"Pienso realmente que la necesidad de una intervención se está haciendo más
evidente", aseguró Strauss-Kahn, quien agregó que el respaldo gubernamental
podría actuar como una "tercera línea de defensa" dando apoyo a la
política monetaria y a las reformas fiscales.
La apelación se produce antes de la reunión que tendrá lugar esta semana en
Washington a la que acudirán los ministros de Economía de todo el mundo y los
gobernadores de los bancos centrales, en la que intentarán encontrar los
pasos necesarios para redirigir la crisis.
Hasta ahora, las autoridades, particularmente en el caso de EEUU, fomentaron
agresivamente las medidas para mantener en buen estado la liquidez en el
mercado, pero han evitado operaciones a corto plazo o intervenciones en el
sistema financiero, con excepción del rescate de Bear Stearns a manos de la
Reserva Federal estadounidense (Fed).
En los últimos meses, los ministros de Finanzas y los bancos centrales han
estado intercambiando ideas sobre los escenarios de posibles intervenciones
en el mercado como parte de unos planes de contingencia.
Sin embargo, muchos gobernantes, tanto de la Unión Europea como de Estados
Unidos, no creen necesaria aún una intervención pública. Este llamamiento del
director gerente del FMI, señala el Financial Times, podría ayudar a que cambien
de opinión.
El ex ministro de Economía francés y ahora jefe del FMI recalcó que la
crisis no sólo afecta a EEUU sino que tiene carácter global, y recordó que
las economías emergentes, como India o China, podrían resultar afectadas.
"Son necesarios esfuerzos en la reestructuración de los préstamos. Con respecto
a los bancos, si los agujeros del capital ni pueden ser reparados lo
suficientemente rápido por el sector privado, se debe valorar la posibilidad de
utilizar dinero público", aseguró.
Sobre las previsiones de crecimiento mundial, que serán publicadas por el FMI
esta misma semana, Strauss-Kahn adelantó que "no son muy optimistas" y
que los riesgos a la baja que se perfilaron en las pasadas previsiones se han
materializado".
Este domingo, los ministros de las
ocho naciones industrializadas (G-8) realizaron un llamamiento a emprender
acciones urgentes que reduzcan los disparados precios de los alimentos que dañan
y perjudican a las naciones en desarrollo y a las clases sociales más
pobres y postergadas.
"El problema de la comida afectará
directamente a la vida de los pobres. Hemos alcanzado una determinación
común y es que necesitamos adoptar los pasos necesarios", dijo el ministro de
Exteriores japonés, Masahiko Komura, que presidió la reunión, en una rueda de
prensa conjunta de los ministros del G-8.
Este mes, el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, pidió una respuesta
mundial coordinada para lidiar con el alza de los precios que está acentuando
los desabastecimientos, el hambre y la malnutrición alrededor del planeta.
Por su parte, el jefe del Fondo
Monetario Internacional (FMI), ofreció el sábado un informe sombrío sobre las
perspectivas de la economía mundial ante una decena de líderes que debaten
cómo responder a la turbulencia financiera global.
El director gerente del FMI,
Dominique Strauss-Kahn, dijo al foro auspiciado por Gran Bretaña que los
riesgos de baja para la economía mundial que se temían hace seis meses, son
ahora una realidad.