La proyección de Lehman Brothers Holdings Inc. sobre una
pérdida trimestral de US$2.800 millones intensificó la ansiedad de que la agonía
de los bancos y las firmas de valores durará más tiempo del previsto.
Por
Sussane Craig y
Tom Lauricella -
The Wall Street
Journal
Lehman planea una emisión de US$4.000 millones en acciones
comunes y US$2.000 millones en acciones preferentes que, con el tiempo, se
convertirán en acciones comunes.
El anuncio de la firma de valores de Nueva York de que anticipa
su primera pérdida neta desde 1994 junto a una andanada de malas noticias
provocó una caída de las acciones financieras. Analistas e inversionistas que
esperaban que lo peor ya había pasado, ahora parecen resignados a soportar una
nueva racha de préstamos incobrables, inversiones desvalorizadas e inyecciones
de capital durante las próximas semanas y meses.
En Wall Street, la inesperada pérdida de Lehman subraya la
encrucijada que enfrenta la firma y sus rivales en un momento en que reducen
drásticamente su dependencia del endeudamiento. Los fondos prestados impulsaron
ganancias récord cuando los mercados prosperaban, pero estimularon una excesiva
asunción de riesgo que ahora las persigue. Mientras Lehman y otras firmas de
valores reducen el uso del apalancamiento, tendrán más dificultad para generar
la clase de crecimiento al que los inversionistas estaban acostumbrados antes de
que brotara la crisis del crédito a mediados del año pasado.
Por si esto fuera poco, las turbulencias del mercado han
causado la desaparición de ciertos negocios que eran verdaderas minas de oro
para Wall Street, desde el empaquetamiento de hipotecas hasta la concesión de
grandes préstamos a empresas. Esto significa que su recuperación tardará más de
lo previsto.
Lehman, la más pequeña de las cuatro grandes casas de valores
de Wall Street después del matrimonio a punta de pistola entre Bear Stearns Cos.
y J.P. Morgan Chase & Co., siempre ha sido un competidor feroz. Sin embargo,
pese a dedicar miles de millones de dólares para financiar su incursión en las
áreas de compraventa de acciones, banca de inversión y administración de
activos, a Lehman le ha costado expandirse más allá de sus raíces como una
empresa de bonos. La firma ahora paga caro su acumulación de deuda hipotecaria y
de adquisiciones apalancadas.
"Otras firmas pueden mitigar las pérdidas, pero Lehman tiene
una base de capital más pequeña y concentrada", señala Meredith Whitney,
analista de Oppenheimer & Co. "No es que la estrategia de diversificación haya
funcionado. Es un proceso que no ha concluido". Ejecutivos de Lehman no
respondieron llamadas para comentar para este artículo.
Muchos de los precios de las acciones del sector financiero han
caído a niveles que no se veían desde mediados de marzo, cuando Bear Stearns
estaba al borde del colapso. En ese entonces, los inversionistas estaban
vendiendo acciones en medio de los temores de una implosión de los mercados
financieros globales. En esta ocasión, el problema es algo más básico: los
motores de las ganancias de muchas firmas financieras están en peor condición de
lo que se pensaba.
Mientras tanto, el declive del mercado inmobiliario
estadounidense está teniendo un impacto prolongado y profundo en los resultados
de las entidades financieras. Esto quedó de manifiesto el lunes cuando Standard
& Poor's redujo la calificación de más de US$100.000 millones en valores
respaldados por hipotecas residenciales garantizadas por los alicaídos
aseguradores de bonos MBIA Inc. y Ambac Financial Group Inc., los cuales
perdieron sus cruciales calificaciones triple A la semana pasada. S&P dijo que
la decisión "se sumará a las presiones" sobre los bancos y las casas de
corretaje, aunque agregó que no cree que la medida cause pérdidas adicionales.
Las réplicas del colapso del mercado de bienes raíces también
se reflejaron en un informe de UBS que predijo que el prestamista Washington
Mutual Inc. sufrirá pérdidas por US$21.000 millones hasta 2011.
"Los mercados se están ajustando a un entorno económico más
severo", afirma Charles Lahr, un gestor de portafolio de Mutual Financial
Services Fund. Uno de los datos que más preocupa a los inversionistas es el
salto en el desempleo estadounidense que ascendió a 5,5% en su última lectura.
La razón es que, en los modelos que los bancos usan para predecir pérdidas sobre
préstamos incobrables, un aumento por encima de 6% en el desempleo podría
desatar otra ola de rebajas contables, explica Lahr.