Eso podría dejar a las empresas financieras en el limbo y volver vulnerables a
las acciones del sector de consumo discrecional. Pero los títulos industriales y
de tecnología, muchos de los cuales están al menos a un paso de distancia de los
consumidores estadounidenses, podrían estar en una mejor posición para soportar
un declive impulsado por el consumo.
Mucho dependerá de la capacidad de las compañías para absorber los efectos del
debilitamiento del consumo, que representa dos tercios de la producción
estadounidense y además muchas compañías extranjeras dependen de sus ventas a
EE.UU. Por lo tanto, será difícil evitar el golpe, aunque los buenos resultados
de las empresas y un saludable crecimiento fuera de EE.UU. podrían amortiguarlo.
"Impera la idea de que el sistema está nadando en gigantescas cantidades de
deuda. Aunque eso puede ser cierto para los consumidores, las compañías
estadounidenses no cargan una cantidad excesiva de apalancamiento", explica
Larry Puglia, gerente del fondo Blue Chip Growth, filial de T. Rowe Price Group
Inc. "El hecho de que las empresas estén en buena forma podría ayudar a
estabilizar el mercado".
Las compañías estadounidenses usaron un 11,7% de su flujo de caja para pagar su
deuda en el tercer trimestre, su nivel más bajo en décadas, según el sitio
Economy.com, propiedad de Moody's. Esa proporción de cobertura de interés ha
estado reduciéndose desde la última recesión estadounidense, en 2001.
En cambio, más del 14% de los ingresos después de impuestos de los consumidores,
en el tercer trimestre, fue dedicado a pagar intereses y el saldo de su deuda,
una cifra récord. Ese número se ha incrementado desde mediados de los 90. Los
propietarios estadounidenses de viviendas han visto cómo sus problemas se han
exacerbado tras la reducción del valor de su principal activo, su casa, cuyo
precio ha caído en varios mercados. El precio promedio de una casa unifamiliar
cayó 6,5% en 2007, según la Asociación de Agentes Inmobiliarios de EE.UU. Muchos
analistas esperan que ese declive continúe en 2008. Esas son malas noticias para
los consumidores que han usado el valor de su casa como una fuente de
financiación y, a menudo, como una forma de pagar otras deudas.
El resultado ha sido un incremento en los atrasos en los pagos de tarjetas de
crédito, cesaciones de pagos de hipotecas y rebajas contables de deudas
incobrables en empresas como American Express Co. y el grupo de finanzas del
conglomerado General Electric Co.
Los consumidores están mostrando signos de repliegue. Las ventas de las cadenas
minoristas subieron 0,3% el mes pasado en las tiendas abiertas hace al menos un
año, mucho menos de lo esperado, según los datos de Thomson Financial. Es
probable que para los inversionistas, esta situación sea muy diferente a la de
2001. "En la última recesión, fue el colapso de las empresas y el mercado de
valores", dice Mark Zandi, de Economy.com. "Esta vez son los consumidores y los
mercados de crédito".
Algunos analistas creen que la situación actual se parece mucho a la recesión de
1990-91, que giró en torno a la crisis de las instituciones de ahorro y
préstamo. En ese declive, que duró seis meses, el índice de acciones Standard &
Poor's 500 subió 5,35%. Las acciones de las empresas de consumo básico subieron
20%, las de salud 18% y sólo se registraron pequeños declives en un puñado de
sectores. Durante la recesión de 2001, que comenzó con las acciones cotizándose
a valoraciones mucho más altas de las que se han visto recientemente, el S&P 500
perdió un 8%, con declives en cada sector, exceptuando materiales.
En esta ocasión, las compañías que venden productos fuera de EE.UU. podrían
tener cierta protección. Eso marcaría una cierta reivindicación para aquellos
que abogan por la llamada estrategia de desacoplamiento, que apuesta a que otros
mercados capeen este ciclo económico de mejor manera que EE.UU. Muchos mercados
internacionales han caído este año, pero sólo después de un 2007 estelar.
Ese es el caso de los mercados emergentes. "Se puede reducir el consumo y el
mercado inmobiliario y compensarlo con una mejora en el comercio", afirma James
Paulsen, estratega jefe de inversión de Wells Capital Management. Paulsen
asegura que aún es probable que las acciones tecnológicas superen a las de otros
sectores en crecimiento de ganancias. Además, las valoraciones, que están en 16
veces las ganancias de 2008, son razonables, dice.
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