos ya se
están acoplando al tsunami financiero-recesivo, mientras la baja del petróleo y
las materias primas, agregada a la suba imparable del dólar, preanuncia una
mayor agudización del proceso recesivo con baja del consumo en las economías a
escala planetaria.
Las
ilusiones de un "nuevo orden mundial"
Aunque desde Europa y los países
emergentes se reclama un "nuevo orden económico-financiero mundial", en
concreto, y más allá de las "advertencias" y los lamentos, EEUU y las potencias
imperiales carecen hasta ahora de un plan y de una estrategia clara para
rescatar al sistema de la crisis y crear otro proceso expansivo del capitalismo.
A pesar de que, con los "mega
rescates" financieros, EEUU y la UE se ponen como los garantes (con dinero
de los impuestos) de una nueva burbuja de negocios financieros con los
salvatajes, los créditos y las compras de instituciones quebradas, los mismos no
son suficientes para calmar el temor generalizado a una recesión global con
epicentro en EEUU y Europa.
Ante el fracaso del plan de salvataje
europeo para contener el "pánico bajista" en las bolsas, los líderes europeos,
con Sarkozy a la cabeza, han salido a elaborar una "célula de crisis" para prever
medidas contra las "zonas grises" económicas y financieras que amenazan a
la economía del euro.
La Unión Europea (UE) logró el
viernes una posición común que plantear en la cumbre del G-20 que se realizará
el 15 de noviembre en Washington.
El presidente de turno de la UE, el
francés Nicolas Sarkozy, dijo que en la capital estadounidense los europeos
defenderán "una posición común, una visión para la refundación del sistema
internacional".
El acuerdo de la UE será su carta de presentación en la cumbre del G-20.
Según el documento de conclusiones,
la UE quiere "confiar al FMI un papel central en una arquitectura financiera más
eficaz y más incluyente, articulando mejor los trabajos del FMI y del Foro de
Estabilidad Financiera" para que "prevengan las crisis financieras".
Además, se plantea que el FMI
tenga las herramientas necesarias para ir al rescate "de países en dificultades"
y un control político para supervisar la eficacia de las medidas que tome.
La UE también quiere que la cumbre de Washington sirva para "fijar las
orientaciones sobre gobierno financiero internacional" y que de ella salga
una agenda de trabajo con grupos y fechas para que en un plazo máximo de 100
días haya propuestas definidas sobre la mesa.
Los europeos también plantearán al
G-20 que se cree un mecanismo de vigilancia de las agencias de calificación y
las entidades de crédito hipotecario y los "hedge funds" -fondos de inversión
especulativos- y que se coordinen las normas contables.
En una reunió previa, realizada
a mitad de octubre pasado entre Bush, Sarkozy y el presidente de la Comisión
Europea, José Manuel Durao Barroso, en la residencia presidencial de Camp
David, en las montañas de Maryland (este de Estados Unidos), Washington se
mostró menos proclive a la "refundación" que los líderes del Eurogrupo.
Estos últimos quieren una reforma real y completa, una suerte de nuevo
Bretton Woods, el conjunto de acuerdos que gobiernan desde 1944 (tras el
final de la Segunda Guerra Mundial) el sistema económico-financiero del
capitalismo hoy nivelado a escala planetaria.
Bush, que deja el cargo en enero,
dijo que "se necesita tiempo" para que se vean los efectos de las
intervenciones de los gobiernos para detener la crisis.
El presidente estadounidense ya había bajado el perfil de las expectativas que
se enarbolaban en la reunión con el presidente Francia, Nicolas Sarkozy, y el presidente de la
Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, en octubre pasado . La UE, en cambio, esperaba que la
reunión allanase el camino para un futuro encuentro para reformar el sistema
regulatorio financiero mundial.
La Casa Blanca, siempre ha bajado las
expectativas de apoyo de EEUU a cambios radicales al actual sistema globalizado
de la economía que tiene al dólar como moneda patrón de las transacciones
económicas-financieras y como moneda de reserva internacional.
Esto es, Bush y la Casa Blanca
han delimitado claramente el "rescate financiero" coordinado USA-UE de una reforma
estructural del sistema en la que las potencias del euro podrían intentar
desplazar a Washington de las decisiones centrales económicas y financieras del
sistema.
Por lo tanto Bush, sostienen analistas estadounidenses, no se compromete a una
reforma más allá del sistema estadounidense, lo cual, de todos modos, recaerá en
su sucesor desde enero de 2009, en tanto los europeos proponen una "forma de
supervisión mundial de los mercados" que implementaría el Fondo Monetario
Internacional.
"Nuestros socios europeos están
tomando medidas audaces. Han mostrado al mundo que estamos determinados a
superar este desafío juntos, y tienen el apoyo total de Estados Unidos", dijo
Bush en un discurso en la Cámara de Comercio.
Obama, el presidente electo, también
pidió más tiempo y "reflexión" antes de encarar una reforma global del sistema
económico financiero internacional.
Lo que torna muy difícil que de la
cumbre del 15 de noviembre en Washington surja una "refundación del sistema
capitalista" como sueña la UE.
Como señalan
los principales medios y analistas estadounidenses, difícilmente EEUU (el centro
financiero y económico del sistema capitalista imperial) resigne su rol de
potencia regente del capitalismo global en beneficio de las potencias
europeas.
|