El petróleo marcó otro récord histórico este jueves al traspasar la línea de los
US$ 145 el barril, mientras las bolsas europeas y asiáticas seguían cayendo en
sintonía con un nuevo derrumbe de las acciones de Wall Street del miércoles. La
constante suba del oro negro, que ya no parece tener techo ni piso, sigue
impulsando la debacle bursátil en medio de crecientes rumores de guerra en
Medio Oriente que alimentan y exacerban la especulación financiera en los
mercados energéticos.
Acompañado de rumores
apocalípticos (en muchos casos lanzados por los propios especuladores) este
jueves el petróleo alcanzó un nuevo máximo histórico, mientras el dólar seguía
cayendo luego de datos negativos de empleo en Estados Unidos que habían
impulsado una venta masiva de acciones en Wall Street en la jornada anterior.
El crudo estadounidense subió hasta US$ 1,49 , cotizando a un récord de US$
145,75 por barril, según Reuters.
En tanto, el dólar tocaba un mínimo de 2 meses contra el euro el jueves, tras un
informe en la víspera que mostró que en junio se perdió la mayor cantidad de
puestos de trabajo privado en casi seis años.
El miércoles, la Bolsa de Nueva
York cerró con un descenso del 1,46% en el Dow Jones de Industriales,
después de que el barril de petróleo de Texas cerró a un precio récord de 143,57
dólares y tras la fuerte bajada de las acciones de General Motors (GM).
El Dow Jones de Industriales, el índice más importante de Wall Street, bajó
166,75 puntos (1,46%), para situarse en 11.215,51 unidades, con 24 de los 30
valores que lo componen en rojo.
Este índice terminó la sesión un 20,8% por debajo del récord de 14.164,53
dólares que alcanzó el pasado 9 de octubre.
La dimensión de la caída de la
bolsa estadounidense queda en evidencia cuando se observa el comportamiento de
la acción de General Motors que pasó de US$24 a US$ 7,llegando así a su valor
más bajo desde 1964.
Los títulos de General Motors fueron los que más cayeron en el Dow Jones al
bajar un 15,06%, después de que Merrill Lynch rebajó la recomendación de compra
de sus acciones al considerar que necesita un inyección de capital de 15.000
millones de dólares.
Las bolsas europeas caían
ampliamente a primera hora del jueves y tocaban su mínimo nivel de tres
años, ante las pérdidas del día anterior en Wall Street, los nuevos máximos
del petróleos y los flojos indicadores económicos estadounidenses.
Los bancos eran los perdedores más destacados de la mañana ante las
caídas de Banco Santander, UBS y Societé Générale de entre el dos y el 3,3 por
ciento.
El temor a la inflación se veía agravado por la escalada del barril de crudo a
un nuevo récord de US$ 145.
El Indice Nikkei de la Bolsa de
Tokio cerró el jueves con baja por undécima jornada consecutiva y registró así
su mayor racha de descensos en más de 50 años.
Las preocupaciones sobre los altos precios del petróleo y la economía global
afectaron a exportadores como Toyota Motor.
El Nikkei no sufría una serie tan prolongada de caídas desde los 12 recortes
seguidos de mayo y junio de 1953.
El Indice Nikkei cerró con baja de 20,97 puntos, un 0,16 por ciento, a
13.265,40 tras abrir a 13.161,78 y oscilar entre 13.118,89 y 13.326,95.
El petróleo subió más de un 50 por ciento en lo que va del año, ayudado por
flujos de capital especulativo que buscan protección ante la crisis financiera,
la inflación y la pérdida de valor del dólar.
"Tenemos un dólar más débil, la reducción en los inventarios de crudo en Estados
Unidos (...) Podríamos ver algo de toma de ganancias pero todo depende del
dólar", dijo a Reuters Gerard Rigby, de Fuel First Consulting en Sidney.
Aunque se barajan varios factores como causa de la suba del petróleo para
la mayoría de los analistas del sector la nueva embestida alcista se generó por
la preocupación sobre el suministro mundial y el aumento de la tensión entre
Irán e Israel que ha llevado los precios a nuevos máximos en los últimos
días.
Hay una percepción extendida entre los especialistas de que una posible guerra
Irán e Israel calienta el petróleo y baja las bolsas, lo que imprime más
incertidumbre a los mercados financieros donde los especuladores (frente a la
crisis bursátil) se refugian en las acciones del petróleo y las materias
haciendo estallar para arriba los precios.
Durante el fin de semana que pasó, Irán e Israel protagonizaron duros cruces y
amenazas de guerra que van configurando un escenario cada vez más nítido de
enfrentamiento que parece no tener retorno.
Además, la imparable escalada del petróleo, que la semana pasada produjo un
derrumbe sin precedentes de Wall Street y del sector bancario estadounidense,
con un efecto de arrastre de las bolsas de todo el mundo, ya precipitó una
guerra de productores, bancos y petroleras que se culpan entre sí de las
causas que originan la suba desproporcionada de los precios del oro negro y su
impacto sobre la economía global.