El periódico cita a Steven G. Bradbury, segundo jefe de la
Oficina de Consejo Legal del Departamento de Justicia, quien
admitió que la administración republicana permitió a la
Agencia Central de Inteligencia (CIA) emplear "ciertas
técnicas severas", pero únicamente "si no causaban un
dolor severo y duradero".
El funcionario reconoció que durante los interrogatorios se
realizaron ahogamientos simulados a reos acusados de ser
miembros de Al Qaeda y manifestó que como los abogados
del Departamento de Justicia consideraron al "submarino" y
otras prácticas como legales él aplicó ese criterio.
A su vez
Bradbury aseguró que las tácticas empleadas no tenían
nada que ver con las usadas por la Inquisición española u
otros gobiernos autocráticos del siglo XX, sino que el
único elemento en común era el uso de agua.
El director de la CIA, Michael Hayden, reconoció hace días
que miembros de ese organismo emplearon el "submarino" hace
casi cinco años durante interrogatorios a Khalid Sheikh
Mohammed, Abu Zubaydah y Abd Al-Rahim al-Nashiri.
El ex funcionario de la Oficina de Consejo Legal Martin S.
Lederman criticó las declaraciones de Bradbury por
considerar absurdo que rechace calificar de tortura ni de
sufrimiento severo estos métodos.
La justificación de
Bush
El presidente de
EEUU, George W. Bush, defendió el viernes el método de
“pocito” que aplica la Agencia Central de Inteligencia (CIA)
durante interrogatorios a "sospechosos de terrorismo"
y puso como ejemplo los atentados del 7-J en Londres (7 de
julio de 2005) para avalar esta técnica.
En entrevista con
la cadena británica BBC, refirió que información obtenida de
presuntos extremistas mediante esta técnica ha ayudado a
salvar vidas, por lo que consideró que los familiares de
las víctimas del 7-J lo entenderán.
El método, que ha
causado una gran polémica puesto que es visto como una forma
de tortura, ya que consiste en el vertido de agua sobre
la cabeza de un prisionero para causar la sensación de ahogo.
Sin embargo, el
presidente Bush indicó que “waterboarding”, como se le
conoce, no es tortura.
El mandatario
estadounidense dijo que su país actúa en virtud de la ley
para interrogar y obtener información que permita proteger a
EU y a otros países.
“Nos aseguraremos
que los profesionales tienen los instrumentos necesarios
para hacer su trabajo dentro de la ley” y no afecten
los parámetros que esta señala, puntualizó Bush.
“Algunos dirán
que estos terroristas ya no son una real amenaza contra EU.
Yo no estoy para nada de acuerdo”, señaló Bush, al agregar
que los familiares de las víctimas del 7-J comprenderán su
defensa de los métodos de interrogatorio.
Por otra parte,
Bush, estimó que podría retrasar su gira por Africa si
se atascaba en el Congreso de Washington un proyecto de ley
crucial para autorizar escuchas electrónicas de presuntos
“terroristas” sin orden judicial.