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La vivienda lleva meses sumida en una restricción del crédito.
Ahora, con los gigantes Freddie Mac y Fannie Mae en problemas, los potenciales
compradores se encuentran con que pedir prestado es incluso más difícil. |
Durante meses, las preocupaciones crediticias en Estados Unidos
han sacudido al mercado inmobiliario y las firmas financieras, pero habían
dejado al resto de la economía casi sin un rasguño.
Por Justin Lahart - The Wall Street
Journal
Ahora, eso está cambiando.
Los prestatarios de todas las estirpes están encontrando dificultades para
acceder al crédito, y esa tendencia con toda probabilidad empeorará debido a
cómo los gigantes hipotecarios Fannie Mae y Freddie Mac están enturbiando los
mercados crediticios.
La compañía de servicios de nómina Paychex Inc. ha registrado
pocos negocios nuevos últimamente, cosa que atribuye a una restricción general
del crédito. La misma Paychex vivió en carne propia el endurecimiento de los
préstamos cuando hace poco decidió abrir una línea de crédito con un banco.
"Acudimos a nuestro principal banco, con el que hemos trabajado
durante los últimos 20 años, pero ni se imaginan por lo que tuvimos que pasar
para conseguirlo", dijo John Morphy, el director financiero de la empresa, en
una llamada reciente a los inversionistas.
La restricción del mercado de crédito está afectando el
comportamiento corporativo. En el segundo semestre de 2007, Del Monte Foods Co.
compró US$50 millones de sus propias acciones a un precio promedio de US$9,31
por acción. Ahora, las acciones están aún más baratas (US$7,76 al cierre del
viernes). Pero en lugar de comprar más títulos, la compañía está manteniendo
efectivo para convencer a los inversionistas de su capacidad para obtener
préstamos.
"El mercado de crédito es hoy muy incierto, por decir lo menos,
y lo último que queremos es que nuestro crédito resulte afectado", señaló este
mes a inversionistas Dave Meyers, director financiero de Del Monte. Si la
calificación de crédito de Del Monte cayera siquiera un poco, sugirió, la
compañía podría incurrir en millones de dólares adicionales en costos de
préstamos.
La ampliación de la crisis crediticia ha frenado las
expectativas de que la Reserva Federal suba las tasas de interés en los próximos
meses para combatir el incremento de precios. La tasa interbancaria de la Fed,
en 2%, está bastante por debajo del índice de la inflación. Pero esa política
monetaria sencilla no está produciendo un clima de préstamos fáciles para la
economía. Los prestatarios no han visto que los intereses bajen como
consecuencia del recorte de tasas que la Fed inició a fines del año pasado y los
prestamistas están imponiendo condiciones más duras. La caída en el mercado
accionario significa que las compañías tampoco pueden acceder al mercado de
capital para obtener liquidez.
A pesar de la desaceleración del mercado de la vivienda
estadounidense y de los problemas del mercado de crédito que empezaron a
mediados del año pasado, el crecimiento en la cantidad de crédito mantenido por
los bancos no empezó a disminuir hasta este año, según datos de la Fed. En el
segundo trimestre, ese crédito cayó 1,5%, la mayor contracción trimestral desde
1948.
Eso se debió en gran manera a la importante reducción por parte
de los bancos en el nivel de bonos y otros títulos de deuda en sus libros
contables, aunque el enfriamiento se siente en todos los tipos de préstamos. Las
grandes pérdidas incurridas por los bancos en valores hipotecarios los están
forzando a elevar sus niveles de liquidez, algo que conlleva a un endurecimiento
de las condiciones para otorgar préstamos. Y debido a que desconocen qué otros
problemas acechan a sus libros de contabilidad, están siendo especialmente
cautos.
La dificultad y los costos más altos asociados con la obtención
del crédito están afectando la capacidad de algunas compañías para operar. En un
sondeo a directores generales de finanzas de 468 empresas estadounidenses
llevado a cabo en junio, John Graham, profesor de finanzas de la Universidad de
Duke, encontró que las empresas con una calificación de crédito baja en
particular estaban incurriendo en costos bastante más altos para obtener
préstamos y estaban teniendo dificultades para iniciar o renovar líneas de
crédito bancarias. Muchas compañías dijeron que estaban recortando o atrasando
nuevos planes de inversiones, reduciendo las contrataciones e iniciando
programas de reducción de costos como resultado de las duras condiciones de
crédito.
La vivienda lleva meses sumida en una restricción del crédito.
Ahora, con los gigantes Freddie Mac y Fannie Mae en problemas, los potenciales
compradores se encuentran con que pedir prestado es incluso más difícil.
David Stevens, que dirige las operaciones hipotecarias de Long
& Foster Real Estate, en Fairfax, Virginia, trabajó en Freddie Mac de 1999 a
2005 y dice que el prestamista de hipotecas es mucho más estricto ahora con las
hipotecas que acepta. Ron Phipps, quien dirige Phipps Realty, en Warwik, Rhode
Island, dice que los bancos están haciendo pasar por muchas pruebas incluso a
los prestatarios más sólidos, pidiéndoles innumerables documentos antes de
aprobar una hipoteca.