Según refleja un sondeo
elaborado por la entidad privada de análisis The Conference Board, la confianza
de los consumidores estadounidenses cayó en junio a su nivel más bajo desde
febrero de 1992.
Esto ocurre en un momento en el que la economía de EE.UU. se ve afectada por la
caída del sector inmobiliario y el acusado incremento de los precios de los
combustibles y los alimentos.
Los resultados de la encuesta elaborada por The Conference Board se tienen muy
en cuenta, ya que el gasto de los consumidores supone dos tercios de la
actividad de la economía estadounidense. ç
El índice de confianza se situó en los 50,4 puntos, lo que supone una caída
de 7,7 puntos con respecto a mayo, un descenso más acusado de lo que los
analistas esperaban.
"Es fácil explicar qué es lo que deprime a los consumidores estos días. Tan
sólo hay que echar un vistazo al precio de la gasolina y al valor de las casas",
afirma Dana Saporta, economista de la entidad financiera Dresdner Kleinwort.
Las perspectivas de los consumidores estadounidenses de cara al futuro son
sombrías, según el sondeo.
El porcentaje de consumidores que esperan que las condiciones para los
negocios empeoren en los próximos seis meses aumentó un punto, hasta
alcanzar el 33,9%.
Mientras, el porcentaje de aquéllos que esperan una caída en la creación de
empleo subió algo más de 3 puntos, hasta situarse en el 35,5%.
El índice de confianza de los consumidores, basado en las respuestas de 5.000
hogares, ha caído en picado en los últimos meses. En julio de 2007 estaba
situado en los 111,9 puntos.
"Mirando el futuro, las perspectivas de los consumidores son tan sombrías,
que por eso el índice de confianza ha caído hasta el nivel más bajo de su
historia", afirma Lynn Franco, directora del Centro de Investigaciones del
Consumidor del The Conference Board.
"Quizás el lado positivo de este informe poco esperanzador es que la confianza
de los consumidores puede estar cerca de tocar fondo", concluye Franco.