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Obama carece de experiencia y es más "maleable y controlable"
que la experimentada Hillary. |
Pero más
allá del resultado final entre Hillary y Obama, un sector de las cadenas
norteamericanas y europeas ya lo están "construyendo" por adelantado a Obama
como el "favorito" a ganar la presidencia de EEUU en noviembre de 2008.
Obama,
desde el discurso y la realidad, es un político híbrido, anodino,
intrascendente, sin ninguna posición estratégica ante el mundo, y, salvo el
discurso superficial y vacío, representa el fin del liderazgo fuerte que
representaron los Kennedy, Reagan, Clinton, Bush, entre los más cercanos
presidentes de EEUU.
Obama,
en otras palabras, no hace ninguna diferencia con la media del político
norteamericano actual ni con el nivel promedio estadístico de la sociedad
estadounidense parametrada por la superficialidad consumista como única
meta.
Como
dice un experto: Obama es lo que hay, es lo más representativo del estado
mental y psicológico de la clase dirigente imperial norteamericana y un espejo
de su sociedad opulenta y decadente que derrama grasa hasta por las neuronas.
Pero sí
sorprende que el senador blanquinegro que se catapultó (o lo catapultaron) a la
fama sea en sí mismo el "producto" más irrelevante que haya dado el
poder y el marketing político norteamericano de los últimos tiempos.
Algunos
analistas estadounidenses señalan que el vuelco hacia Obama por parte del lobby
judío que controla el capital financiero desde EEUU, no solamente obedeció a la
caída en las encuestas y las derrotas de Hillary.
Según
estas opiniones, para el lobby judío liberal que gobernó con Clinton en la
década del 90 Obama carece de experiencia y es más "maleable y controlable"
que la experimentada Hillary.
Simultáneo a la movida de The New
York Times y la CBC, un sector de la prensa imperial de EEUU y de Europa también
se ha lanzado a la creación del "fenómeno Obama" mediante titulares y
comentarios que lo sitúan como una "revelación",
poniéndolo como el candidato que "desborda los
límites de ideologías, partidos y razas", despertando el "entusiasmo
popular" y el desconcierto entre políticos y analistas.
Se trata de los primeros pasos
para construirlo como Presidente en la psicología del votante estadounidense.
De cualquier manera, la pelea entre
Hillary y Obama es una competencia entre dos sectores de poder del Imperio
norteamericano (el lobby judío liberal que compite por la Casa Blanca con el
lobby judío neoconservador que apoya a MCcain), y gane quien gane es
indiferente para la continuidad de las políticas estratégicas del
Estado imperial, tanto internas como externas.