Finalmente, y en medio de una alerta mundial por la suba de los alimentos
y el petróleo, la inflación en EEUU se disparó a su nivel más alto impulsada por
el elevado costo de la gasolina. La tendencia confirma que los peores
pronósticos para la economía imperial ya se están convirtiendo en realidad, y se
agudizan los temores de una recesión con impacto directo en la economía
mundial, principalmente, en Europa y China, cuyos procesos económicos están
entrelazados al comercio con EEUU.
Informe especial
IAR Noticias
Según informó el Departamento de
Trabajo estadounidense, el Indice de Precios al Consumo (IPC) de EE.UU. creció
en mayo un 0,6 por ciento, el mayor aumento desde noviembre.
El disparador de la suba -según la
información oficial- fue el aumento del precio de los combustibles, en
especial la gasolina, cuyo precio ya superó los US$ 4,4 el galón por primera
vez en la historia a nivel nacional.
El precio de la gasolina subió el
5,7% el mes pasado, a causa del alto costo del petróleo que la semana pasada
alcanzó más de US$139 por barril, y se mantiene amenazante en la línea de
los US$136.
De acuerdo con una encuesta de la
Administración de Información de Energía (EIA por su sigla en inglés), el
precio nacional de la gasolina regular trepó en la última semana 6,3 centavos de
dólar, a un récord de US$ 4,04 el galón, lo que representa un alza de
96 centavos frente al año pasado.
También aumentaron los costos de
la electricidad (0,9 por ciento), y también se reflejó en los bolsillos de los
consumidores.
El índice que mide los precios de
la energía en los hogares estadounidenses, por su parte, sufrió un alza del 2,8
por ciento en mayo, lo que representa la cuarta alza consecutiva, según
el Departamento de Trabajo.
El aumento de los precios al
consumidor en mayo ya puso en alerta a la Reserva Federal (Fed) que culpa
del repunte de la inflación en EEUU, al aumento en los precios del
petróleo y de los alimentos.
Pese a que la Reserva Federal
ha reducido drásticamente las tasas en los últimos ocho meses, la economía
continuó con su marcha descendente impulsada por la escalada de los
precios del petróleo y su impacto inmediato en el precio de la gasolina y de los
alimentos.
"La última ronda de incrementos
en los precios de la energía se ha sumado a los riesgos alcistas para la
inflación y a las expectativas inflacionarias", dijo Ben Bernanke en una conferencia organizada por la Reserva Federal de Boston, en Chatham,
Massachusetts.
Para varios medios y analistas de
Wall Street, las declaraciones de Bernanke indican que la inflación (y el
consecuente fantasma recesivo que conlleva) está ocupando un lugar prominente y destacado en el radar de la Reserva Federal que, pese a
cuatro intentos de salvataje financiero desde agosto del año pasado, aún no pudo detener
el colapso bancario que se retroalimenta con la escalada de los precios y la
gasolina para "enfriar la economía".
Por su parte, la Organización de
Países Exportadores de Petróleo redujo el viernes su previsión de crecimiento
global de la demanda en 2008 por tercera vez este año, una señal de que los
altos precios reducen el consumo.
La demanda mundial de petróleo aumentará este año en 1,1 millones de barriles
diarios, 60.000 barriles menos que en la previsión anterior, informó la OPEP en
su informe mensual. Las anteriores reducciones se produjeron en febrero y mayo.
"La lenta economía estadounidense, junto con los actuales precios del petróleo
tendrán efecto en la demanda no sólo en EEUU sino en todos los países de la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en el
segundo semestre del año", indicó el informe elaborado por economistas de la
OPEP.
Las previsiones sobre el impacto
mundial de una "estanflación" en EEUU (combinación de inflación con
recesión) se extienden entre las autoridades monetarias y los gobiernos, tanto
de países centrales como emergentes o periféricos.
Alerta mundial
En un pronóstico sombrío de la
economía imperial estadounidense siguen coincidiendo instituciones claves
del sistema económico-financiero internacional como la Reserva Federal y el
Tesoro de EEUU, el Banco Mundial, el FMI, así como el G-8 (los ocho países más
ricos) y los bancos centrales de Europa y de Asia, que ven en la confluencia
crisis hipotecaria-derrumbe del dólar-escalada de los precios del
petróleo-inflación, el detonante central de un (por ahora potencial) proceso
recesivo del capitalismo a escala mundial.
Este sábado, los países del G-8
-que comprende a Estados Unidos, Japón, Reeino Unido, Francia, Italia, Alemania,
Canadá y Rusia- advirtieron que la escalada de precios de las materias primas y
el petróleo amenazan el crecimiento económico mundial.
"Los elevados precios de las
materias primas, especialmente del petróleo y los alimentos, representan un
serio desafío para el crecimiento estable en todo el mundo, tienen graves
implicaciones para los más vulnerables y podrían aumentar la presión
inflacionista mundial", dijeron en un comunicado los ministros de Economía del
G-8 tras su reunión en Osaka (Japón).
Por su parte, el Secretario del Tesoro de EEUU, Henry Paulson, advirtió el
viernes que los altos precios del petróleo podrían prolongar la
desaceleración de la economía estadounidense.
Simultáneamente, el Comisionado
Económico de la Unión Europea, Joaquín Almunia, advirtió que EEUU corre
riesgo de una estanflación -recesión junto con inflación elevada- al estilo
de la década de 1970.
El miércoles pasado,
el Banco Central Europeo se declaró
en estado de "alerta máxima" respecto a los riesgos de inflación y afirmó
estar dispuesto a actuar de forma firme y oportuna para evitar un espiral
salarial en la eurozona.
El Banco Mundial, por su parte, advirtió en un informe que el proceso inflacionario con epicentro en EEUU y
Europa ya se había extendido tanto a las economías emergentes (en desarrollo
creciente) como a las subdesarrolladas, de Asia, África y América Latina.
"El fantasma de la inflación
empieza a causar estragos en los mercados emergentes", señala en un título,
este martes, el diario The Wall Street Journal afirmando que las
preocupaciones por las presiones inflacionarias que se siguen multiplicando en
Europa y EEUU ya están causando estragos en los mercados financieros de los
países emergentes.
La
especulación financiera en los mercados agro-energéticos está castigando las
acciones, los bonos y las divisas de los países, que ya están experimentando una
inflación galopante, o donde el alza de precios se suma a otras
vulnerabilidades económicas.
A
comienzos del año, muchos economistas advertían que la mayor amenaza que se
cernía sobre los mercados emergentes era una desaceleración económica,
procedente de EEUU y de las economías europeas azotadas por el efecto del
colapso hipotecario en los mercados financieros.
En un
informe presentado el martes, el Banco Mundial predijo caídas en el crecimiento
para este año de los países en desarrollo en su informe anual de Finanzas
Globales de Desarrollo, destacando que los precios cada vez más altos del
crudo y de los alimentos están desatando las presiones inflacionarias.
El fantasma de la recesión global
Que la inflación en EEUU se haya
elevado a su nivel más alto en los últimos seis meses no es un dato menor:
El Imperio estadounidense continúa siendo la primera potencia económica del
mundo y todo lo que sucede en sus sistema económico financiero repercute
inmediatamente a escala global.
La recesión y la inflación en
EEUU llegan juntas porque la crisis financiera converge con la crisis
energética que hace subir el precio del petróleo (producto de la especulación
financiera) arrastrando hacia arriba a un amplio abanico de materias
primas, que, a su vez, elevan los precios de los alimentos y de la gasolina
generando una baja del consumo.
La suba de los alimentos de
consumo esencial, a su vez, actúa en EEUU, como principal disparador de la tasa
de inflación y del consecuente proceso de recesión económica que conlleva lo que
los expertos denominan estanflación.
Y hay dos elementos claves que
explican porqué una crisis recesiva en EEUU se proyectaría inmediatamente a todo
la economía mundial, tanto en los países centrales como en los "emergentes" y en
los "periféricos":
A) En el
actual modelo globalizado de economía mundial EEUU es el principal comprador
y consumidor de productos y recursos energéticos, y representa 22,5% de
la economía mundial, según los últimos cálculos del Banco Mundial.
B) la
economía mundial capitalista está "dolarizada" (el dólar es la moneda
patrón de todas las transacciones comerciales y financieras a escala global).
Estos
dos factores centrales explican porqué cualquier oscilación o desequilibrio
económico-financiero que tenga a EEUU como protagonista, impacta y se esparce
inmediatamente por todo el "sistema".
Con un
proceso recesivo de su economía y un dólar devaluado, EEUU (el principal
comprador de la "gran fábrica" asiática) reduciría drásticamente sus compras a
China, y Europa, que ya enfrenta un fenómeno recesivo en su economía
comunitaria, ingresaría en una contracción de sus sistema económico productivo.
Como
impacto inmediato, la economía china también ingresaría en un proceso
recesivo (detención del crecimiento) que la obligaría a reducir sus
importaciones de materias primas y de petróleo,
A su vez
la reducción en la importación de materias primas y de petróleo por parte de
China (el principal importador mundial) impactaría en las economías de Rusia
y de los "países emergentes" (los principales exportadores de petróleo y de
materias primas a China) que ya sufren una espiral inflacionaria y podrían
ingresar en un proceso recesivo de sus economías.