Acusado por MacCain y los republicanos de "debilidad y de falta de experiencia"
para conducir la política USA de "seguridad" y "guerra contra el terrorismo", y
a su vez puesto en la mira conservadora por sus raíces musulmanas, Barack
Hussein Obama, el casi virtual candidato demócrata a la presidencia de
EEUU, decidió dar un giro a sus estrategia de campaña y adoptar una posición de
"mano dura" con el demonizado "eje del mal" representado por Irán, Cuba y
Venezuela. Las evidencias marcan claramente que gane quien gane en EEUU, el
único ganador es el Imperio y sus corporaciones.
Informe especial
IAR Noticias
El 2008, año de elecciones
presidenciales en EEUU, está marcado por un show mediático internacional
destinado a hacer creer a las mayorías mundiales que la primera potencia
capitalista, empantanada en Irak y Afganistán y al borde de una recesión
económica de efectos imprevisibles, se puede regenerar a sí misma y producir
nuevas expectativas y cambios de política a nivel mundial con la nueva
administración que asuma en enero de 2009.
Sólo se trata de ilusionismo para
incautos, ya que asuma quien asuma el timón del Imperio - y como sucede en cada
turno presidencial- una vez terminados los comicios, republicanos y demócratas
cerrarán filas, desde la Casa Blanca y el Congreso, para encarar la
continuidad de las políticas que dejó el predecesor en el sillón presidencial, en este caso
Bush.
La voltereta discursiva de Barack
Hussein Obama, al que el lobby judío liberal ya está inventando como la "octava
maravilla", y que reemplazó a Hillary Clinton en el favoritismo de los grupos
financieros superconcentrados del sionismo de Wall Street, es una clara
evidencia de que las diferencias con su posible rival republicano, John
McCain, son prácticamente inexistentes.
Esta semana, y en un giro
sorprendente, el senador "blanquinegro" Obama abandonó sus anteriores
posiciones que lo diferenciaban del republicano en materia de política exterior
y de seguridad, y adoptó una línea de "tolerancia cero y mano dura" que lo
mimetiza con las posiciones de MacCain.
En su nueva estrategia, motivada por
su proximidad a la candidatura demócrata, Obama ofrece y plantea lo mismo que MacCain respecto de Cuba, Venezuela y Irán, pero en versión "más suave" y
edulcorada especialmente marketinizada para el consumo del electorado demócrata
norteamericano, y para la "izquierda democrática" que ya empieza a comprarlo a
escala planetaria.
Así por ejemplo, Obama dijo el
viernes que de ganar la Presidencia de EEUU mantendrá el embargo
económico a Cuba, impuesto hace 46 años, aunque permitirá los viajes
familiares y el envío de remesas a la isla.
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Barak Obama y George W. Bush, quien acusó, aunque sin nombrarlo, al senador
demócrata de pretender negociar con el gobierno del presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad |
El senador por Illinois justificó su
posición diciendo que cree que "no hay mejores embajadores para la libertad que los
cubanos y los cubanoamericanos" y porque el dinero estadounidense podrá
hacer que "el pueblo cubano sea menos dependiente de (Fidel) Castro".
También señaló que de ser elegido
presidente de EEUU hablará con toda América Latina, aunque le pedirá
explicaciones a Venezuela por su relación con las FARC.
Entre sus principales objetivos,
Obama apunta a "superar las promesas vacías de los políticos" y tener una nueva
estrategia para "lograr la libertad en la isla caribeña y la instauración de
la democracia".
La propuesta de Obama ante la influyente Fundación Cubanoamericana busca trazar
diferencias sutiles con la del candidato republicano a la Casa
Blanca, John McCain, que se comprometió ante la comunidad de exiliados cubanos
en Miami aun posible procesamiento ante tribunales norteamericanos de
altos dirigentes cubanos, entre ellos Fidel y Raúl Castro.
No obstante, el candidato demócrata volvió a mostrar las uñas (y sus verdaderas
intenciones, acusando insólitamente a la administración Bush de haber
dañado la imagen de Estados Unidos en la región "ayudando a enemigos de
Washington" como el presidente Hugo Chávez.
El misma línea de Bush y de MacCain,
Obama acusó a Chávez de degradar las instituciones democráticas en el país
y dijo que la Casa Blanca no tolerará el presunto apoyo de Venezuela a los
rebeldes de las FARC en Colombia.
"Arrojaremos luz sobre cualquier
apoyo que provenga de gobiernos vecinos", indicó.
Según el precandidato demócrata, los "torpes intentos" de la administración Bush de socavar la influencia de
Chávez en Sudamérica sólo fortalecieron al líder venezolano, señaló
citado por la agencia DPA.
Durante su alocución, Obama advirtió
que su gobierno llamará la atención "a cualquier apoyo que reciban las FARC
(Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) que provenga de gobiernos
vecinos'' y dijo que ese tipo de comportamiento debe ser denunciado
internacionalmente y "aislado a nivel regional (...) porque esta situación
no puede seguir así''.
Asimismo, Obama aseguró que no
levantará el embargo a Cuba hasta que la isla no lleve a cabo elecciones libres,
pero admitió que podría mantener conversaciones con el líder cubano Raúl Castro,
tras una "cuidadosa preparación".
El senador por Illinois añadió que podría reducir el embargo tras un análisis
caso por caso, si Cuba muestra signos de cambio democrático y libera a más de
200 presos políticos.
"Mantendré el embargo", aseguró Obama en Miami. "Nos da la influencia
necesaria para presentarle al régimen una opción clara", añadió en su
discurso citado por todas las agencias internacionales.
McCain adoptó la política de la
administración del presidente George W. Bush, que se niega a mantener
conversaciones con Cuba hasta que se realicen "elecciones democráticas"
que permitan la libertad de prensa y que todos los presos políticos sean
liberados.
En un acto de campaña realizado el lunes en Miami, lugar de residencia de una
gran población de cubanos-norteamericanos que prefieren una postura dura con el
régimen de la isla, el candidato republicano manifestó que las conversaciones
con Castro "animarían al régimen".
"Estos pasos enviarían la peor señal posible a los dictadores de Cuba, (de que)
no hay necesidad de implementar reformas fundamentales, sino que simplemente
pueden esperar por un cambio unilateral en la política estadounidense", dijo
McCain el martes.
Obama, traza su línea de
"diferenciación" con MacCain con su postura de "no eludir el diálogo" con
los enemigos (lease Cuba, Venezuela e Irán) pero manteniendo la firmeza en los
contenidos que no difieren con los del candidato republicano.
"Después de ocho años de políticas desastrosas de George Bush, ha llegado
la hora para avanzar en la "diplomacia directa", con amigos y enemigos, sin
precondiciones'', manifestó el senador de Illinois, que concluyó el viernes una
visita de tres días por la Florida. "Jamás dejaré de defender la libertad'',
aseveró.
Refiriéndose a su estrategia con
Cuba, Obama negó que haya intentado reunirse con el actual presidente de la isla
Raúl Castro, como habría manifestado su rival republicano McCain, y dijo que
alentará una "diplomacia directa'' con el gobierno cubano.
"Es hora de permitir a los
cubano-americanos ver a sus madres y padres, sus hermanas y hermanos. Es hora de
dejar que el dinero cubano-americano disminuya la dependencia de sus familiares
del régimen de Castro'', sostuvo.
Sus declaraciones fueron aplaudidas por los dirigentes de la Fundación
Cubanoamericana, refugio de anticastristas y antichavistas declarados, que
expresaron su "satisfacción" con los planes del precandidato demócrata.
"Estamos extraordinariamente satisfechos'', dijo José Hernández,
presidente de la fundación, en una improvisada rueda de prensa realizada tras el
almuerzo.
"Es el compromiso más grande que ha
hecho Obama'', declaró y de inmediato aclaró que no se opone a que Obama hable
directamente con Raúl Castro porque "es mejor hablar antes que quedarse de
brazos cruzados''.
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El republicano John McCain y el demócrata Barack Obama:
lo mismo, pero con "diplomacia" |
Asimismo, refiriéndose a la Iniciativa Mérida que procura combatir el
narcotráfico, el crimen organizado y el "terrorismo" en México y
Centroamérica (Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y
Panamá), admitió que no dedica suficientes recursos, y destacó que Estados
Unidos tiene que trabajar "aún más al sur''.
Luego de dejar claro su alineamiento
con la "guerra contra el terrorismo" emprendida por Bush en la región,
Obama le dio un matiz de "justicia social" a su discurso agregando que
destinará más recursos económicos a la región para "combatir la pobreza".
Estados Unidos no puede "ignorar el sufrimiento a nuestro sur, ni permitir la
globalización de los estómagos vacíos'', consideró, y anunció que entre sus
planes figura el de aumentar "de manera significativa nuestra ayuda para las
Américas''.
Hasta aquí el juego marketinero,
diferencia de forma pero no de contenido con MacCain, que seguramente Obama
seguirá desarrollando si le gana la candidatura demócrata a Hillary Clinton.
Pero terminada la campaña
presidencial, y gane quien gane, la estrategia "blanda" (Obama) y la
estrategia "dura" (MacCain) desaparecerán y el único ganador será la
continuidad del Imperio legitimado por elecciones.
Y como lo demuestra la experiencia
histórica, t
erminada
las luces artificiales de la campaña electoral, demócratas y republicanos
dejarán de agredirse y se complementarán en un diseño de política estratégica de
Estado en defensa de los intereses de las grandes corporaciones económicas que
marcan el accionar de las políticas internas y de la conquista de mercados
encubierta en las "guerras preventivas" contra el "terrorismo".
Como diría un experto: El Imperio
siempre cambia para que nada cambie.
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