En un intento por apuntalar la confianza en los gigantes
semiestatales de hipotecas Fannie Mae y Freddie Mac, el Departamento del Tesoro
y la Reserva Federal estadounidense (Fed) anunciaron un paquete de medidas que
deja en claro el respaldo del gobierno a ambas entidades.
Por Michael Corkery, James Hagerty, Liz Rappaport, Deborah
Solomon
y Sudeep Reddy
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The Wall Street Journal
En un intento por apuntalar la confianza en los gigantes
semiestatales de hipotecas Fannie Mae y Freddie Mac, el Departamento del Tesoro
y la Reserva Federal estadounidense (Fed) anunciaron un paquete de medidas que
deja en claro el respaldo del gobierno a ambas entidades.
En un comunicado divulgado antes de la apertura de los mercados
el lunes y de una anticipada subasta de deuda de Freddie Mac, el Departamento
del Tesoro señaló que planea solicitar al Congreso la aprobación de un aumento
temporal de una línea de crédito para ambas compañías. También anunció que
buscará obtener una autorización temporal para adquirir una participación
accionaria en cualquiera de las dos compañías "en caso de ser necesario". El
plan también contempla "un rol de asesoría" para la Fed en el proceso para
establecer los requisitos de capital y otros temas para Fannie y Freddie.
La Fed, por su parte, otorgó al Banco de la Reserva Federal de
Nueva York facultades para prestar dinero a las entidades si se estima
necesario. La medida les otorga a Fannie y Freddie acceso a los fondos de la
ventanilla de descuento.
En su conjunto, el paquete constituye un intento de parte del
gobierno para hacer todo lo que esté a su alcance sin tener que intervenir en
las entidades. El objetivo es enviar a los inversionistas una clara señal de su
respaldo a Fannie y Freddie y su fe en sus perspectivas de largo plazo.
Para gran parte del mundo, el mayor impacto de la crisis de
Fannie y Freddie puede ser un mayor deterioro de la confianza en los mercados
globales de capital y en la posibilidad de que la economía estadounidense y el
dólar se puedan recuperar en el corto plazo.
Los bancos centrales e instituciones financieras de Asia, por
ejemplo, son grandes tenedores de deuda estadounidense y se cree que poseen
sustanciosas porciones de deuda de Fannie Mae y Freddie Mac. Según los últimos
datos del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, los extranjeros poseían un
21,4%, o US$1,3 billones (millones de millones) del total de la deuda circulante
a largo plazo emitida por el gobierno estadounidense hasta junio del año pasado.
China y Japón eran con holgura los mayores inversionistas en estos valores.
Las medidas del gobierno buscan romper lo que algunos
economistas denominan un círculo vicioso que agobia al mercado inmobiliario.
Todo empieza con una oferta excesiva de viviendas que hace que
los precios se precipiten. La caída en los precios causa más ejecuciones
hipotecarias, a medida que aumentan las dificultades de los propietarios para
refinanciar sus préstamos o vender sus casas. Los bancos son reticentes a
prestar en un momento en que el valor de las viviendas se sigue hundiendo y los
impagos siguen subiendo. Eso, a su vez, perjudica la demanda por bienes raíces,
que se traduce en nuevas caídas de precios y más cesaciones de pagos.
Este círculo vicioso, que empezó con los deudores de créditos
hipotecarios de alto riesgo o subprime, ha crecido mucho más allá de ese pequeño
segmento y ahora abarca a las hipotecas que no son de alto riesgo, el principal
sustento de los activos hipotecarios de Fannie y Freddie. Por ahora, las
pérdidas crediticias de ambas empresas han sido relativamente pequeñas en
comparación a su tamaño. En el primer trimestre, Fannie Mae reportó US$728
millones en pérdidas sobre préstamos individuales que resultaron impagos y que
están en el proceso de ejecución. Eso representa una mera fracción de los US$5,2
billones en hipotecas que Fannie Mae posee o garantiza. Sin embargo, las
compañías están sufriendo una crisis de confianza porque no está claro cuán
grandes llegarán a ser las pérdidas relacionadas al crédito. Mucho dependerá de
hasta dónde caigan los precios de las viviendas."El derrumbe en los precios
inmobiliarios está en la raíz de todos nuestros problemas económicos y
financieros", dice Mark Zandi, economista jefe de Moody's Economy.com y autor de
un nuevo libro sobre la debacle de las hipotecas subprime.
Los problemas de Fannie y Freddie ya empiezan a repercutir en
los mercados de deuda. Los bonos del Tesoro estadounidense son ampliamente
considerados como la inversión de menor riesgo. No obstante, a medida que se
acumulan las dificultades financieras, algunos inversionistas empiezan a evaluar
el riesgo de un evento antes inconcebible: una cesación de pagos por parte del
gobierno estadounidense. Los bonos del Tesoro estadounidense llevan una
calificación de triple A, la máxima a la cual se puede aspirar, y tienen el
respaldo de las empresas y los contribuyentes del país. Así que dicha
posibilidad es difícil de imaginar. Sin embargo, un vistazo al mercado de los
seguros contra la cesación de pagos, instrumentos financieros derivados llamados
en inglés de credit default swap, o CDS, sugiere que los inversionistas creen
que pueden ganar dinero si aumenta la percepción de que el peor de los
escenarios es factible. La semana pasada, se duplicó el precio de un CDS que se
activa si el bono del Tesoro de EE.UU. a diez años cae en cesación de pagos.
Actualmente, un inversionista tendrá de pagar US$35.050 al año para asegurar un
total de US$10 millones en bonos del Tesoro de EE.UU., mucho más que su auge
anterior de US$28.677, alcanzado en marzo.