Corrupción
política y lobby bancario
Tanto Goldman Sach como Morgan Stanley son considerados los dos grandes
beneficiarios del manejo del dinero propuesto para "salvar la crisis" que se
llevó a otros gigantes históricos como Merrill Linch y Lehtman Brothers.
Y no por casualidad, Goldman Sach
(junto con los otros bancos del lobby sionista) ,es uno de los más activos e
importantes contribuyente a la campaña presidencial de EEUU, tanto para
el candidato republicano, John MacCain, como para el demócrata, Barack Obama.
Según
un informe elaborado por la prestigiosa consultora Weiss Research, el principal contribuyente a la campaña de Obama es Goldman Sachs, que ha donado
casi US$ 700.000 millones, seguido por la Universidad de California, Citigroup y JP
Morgan Chase.
McCain,
a su vez, recibió aproximadamente US$ 200.000 de Merril
Lynch, Citigroup, Morgan Stanley y Goldman Sach.
De acuerdo con el informe de Weiss Research, tanto Obama como McCain han obtenido enormes
cantidades de dinero de los gigantes bancarios. Además, Obama ha recibido contribuciones de empresas
de finanzas, seguros e inmobiliarias, el llamado sector FIRE, por unos US$25
millones, mientras que McCain ha recibido US$ 22 millones.
Los gigantes bancarios no contribuyen
directamente, sino que canalizan dinero mediante la creación de los llamados
comités de acción política o a través de aportaciones.
En este escenario, el plan de
"crisis" de Bush para rescatar a las entidades quebradas y dar curso a un
formidable negocio financiero de los bancos privados del Sistema de la Reserva
Federal fue posibilitado por la corrupción y
el lobby bancario sobre los políticos, incluidos los candidatos presidenciales.
Cuando los sondeos y los testimonios
en las grandes cadena muestran una mayoría contundente en contra, ninguno de los dos candidatos a las elecciones
presidenciales ni las cúpulas de los dos grandes partidos se han sumado a la
oposición al plan de "rescate" a la banca privado.
La explicación a tanto "fervor" por
la banca privada en desmedro de los intereses de la población estadounidense, la
dio el domingo el Center of Responsive Politics, un instituto de
Washington que hace seguimiento de las contribuciones financieras a las campañas
políticas y que analiza el dinero destinado a las dos fuerzas políticas que
controlan el esquema bipartidista USA y
a sus líderes.
De acuerdo con Center of Responsive Politics, los
legisladores que votaron a favor del plan de rescate en la Cámara Baja el lunes
reciben como promedio un 50% más en donativos de los bancos de Wall Street y otras
entidades financieras que quienes votaron en contra.
De acuerdo con el centro, con unos
US$ 2.000 millones desde 1989, los bancos,
aseguradoras y empresas inmobiliarias han sido la principal fuente de
financiación para partidos y políticos individuales en un sistema político que
gira en torno al intercambio de financiación y medidas favorables a los
aportantes.
Mientras se debatía sobre los
contenidos de la ley del rescate financiero -según Center of Responsive Politics-,
"ejércitos de lobbistas de los sectores
bursátil, bancario, inmobiliario y otras financieras trataron de dejar su
huella en la legislación".
Porqué fracasó el plan
El fracaso del plan, con el derrumbe
bursátil y el agravamiento de la crisis financiera, el lunes, tampoco tomó de
sorpresa a los analistas y la prensa norteamericana que lo habían calificado de
"insuficiente" para contener al desborde de los mercados.
De acuerdo con el informe de Weiss Research,
el Congreso USA maneja desde el pasado 25 de septiembre un informe
en el que se advierte que el plan de rescate de los US$700.000 millones es insuficiente para resolver la crisis y llega tarde.
Según la prestigiosa consultora, un
total de 1.479 bancos y 158 agencias de crédito y ahorro, están en riesgo de
quiebra en Estados Unidos y calcula que entre todos ellos manejan unos activos
de US$ 3,2 billones, equivalente a 41 veces la
cantidad estimada por la Federal Deposit Insurance Corporation (Corporación
Federal de Garantía de los Depósitos).
En su informe, Weiss Research concluye que el plan "anticrisis"
aprobado el viernes resultará un fracaso y agravará aún mas la situación, al provocar
un aumento de las tasas de interés y una contracción del crédito, además de una subida del déficit público en EEUU.
La Office of Managment and Budget
(la Oficina del Presupuesto) calcula que en 2009 el déficit federal se
incrementará hasta los US$ 482.000 millones, y que subiría a un costo de US$ un
billón con las medidas "adicionales" de salvamento.
En general,
la prensa norteamericana coincide en que el costo billonario del super-rescate
(que pagará la población a través de los impuestos) potencia el proceso de
crisis estructural por el que atraviesan las economías centrales de EEUU y
la Unión Europea.
La mayoría de los analistas proyectan
un
agravamiento de la presión fiscal (suba de impuestos) y un recorte de
planes y beneficios sociales como el emergente más inmediato del
mega-salvataje estatal a la banca imperial en quiebra que incian EEUU y la UE.
Lo que incidirá en una mayor suba de
precios y recorte del consumo (ya desatados), que se sumarán a los estragos de
la crisis crediticia para potenciar el proceso inflacionario-recesivo en
que se encuentran las economías de Europa y de EEUU.
Finalmente, la recesión (números en rojo de la economía real de EEUU y Europa) , psico-registrada en los "mercados" financieros más allá de
los análisis y de los números reales, el fracaso (el sábado) de la Unión
Europea para elaborar un plan de rescate como el de EEUU, y los temores de un
derrumbe bancario en masa en la zona del euro, ya produjo lo que preveían los
analistas.
Todos los "lunes negros" se juntaron este lunes en uno solo para
detonar la
peor jornada histórica de Wall Street y de las bolsas de Europa, Asia y América
Latina, muchas de las cuales, como las de Argentina, San Pablo y Rusia, se vieron
obligadas a detener sus operaciones.