La cumbre de nueve días llevada a cabo
este año en la ciudad suiza de Ginebra, buscaba lograr
mediante un acuerdo que la Unión Europea y EEUU (las dos primeras economías
mundiales) redujeran sus subsidios agrícolas y aranceles a cambio de que
China, India, Brasil (potencias emergentes) y otras economías en desarrollo
abrieran sus mercados a bienes industriales como químicos y autos.
La divergencia impidió que los
ministros de unos 30 países y los representantes de los demás 153 miembros de la
OMC alcanzaran un acuerdo sobre los parámetros de las negociaciones para
"liberalizar" la agricultura y los productos industriales, o acceso a los
mercados de los productos no agrícolas (NAMA, por sus siglas en inglés)
La Ronda de Doha, de la Organización
Mundial del Comercio, es una gran negociación emprendida para "liberalizar" el
comercio mundial.
Creada en noviembre de 2001, en la capital de Qatar, la Ronda de Doha se apaga
cuando toman cuerpo otras amenazas de crisis global con la escalada del petróleo
y los alimentos como detonante.
En esta coyuntura crítica los llamados países emergentes (en acelerado
desarrollo capitalista) tratan de obtener un acceso libre de obstáculos para sus
producciones agrícolas en los mercados controlados por las potencias centrales.
Para que esto suceda, las
grandes potencias deberán eliminar o reducir, en forma significativa, la
protección que dan a su agricultura por la vía de subsidios directos a los
agricultores o de subsidios a las exportaciones.
El Grupo de los 20 (G20) nació en Cancún como una necesidad de los países
agrícolas (periféricos o en vías de desarrollo) de lograr la libertad
comercial de bienes alimentarios. En Doha se estableció un tiempo límite para
eliminar totalmente los subsidios a las exportaciones agrarias: esa fecha es el
2013.
También se defendió una fuerte reducción efectiva de los subsidios internos,
"proporcional" a las concesiones sobre el comercio de bienes industriales que
deben hacer los países en desarrollo.
Estas negociaciones son las que acaban de colapsar en la e cumbre de la
Organización Mundial del Comercio (OMC)
"Es inútil seguir dándole vueltas al asunto, este encuentro ha colapsado, los
miembros simplemente no han podido estrechar sus diferencias", señaló el
director general de la OMC, Pascal Lamy.
"Necesitamos dejar que los ánimos se aquieten un poco, probablemente sea difícil
mirar a largo plazo en este momento", indicó Lamy, dando por tierra con las
esperanzas de algunos delegados de rescatar lo que se había logrado hasta el
martes.
El ministro de Comercio de Nueva Zelanda, Phil Goff, fue categórico: "No
veremos una conclusión a la Ronda este año".
Según los corresponsales de la BBC en
Ginebra, el asunto más polémico en esa área fue un mecanismo de salvaguarda (MSE)
que buscaban Delhi y Pekín, pero al que se oponía Washington.
Para el ministro de Nueva Zelanda, la brecha entre los actores más importantes
en el mecanismo de salvaguarda es demasiado grande como para solucionar.
"Ése fue el problema que impidió que estas negociaciones llegaran a un acuerdo",
señaló Goff.
Ya la representante comercial de Estados Unidos, Susan Schwab, había dicho
anteriormente que las esperanzas de un acuerdo se habían frustrado.
"El paquete que pudimos negociar y acordar el viernes a la noche no va a ver la
luz del día", dijo Schwab, quien describió a la reunión decisiva del martes como
"muy decepcionante".
Ante la crisis mundial de los precios
de los alimentos, resulta irónico que se pretenda elevar más barreras al
intercambio mundial de estos productos, dijo Susan Schwab, representante de
Comercio de Estados Unidos.
Carin Smaller, del Instituto de Políticas para la Agricultura y el Comercio (IATP,
por sus siglas en inglés), replicó que EEUU propone la apertura de los mercados
como la mejor forma de lograr la seguridad alimentaria y promover el sustento.
En cambio, India y China, con apoyo de la mayoría de los países en desarrollo,
sostienen que las salvaguardias son el mejor reaseguro en caso de producirse
grandes trastornos en los mercados agrícolas, observó.
La subsecretaria de Economía de
México, Beatriz Leycegui, evaluó que el fracaso de Doha es una pérdida para todo
el mundo, porque arriba en medio de una crisis económica muy fuerte, donde hay
proteccionismo y falta credibilidad en el sistema multilateral.
EEUU se opuso al acuerdo por
considerar que el mecanismo podía dar lugar a abusos, mientras que China e India
lo reclamaban como una defensa del sustento, la seguridad alimentaria y el
desarrollo rural de los campesinos de los países en desarrollo.
Los expertos en comercio dicen que el
fracaso de las negociaciones después de siete años fue una señal de los
grandes cambios en la economía global desde que la Ronda de Doha fue lanzada
en 2001.
Desde entonces, países como China,
India y Brasil han emergido como gigantes comerciales.
Las conversaciones entre los países casi colapsan la semana pasada, pero un
apretón de manos a medianoche del viernes entre Brasil y EE.UU. las mantuvo con
vida durante el fin de semana EEUU accedió reducir sus subsidios a US$14.500
millones y Brasil accedió a recortes en sus aranceles industriales.
Sin embargo, durante el fin de semana, dos países en desarrollo redoblaron su
oposición. Los diplomáticos de India y China se negaron a llegar a un compromiso
con EEUU. En particular, pedían una regla que les permitiera imponer tarifas
especiales si subían las importaciones sobre productos como azúcar algodón y
arroz.
"No voy a arriesgar el medio de subsistencia de millones de agricultores", dijo
el ministro de comercio indio Kamal Nath. EE.UU. estaba pidiendo un precio
"tan alto como el cielo", se quejó un funcionarios chino.
Estados Unidos dijo que estas
reivindicaciones eran injustas y acusó a China e India de "poner en peligro
siete años de negociaciones" al tratar de buscar más concesiones después de
haber llegado a un acuerdo previo.
La noticia del derrumbe de las
negociaciones se dio cuando los "Siete", un grupo constituido por Estados
Unidos, la Unión Europea, India, Brasil, Japón, Australia y China estaban
reunidos a puerta cerrada.