Hace tres semanas, Citigroup suspendió los retiros de CSO
Part‐ners, un fondo de bonos especializado en deuda empresarial en
Europa y EE.UU., después de que los inversionistas trataran de sacar más de
30% de los cerca de US$500 millones en activos con los que cuenta el fondo.
Para estabilizar a CSO, el cual registró una pérdida de 11% el año pasado,
Citigroup inyectó US$100 millones.
Los problemas comenzaron cuando Pickett puso una orden de
compra en junio pasado por millones de dólares en préstamos. El tamaño de la
compra excedía los límites de corretaje de Citigroup, según fuentes al
tanto. El abogado de Pickett se abstuvo de hacer comentarios.
El fondo, con sede en Londres, es relativamente pequeño y
no amenaza directamente los resultados de Citigroup, debido a que son los
inversionistas externos quienes asumen las pérdidas. Aun así, este revés
obliga a muchos a preguntarse si el gigante financiero estadounidense, que
lucha para recuperarse de las enormes pérdidas generadas por inversiones
asociadas a hipotecas, supervisa adecuadamente a sus operadores.
CSO es otra mancha para la división de inversiones
alternativas de Citigroup. La unidad administra fondos de cobertura y de
capital privado para instituciones, inversionistas acaudalados y para el
propio banco. Un gran fondo de cobertura de Citigroup llamado Falcon
Strategies sufrió un declive de 30% el año pasado cuando fracasaron sus
apuestas en los mercados de crédito. Old Lane Partners, el fondo de
cobertura fundado por Vikram Pandit, el presidente ejecutivo de Citigroup, y
otros ex ejecutivos de Morgan Stanley, ha tenido un desempeño mediocre,
registrando una pérdida de 1,8% en enero. Citigroup no ofrece a Old Lane a
sus inversionistas externos.
CSO fue fundado en 1999 con capital propio de Citigroup. En
2004, comenzó a aceptar dinero de inversionistas externos. Estos
inversionistas ahora representan la mayoría de los activos del fondo. Desde
su inicio, el fondo de cobertura ha sido dirigido por Pickett, quien contaba
con una reputación sólida en Wall Street. Desde que abrió sus puertas a los
inversionistas externos, el fondo ganó cerca de 27%.
Pickett envió en junio la orden para comprar varios cientos
de millones de dólares en préstamos apalancados que un grupo de bancos
estaba vendiendo en una subasta privada de una compañía de medios alemana.
En ese momento, CSO tenía cerca de US$700 millones en activos, lo que
significaba que Pickett quería comprometer más de la mitad de los activos
del fondo.
El hecho de que Pickett pudiera colocar tal orden sugiere
que no era supervisado adecuadamente, aseguran algunos inversionistas.
Citigroup defiende su manejo de la situación diciendo que "CSO y todos los
fondos de inversiones alternativas están sujetos a una exhaustiva
supervisión interna de riesgo fiduciario, de prácticas de gestión de riesgo
y supervisión por parte de los altos ejecutivos", dijo Jon Diat, vocero de
Citigroup.
Los siete bancos que llevaron a cabo la subasta le dieron a
Pickett menos préstamos de los que había pedido. Sin embargo, para entonces,
el banquero había decidido que no quería los préstamos, diciendo que los
bancos del acuerdo habían cambiado los términos de los préstamos después de
su oferta. Como resultado, argumentó Pickett, él no estaba obligado a
cumplir con su orden. A principios de diciembre, los ejecutivos de Citi
aceptaron un acuerdo propuesto por Morgan Stanley. Bajo el acuerdo, CSO
compraría cerca de US$746 millones de los préstamos a su precio nominal,
pese a que se estaban comerciando a entre 86% y 94% de su precio original,
según una carta enviada por CSO a los inversionistas. El acuerdo también
requería que CSO pagara los gastos legales del banco. Una semana después del
acuerdo, Pickett entregó su renuncia.
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