(IAR Noticias) 23-Febrero-08
El enfriamiento de la economía estadounidense y la renuencia de los bancos
a otorgar préstamos comienzan a apretar la soga alrededor del cuello de una
serie de compañías en aprietos.
Por Jeffrey McCracken
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The Wall Street Journal
Durante muchos años, las empresas han tenido fácil acceso al dinero para todo,
desde expansiones a adquisiciones a compras apalancadas. Para muchos, este auge
global del crédito postergó dolorosos cierres de plantas, recortes de empleos y
ventas de activos.
Pero al parecer el cuento de hadas se acabó y llegó la hora de rendir cuentas, a
medida que la renuencia de los prestamistas a otorgar financiamiento deja a
algunas empresas al borde de la bancarrota y más allá.
El miércoles 20, la crisis crediticia golpeó a dos cadenas minoristas
estadounidenses. Sharper Image, que vende aparatos de alta tecnología, como
purificadores de aire y sillas de masaje, y Lillian Vernon Corp., que vende
regalos baratos. Ambas se acogieron a las leyes de protección de bancarrota.
Los crecientes problemas de los bancos que proveen capital a empresas
contribuyen a la crisis. "Los bancos no sabrán a ciencia cierta qué tanto
espacio de maniobra tienen para agregar nuevos préstamos para compañías hasta
que [los bancos] tapen el hueco de su cartera incobrable", incluyendo hipotecas,
deuda de tarjetas de crédito y préstamos automotrices que están entrando en
cesación de pagos, dice Henry Miller, presidente de Miller Buckfire, una firma
de reestructuración financiera. "Las fichas de dominó comenzaron a caer".
Nadie está a salvo
Las cesaciones de pago y las quiebras de empresas han aumentado abruptamente
este año.
El valor total de las cesaciones de bonos corporativos se está acercando al
total de 2007. Moody's Investors Service tiene una lista de 41 compañías que
considera en riesgo de violar los términos de sus acuerdos de préstamo, frente a
25 a finales de junio pasado. Muchas empresas que dependen de los consumidores
están en esa lista, incluyendo la de alquiler de películas Blockbuster Inc.
Incluso algunas compañías que ya operan bajo la protección contra la bancarrota
están sintiendo los estragos. El fabricante de autopartes Delphi Corp. y el
conglomerado de químicos Solutia Corp. no han podido conseguir el financiamiento
para salir de la protección contra la quiebra.
"El último par de años han aplazado el dolor", dice Scott Brubaker, director
gerente de la firma de recuperaciones de empresas Alvarez & Marsal. "Las
compañías en problemas refinanciaron en 2005 y 2006 y tal vez no debieron
hacerlo. Ahora, el péndulo de los mercados de crédito ha girado hacia el lado
contrario y algunas compañías que deberían refinanciar no pueden o pasan apuros
para hacerlo".
Entre las empresas en riesgo figuran las que se desempeñan en sectores
debilitados, como el de la construcción y el de hipotecas. Una contracción de la
economía nublaría el panorama de las firmas de camiones, las cadenas de
restaurantes y los minoristas.
Edward Altman, un experto en bancarrotas y cesaciones de pago corporativas de la
escuela de negocios de la Universidad de Nueva York, dice que si sus
predicciones son certeras, las compañías podrían entrar en cesación de pagos por
más de US$220.000 millones de bonos corporativos de alto rendimiento, préstamos
apalancados y otras deudas no bancarias durante este año y el próximo. El
aumento en las cesaciones y bancarrotas, esgrime, es uno de los principales
indicadores de problemas económicos.
El "efecto contagio"
"Los mercados de crédito tienen un efecto de contagio en la economía real",
observa. "La visión tradicional ha sido que la economía golpea a las cesaciones,
así que las cesaciones llegan a su punto más alto al final de una recesión. Pero
en las últimas dos, la tasa de cesaciones se disparó incluso antes de la
recesión".
UBS AG y Credit Suisse Group están entre los bancos que recientemente han
anunciado rebajas contables sobre el valor de préstamos corporativos en sus
balances. La semana pasada anunciaron un declive combinado de US$400 millones en
el valor de sus préstamos apalancados.
Las pérdidas de los bancos en sus carteras de préstamos a empresas, que se cree
crecerán, se suman a los más de US$100.000 millones en rebajas contables que las
firmas financieras han asumido por los valores ligados a las hipotecas de alto
riesgo.
Una preocupación es que los bancos que sufren tales pérdidas sean cada vez más
reacios a prestar a compañías con buena capacidad de pago.
"Hay empresas grandes, sólidas y razonables que serán dejadas al margen", dice
John Chigounis, presidente de Global Investment Advisors, un fondo de inversión
de US$1.800 millones que pertenece a Reich & Tang Asset Management LLC. "Ellos
no obtuvieron su refinanciamiento cuando debieron hacerlo y ahora la ventana se
cerró y los mercados de crédito se han secado".
Los asesores que se especializan en ayudar a las compañías a navegar por esta
clase de problemas se están preparando para una bonanza de reestructuraciones.
Miller Buckfire, por ejemplo, cuenta con cerca de 60 empleados, el doble del
nivel de hace casi tres años.
"Las señales de alerta estaban presentes cuando nos percatamos de que compañías
cuyo apalancamiento era 17 veces su capital decidían que la respuesta a sus
problemas era acumular más deuda", dice Miller. "Ellos estaban haciendo eso
cuando la economía comenzaba a debilitarse. Es cuestión de sacar cuentas".
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