Acompañando a la escalada en los
precios internacionales de la energía las naciones miembros de la OPEP ganarían
casi US$ 1 billón este año por sus exportaciones de petróleo,
gracias a los precios récord que registra esa materia prima, informó la
Administración de Información de Energía de Estados Unidos.
Las ganancias netas por los envíos de la Organización de Países Exportadores de
Petróleo (OPEP) treparán este año un 45 por ciento frente al récord de 676.000
millones de dólares alcanzado en el 2007, a 980.000 millones de dólares, precisó
la EIA (por sus siglas en inglés).
La cifra para el 2008 es mucho mayor a la que pronosticó la EIA en enero,
de 850.000 millones de dólares.
Una gran parte del crudo de la
OPEP será exportado a Estados Unidos, el mayor consumidor mundial de energía.
En una base per cápita, los ingresos por las exportaciones de la OPEP
aumentarían un 43 por ciento en el 2008, a 1.636 dólares, precisó la EIA, la
división analítica independiente del Departamento de Energía de Estados Unidos.
Los miembros de la OPEP han estado recibiendo fuertes sumas de dinero gracias a
la creciente demanda mundial de petróleo y a los elevados precios del
barril. El crudo estadounidense marcó esta semana un récord de más de US$ 112
por barril.
Durante la semana,
el valor del barril de petróleo WTI se encareció en un 3,7 por ciento.
En el mercado neoyorquino, el miércoles se llegó a negociar el
petróleo WTI a un máximo histórico de US$ 112,21 por barril y ese
día concluyó la sesión con un precio récord de 110,87 dólares.
La demanda petrolera estadounidense promediará este año 20,6 millones de
barriles por día (bpd). Las importaciones estadounidenses del crudo de la OPEP
alcanzaron en enero los 5,8 millones de bpd, un máximo mensual desde julio de
1977, según los últimos datos de la EIA.
La ralentización
económica, que se espera sea más intensa en el mundo desarrollado y en EE.UU. de
lo que se preveía, influirá en un menor consumo de petróleo en los países
desarrollados, según la AIE.
También se difundieron otros datos que apuntaron a que los
estadounidenses ven con más pesimismo las perspectivas de la economía en
próximos meses, lo que puede influir en un menor consumo de combustibles.
Según analistas, el fuerte incremento de los precios esta
semana fue consecuencia en gran parte del estado de las reservas de crudo y de
combustibles en EE.UU., que esta semana mostraron un nivel más bajo de lo que
había previsto el mercado.
Las reservas de petróleo bajaron en 3,2 millones de barriles y
el total es un 4,9 por ciento inferior al del pasado año.
Las reservas de gasolina mermaron en 3,4 millones, también más
de lo que se preveía, aunque el total es un 10,2 por ciento superior al del
pasado año.
Descensos en las reservas de crudo y de gasolina a partir de
esta época tienden a presionar al alza a sus precios en el mercado
mayorista y en la venta al público, pues se acerca la temporada en que aumentan
los desplazamientos por carretera y por tanto sube la demanda.
Los datos decisivos de esta escalada
de los precios del petróleo, combinada con la suba de alimentos y la caída
generalizada de los mercados financieros y su efecto inmediato acechante: la estanflación mundial (combinación de recesión con
inflación), continúan siendo la hipótesis más firme de una crisis económica que
viene siendo pronosticada por las principales autoridades financieras del
sistema capitalista.
La escalda de los precios del
petróleo-según coinciden la mayoría de los analistas- es directamente
proporcional al derrumbe del dólar y al impacto
desestabilizador de los precios de los alimentos a escala global.
Los precios mundiales de los alimentos, basados en los registros de la ONU,
subieron un 35 por ciento interanual en enero, acelerando un aumento que
comenzó en 2002. Desde entonces, los precios han crecido un 65 por ciento.
La escalada mundial indetenible de
los precios del petróleo realimenta, a su vez, la tendencia alcista
en los alimentos, y mete a la economía mundial en un túnel directo hacia la
recesión global.