A juicio de Rice, el "realismo estadounidense" tiene como punto de partida la
realidad de la política internacional y la naturaleza de la identidad
estadounidense, con la combinación del "idealismo moral y los intereses
materiales" del país, y la coordinación de la grandiosa fuerza y el sublime
objetivo de la nación. Partiendo de estas bases, el realismo diplomático de
Washington busca en última instancia promover la restructuración y la reforma
del mundo.
Según la jefa de la diplomacia
estadounidense, los presidentes Theodore
Roosevelt y Harry S. Truman son los principales exponentes de esta teoría. El
primero accedió a la presidencia en 1901 tras el asesinato del presidente
William McKinley y fue reelegido en 1904. Practicó una política exterior
marcada por cierta agresividad, participó en la invasión de Cuba y en la
represión de los levantamientos populares de la isla, y bajo su mandato Estados
Unidos se hizo con la jurisdicción del canal de Panamá.
En palabras de Rice, "Teddy Roosevelt, que hablaba con
suavidad a nuestros
enemigos, nunca dudó en llevar un gran palo", frase que ilustra con claridad la
política y el discurso del presidente estadounidense, George W. Bush, respecto
al escudo de misiles que la Casa Blanca tiene previsto desplegar en Europa del
Este. De acuerdo con Washington, la oposición de Rusia al proyecto no podrá
evitar que la medida prospere, lo que constituye una postura claramente
agresiva. Sin embargo, al mismo tiempo, las autoridades estadounidenses parecieron
intentar mostrar cierta flexibilidad, muestra de lo cual fue la invitación al
presidente ruso, Vladimir Putin, para que visitara Estados Unidos con el fin de
discutir la cuestión.
Harry Truman, por su parte, tomó las riendas del país al término de la
Segunda Guerra Mundial y estuvo en el poder hasta 1953. Luchó con vehemencia
contra la expansión del comunismo en Europa, fue un firme promotor de la guerra
fría y no huyó de la confrontación.
De este modo, también pueden encontrarse similitudes entre Truman y el actual
presidente, hasta tal punto de que desde la cúpula de la Casa Blanca se ha
declarado en diferentes ocasiones, bien de forma directa, bien de forma velada,
que Bush es "un segundo Truman".
En este sentido, estas mismas voces son las que defienden que
independientemente de la fuerte oposición que ha despertado la guerra de Irak,
Bush pasará a la historia como el principal abanderado de la lucha contra el
integrismo islamista.
En su discurso, Rice proponía tres medidas para promover
la reestructuración y reforma mundial: la liberalización económica, la ayuda
exterior y el aprovechamiento de elementos con los que cuenta Estados Unidos
para promover la transformación de otros países.
En cuanto a la liberalización comercial, la secretaria de Estado afirmaba que
"el comercio no es sólo un motor de crecimiento económico, sino también un
motor de reformas políticas", en definitiva, una defensa de la politización del
comercio y de la puesta de éste al servicio de las reformas nacionales. En lo
referente a las ayudas exteriores, Rice subrayaba que éstas contribuían también a
la transformación de aquellas naciones que se beneficiaban de ellas. En los
últimos seis años, Estados Unidos ha triplicado las ayudas al exterior.
Por último, está claro que entre "los elementos estadounidenses " figura la
capacidad militar de la potencia norteamericana. En definitiva, lo que subyace
a estas palabras es que la intervención armada también se considera una medida
de importancia en este proceso de "transformación" de las naciones.
Por otra parte, el realismo estadounidense y el
idealismo utilitario al que
Rice había hecho referencia con anterioridad son las dos caras de una misma
moneda, tal y como lo decía un artículo publicado el 12 de junio del
2007en el rotativo
chino Diario del Pueblo. Con el idealismo utilitario se intenta conjugar el
beneficio material del que se pueda aprovechar Estados Unidos con la
divulgación de los llamados valores americanos de democracia y libetad.
En el transcurso de este proceso, los ideales morales estadounidenses y el
utilitarismo pueden estar sujetos a menudo a contradicciones, lo que por otra
parte constituye una de las razones principales por las que la diplomacia de
Washington sigue a veces un "doble discurso".
Uno de los ejemplos más representativos de este fenómeno está en Oriente
Medio, región en la que Estados Unidos necesita, por una parte, tanto el
petróleo que abunda en la zona como el apoyo de estos países a la política de
Washington en Irak; por la otra, pretende forzar a éstas naciones a que adopten
el proyecto de reforma democrática americano.
El aspecto que se enfatiza en cada circunstancia depende directamente de las
necesidades e intereses de Washington en cada momento concreto. Por lo tanto,
el corolario que se sustrae de todo esto es que independientemente del "ismo"
que persiga, la diplomacia de Estados Unidos se basa en un "pragmatismo" de
raíz.