La desaceleración económica ya afecta a una de las áreas más sensibles de
la sociedad de consumo estadounidense: El uso del automóvil. Con el galón de
gasolina a US$ 4,8 la mayoría busca reducir costos limitando la utilización del
automóvil, comprando una unidad más chica, utilizando transporte público o
reduciendo planes vacacionales. En consecuencia, la industria automotriz sufre
una pronunciada caída de sus ventas, lo que va a traer ajustes con despidos
masivos de personal que se sumarán al creciente desempleo en EEUU.
Los altos precios de la gasolina
están infligiendo penurias en todo Estados Unidos, donde nueve de cada diez
personas dicen que esperan que la situación les afecte en el próximo semestre,
de acuerdo con un sondeo de The Associated Press-Yahoo News dado a
conocer el lunes.
Casi la mitad de los encuestados piensan que las penurias serán grandes.
Para lidiar con la situación, la mayoría está usando menos sus automóviles, el
aire acondicionado y reduciendo gastos en otras partes.
La mayoría están reduciendo sus planes vacacionales y casi la mitad están
contemplando comprar automóviles que consuman menos combustible.
A medida que los precios se disparan descontroladamente, ha subido también la
ira del público.
Dos terceras partes de los encuestados consideran que los precios de la
gasolina son un tema muy importante, superando a la economía, la salud
pública y la guerra en Irak como el problema más urgente del país.
En noviembre de 2007, cuando la gasolina costaba un dólar menos por galón
que ahora, apenas la mitad de las personas dijeron que los precios eran
extremamente importantes.
El 47% de personas encuestadas en el sondeo más reciente dijeron esperar que los
precios les causen problemas graves, aproximadamente la misma cifra que en la
encuesta de noviembre, pero representó un incremento de 30% respecto al sondeo
de junio de 2004, cuando la gasolina costaba como un promedio de 1,97 dólares
por galón.
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La mirada
preocupada en el precio del combustible, después de cargar en un surtidor de
Boston. |
Ventas de autos en picada
Los tres fabricantes de
automóviles más grandes de Estados Unidos (General Motors, Chrysler y Ford)
anunciaron una caída en sus ventas, en lo que suma una nueva evidencia de la
retracción económica que sufre el país, informa la BBC.
Chrysler dijo que sus ventas de
junio estuvieron un 36% por debajo de las registradas en el mismo mes en 2007,
mientras que la ventas de Ford declinaron un 28% para el mismo período.
El lunes, Chrysler anunció el cierre de una de sus plantas con más de 2.000
pérdidas de puestos de trabajo.
General Motors (GM), en cambio, sufrió un bajón menor al esperado: 18%, lo que
fue celebrado como un triunfo en Wall Street.
Así, las acciones de GM, que habían alcanzado este lunes su punto más bajo en 54
años, se recuperaron el martes en un 2,2% y le ganaron participación en el
mercado a su archi rival japonés Toyota, cuyas ventas cayeron un 21%.
Mientras que la baja en las ventas de Ford se debe a la decisión del consumidor
estadounidense de no comprar camionetas (SUV) y otros vehículos de alto consumo
de gasolina.
"Los compradores de vehículos en Estados Unidos están eligiendo autos más
pequeños y que consuman menos combustible, en un esfuerzo por lidiar con los
precios récord de la gasolina", dice el periodista de la BBC, Mark Gregory.
Las industrias automotrices tratan de acomodarse a las nuevas condiciones del
mercado.
Chrysler fue la marca más afectada, con una caída del 36%.
General Motors asegura haber hecho progresos en su gama de modelos para
ajustarse a las nuevas necesidades del consumidor.
Mientras que Ford compensa sus cifras negativas con un salto en las ventas del
Ford Focus, uno de sus modelos más económicos.
Además, los fabricantes de autos de Estados Unidos ya han estado recortado
puestos de trabajo para frenar sus pérdidas.
Los analistas pronostican que habrá una crisis mayor aún en los meses
venideros, redondeando un año en el que las ventas de autos llegaron a su punto
más bajo desde 1993.
La desaceleración económica está penetrando cada área de la vida estadounidense,
incluyendo a las omnipresentes cafeterías Starbucks, relata desde Nueva York el
corresponsal de la BBC Greg Wood.
La empresa cerrará unos 600 locales en todo el país, dejando cesantes a unos
12.000 empleados que Starbucks espera poder reubicar en otros centros de venta.
"Pero la noticia se sumará a la preocupación sobre el creciente desempleo en
Estados Unidos", indica Wood.
Se prevé que a finales de esta semana se conocerán las cifras que muestran que
el número de personas empleadas ha disminuido en los últimos seis meses.