La "infidencia" (de alto nivel) surgió del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, quien el viernes sorprendió al mundo al decir que las autoridades
financieras mundiales y y los principales Estados capitalistas, en la
búsqueda de soluciones globales para la crisis financiera, manejan la idea de un cierre temporal (suspensión de actividades por un tiempo) de las
bolsas mundiales.
"Asistimos", dijo Berlusconi, "a
una crisis global y hay que tomar decisiones globales. Se habla de un nuevo
Bretton Woods para escribir las nuevas reglas y de suspender los mercados
mundiales durante el tiempo necesario para escribir esas nuevas reglas.
Entre las varias hipótesis manejadas está ésta, aunque de momento no hay nada
concreto".
La revelación conmocionó a
los círculos financieros europeos-estadounidenses, y aunque Berlusconi luego
trató de suavizar calificándola de "hipótesis", sus palabras no hicieron
otra cosa que poner sobre el tapete una versión que esta semana comenzó a
circular en Wall Street tras el fracaso del plan de rescate y de la baja de
tasas para detener la debacle bursátil.
El portavoz de la Casa Blanca,
Tony Fratto, preguntado por esas declaraciones, respondió desde EEUU que "no hay
absolutamente planes ni discusiones para interferir en el funcionamiento de los
mercados en EEUU".
Pero Wall Street, donde crecen los
rumores de intervención en los mercados financieros, afirma lo contrario.
Según el más emblemático e
influyente vocero del capitalismo financiero de Nueva York, The Wall Street
Journal, las bolsas estadounidenses están evaluando un mecanismo de
interrupción temporal que suspendería las ventas en descubierto de una
acción tras una pronunciada caída en el precio, dijeron el viernes fuentes con
conocimiento de la propuesta.
El mecanismo de interrupción automatizada, que sería establecido por los
mercados de acciones, aún se encuentra bajo discusión, mientras que el plan aún
no ha sido finalizado, señala el Journal.
De acuerdo con el diario, los términos de la propuesta están siendo considerados por NYSE Euronext, Nasdaq, y
la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos, o SEC.
Por ahora, ninguna receta parece viable para contener el pánico y la sangría
"vendedora" de las bolsas y la debacle paranoica de los mercados
financieros.
Nada resiste: El plan A (el rescate financiero) y el plan B (la baja de tasas)
fracasaron estrepitosamente a sólo horas de implementarse y ahora Bush (el
Presidente USA) y Paulson (el secretario del Tesoro que comanda los "planes de
crisis") ya insinuaron que van por el plan C: La nacionalización parcial de los
bancos en EEUU.
La hecatombe bursátil-financiera, en tanto, se agravó esta semana otro derrumbe histórico de Wall Street y de las bolsas mundiales al
que se suma la suba de la tasa interbancaria (Euribor) que le asestó un
mazazo final a la escasez de crédito: El primer escalón hacia la recesión
con suba de precios, baja del consumo y desempleo masivo.
El viernes, Wall Street Wall y las bolsas mundiales colapsaron
terminando el ejercicio de una semana
"súper-negra".
Una ola de recortes de emergencia de las tasas de interés, paquetes de rescate y
masivas inyecciones de capital en los flujos monetarios no han logrado
contener el pánico de las bolsas mundiales.
Wall Street perdió US$ 2,5
billones de capitalización, y los principales índices bursátiles
de EEUU concluyeron a la baja en una de las peores semanas de su historia.
El Promedio Industrial Dow Jones cerró el viernes con un descenso de 128 puntos
a 8451, luego de llegar a perder 697 en la apertura y ascender hasta 322 puntos
durante la sesión, lo cual implica un diferencial de más de 1000 puntos.
En la semana, el Dow perdió el 18,2%, o 1874 puntos. Desde la perspectiva
de ambas medidas, ha sido la peor semana en la historia del índice. El índice
Standard & Poor's bajó 11 puntos a 899 y el Índice Compuesto Nasdaq añadió 4 a
1650.
Detrás de este derrumbe hay que señalar la "desconfianza total" de los
inversores (especuladores) en todas las medidas para salir de la crisis y la
absoluta aversión al riesgo, que lleva a una tendencia "vendedora"
constante de las acciones forzando las bajas.
Pero además, hubo varios "detonantes"
que ya comenzaron el jueves por la noche en Wall Street, como las ventas
masivas por parte de los hedge funds por la ejecución de garantías de los
financiadores de estos fondos (que invierten a base de deuda) y por la salida de
inversores de estos fondos.
Las medidas "extraordinarias"
adoptadas por gobiernos y bancos centrales no han servido como torniquete a la
sangría de los mercados bursátiles, que cerraron la semana con pérdidas por
encima del 20%.
En una jornada tan negra como las
precedentes, la bolsa española registró el viernes la mayor caída de su
historia, el 9,14%; el DAX 30 de Fráncfort perdió un 7,01%, el S&P de Milán
el 7,14% y el FTSE de Londres un 8,85%.
En París, el CAC 40 se desplomó un 7,3%, el SMI de Zúrich el 7,79%, el PSI-20 de
Lisboa un 7,71 por ciento, el PX de Praga el 14,94%, el KFX de Copenhague el
6,15%, el AEX de Amsterdam el 8,48% y así sucesivamente.
En línea con lo que pasó durante el
día jueves en EEUU y Europa, el Nikkei se desplomó el viernes con una baja
del 10,87% en Japón.
De esta manera el índice Nikkei se ubicó por
debajo de los 9.000 puntos por primera vez en más de cinco años. En Sydney, en
tanto, el mercado se desplomó un 7,4 %.
"Lo que vemos tiene raíces psicológicas", afirmó el corredor de bolsa de Helaba,
Christian Schmidt en Fráncfort, una opinión que comparte desde Madrid, Jorge
Vargas, de Atlas Capital, para quien "la reacción de los mercados es
totalmente irracional".
Ante el dramatismo de la situación,
el viernes en los corrillos financieros de Europa y EEUU, se especulaba con la
posibilidad de un cierre temporal de las bolsas en todo el mundo para que
los inversores analicen con detenimiento la situación (versión que empieza
cobrar forma con la revelación de Berlusconi y la información de The Wall Street
Journal).
Este fin de semana, en el "peor de los escenarios" de la crisis, EEUU y las
potencias mundiales inician una nueva contraofensiva para "recrear la
confianza" entre los "inversores" que hoy huyen despavoridos de los
mercados.
Los analistas están escépticos: La crisis está "psicologizada" y la paranoia
puede más que cualquier medida lógica que puedan instrumentar las potencias
este fin de semana..
Solo una medida la podría parar (a la paranoia), señalan: Un largo
feriado bursátil y bancario a escala global.
Cerrar temporariamente
los bancos y los mercados financieros: Es mejor (y más saludable para la
preservación del sistema) que el escaso dinero en efectivo que queda circulando
emigre hacia los colchones y las cajas fuertes de los empresarios y
especuladores capitalistas en "shock" de pánico.
Sin anunciar medidas concretas,
los jefes de Finanzas de las naciones más ricas del mundo (el G-7) reconocieron
que no podrían ya abordar la crisis país por país, caso por caso, tras 14 meses
de turbulencias.
El ministro de Hacienda de Gran
Bretaña, Alistair Darling, dijo que los Gobiernos necesitaban "avanzar y no
simplemente acordar sobre una aproximación general".
"Los mercados y las personas en el
mundo estarán esperando una señal clara de que los Gobiernos de las mayores
economías en particular están preparados para actuar: están preparados para
tomar medidas firmes que harán la diferencia", dijo Darling en una entrevista
concedida a Reuters.
En concreto, y luego del fracaso
del plan de rescate de Bush y de la baja de tasas por los bancos centrales,
medios y analistas de Wall Street muestran un escepticismo generalizado sobre la
reunión de las potencias y sus instituciones este fin de semana.
La "revelación" de Berlusconi
martillea los cerebros: Cerrar temporariamente las bolsas, parece ser la única
alternativa posible para "enfriar" los mercados en pánico y detener la sangría
financiera.