De acuerdo con el Departamento de Trabajo, la inflación en EEUU subió
0,4% en enero, y acumula un alza de 4,3% en los últimos 12 meses,
no muy lejos de su nivel máximo de los últimos 16 años.
Incluso, señala el Journal,
eliminando los costos de la energía y los alimentos, que se han disparado, los
precios subieron 0,3% en enero y ascienden a 2,5% en los 12 últimos meses.
Por su parte, la Reserva Federal de EEUU (Fed) revisó a la baja su previsión de
crecimiento este año a entre 1,3% y 2%, medio punto porcentual por debajo de lo
proyectado en octubre.
El banco central de EEUU atribuyó
la reducción a una "intensificación" de la crisis inmobiliaria,
"condiciones de crédito más difíciles" y el alza en los precios del petróleo.
La Fed advirtió que los riesgos "tienen preponderancia a la baja".
El término "estanflación", acuñado en el Reino Unido en 1965, llegó a
Estados Unidos para definir el período entre 1970 y 1981, cuando la inflación
llegó a casi un 15%, la economía atravesó tres recesiones y el desempleo alcanzó
el 9%.
Para hacer frente al descalabro, el presidente republicano Richard Nixon impuso
controles de precios y salarios mientras que su sucesor demócrata Jimmy Carter
estableció controles al crédito.
A la larga, la Fed presidida por
Paul Volcker subió las tasas para combatir la inflación, lo que generó una
recesión severa en 1981 y 82. El desempleo demoró mucho más tiempo en descender.
El alza de tasas de la Fed bajo Volcker también desató la crisis de la deuda
externa en América Latina.
Las circunstancias actuales son muy distintas, según The Wall Street Journal.
El desempleo, aunque es
alto, se sitúa en 4,9%. Sin embargo, hay similitudes preocupantes. Al igual que
en los años 70, el alza en el precio de los commodities, sobre todo el
petróleo (el cual cerró ayer a US$100,74 el barril), está liderando la
tendencia.
Al igual que en los 70, el ritmo
al que la economía puede crecer sin generar inflación, su "potencial", ha
disminuido a causa del menor crecimiento de la productividad y de la fuerza
laboral.
Por ahora, señala el Journal, Ben Bernanke, presidente de la Fed, y sus colegas
permanecen claramente centrados en impedir que el debilitamiento de los precios
de las viviendas y la restricción del crédito lleven a la economía hacia una
recesión profunda.
Stephen Cecchetti, economista de
la Universidad de Brandeis, dijo que la Fed ahora está dividida entre su doble
responsabilidad de velar por el pleno empleo y la estabilidad de precios.
"En circunstancias como
éstas, el
objetivo principal tiene que ser reforzar los mercados financieros y asegurar
que las condiciones de crédito no tengan un impacto negativo. Una vez terminada
esa tarea, debe regresar y comenzar a preocuparse por la inflación", sostuvo
citado por el Journal.
Arrojando más incertidumbre sobre la primera economía del mundo, el miércoles el
precio del petróleo estadounidense registró nuevamente un récord de
$100.74, $0.23 más que el martes, impulsado por una corriente de
especulación sobre las materias primas.
Analistas bursátiles atribuyeron
el nuevo récord al miedo a que escasee el suministro y a la posibilidad
de que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) decida en su
próxima reunión reducir sus cuotas oficiales de extracción.
También consideran que influye el
conflicto entre Venezuela y EEUU por la nacionalización de los campos
petrolíferos en el país suramericano.