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Informe
especial

En
un escenario marcado por la conmoción mundial que causó el asesinato de Benazir
Bhutto en Pakistán, el petróleo volvió a dispararse el viernes 28 de
diciembre de 2007superando
los US$97 el barril, impulsado por la crisis pakistaní y por temores
crecientes a los potenciales conflictos geopolíticos y militares que acechan a
regiones productoras claves en Asia y Medio Oriente.
En las transacciones de la mañana de
ese mismo viernes, el
barril de "light sweet crude" para entrega en febrero de este año
2008, ganaba 39 centavos a
US$97,01 el barril contra los US$96,62 del jueves 27 de diciembre en Nueva York.
Los precios del petróleo, a menos de
50 dólares el barril en enero de 2007, alcanzaron un récord histórico de US$99,29 el 21 de noviembre
de ese mismo año.
"El abastecimiento de petróleo no
será afectado por el asesinato de la señora Bhutto, pero este acto hace temer
una mayor desestabilización en una región ya inestable", estimó John Kilduff,
analista de MF Global citado por AFP.
Además, "cuando hay inestabilidad en
un país como Pakistán, que no es productor de petróleo, los inversores se
refugian en el mercado petrolero, porque los precios del crudo suben en períodos
de incertidumbre, mientras que los mercados bursátiles bajan", agregó.
El mercado petrolero ya estaba alerta
por las tensiones geopolíticas entre Turquía e Irak cuando llegó la
noticia del asesinato de Benazir Bhutto en un atentado suicida en Pakistán. Hay
"tensiones geopolíticas crecientes en Pakistán (...) y eso apoya al mercado
petrolero", dijo a AFP Eric Wittenauer, analista de AG Edwards.
La muerte de Bhutto "destaca las
tensiones geopolíticas, porque no es una gran región exportadora de crudo, pero
es importante en términos de impacto geopolítico", indicó.
Aparte de por el asesinato de Bhutto, las cotizaciones fueron llevadas al
alza por el informe semanal del Departamento Estadounidense de Energía (DoE),
que reveló una baja más importante de lo previsto, de 3,3 millones de barriles,
de las reservas de crudo estadounidenses la semana pasada.
La proyección de US$ 100 para el
barril está en la mira del mercado petrolero para este 2008 tras una fuerte
escalada de los precios en el año 2007 y pocas señales de cambio, pero la
desaceleración de las economías occidentales podría afectar a la demanda.
Además de la crisis recesiva en EEUU,
el otro "gran peligro" que acecha al actual modelo de economía
capitalista es esta escalada de los precios del petróleo y la energía que también
amenazan con desencadenar un efecto dominó de derrumbe económico a escala
global.
Sí las "turbulencias" en los mercados
bursátiles se juntan con la escalada de los precios del petróleo, la baja del
dólar, y un desenlace de los conflictos geopolíticos-militares latentes,
este cóctel se
pueden convertir en dinamita recesiva para la economía mundial liderada por el
Imperio estadounidense.
El petróleo es el elemento clave
y (el motor de todos los motores) para mantener una ecuación equilibrada del
"modelo" de explotación capitalista vigente que tiene en el boom de las
exportaciones de materias primas controlado por las trasnacionales en los
"países emergentes" (pagando salarios africanos y eludiendo impuestos), y en el
boom industrialista de los mercados asiáticos controlado por las
trasnacionales (pagando salarios africanos y eludiendo impuestos) y en la
"burbuja financiera" controlada por los grandes consorcios financieros
sionistas (desde la Reserva Federal y los bancos centrales europeos y
asiáticos), sus motores de crecimiento y expansión a escala global.
A su vez, la repercusión más
inmediata de la suba récord de los precios del petróleo -según los expertos-
puede llevar a una escalada mundial de los precios de los alimentos de consumo
diario en 2008, esenciales para la supervivencia, debido a la alta
incidencia de los combustibles en sus costos, principalmente en el sistema de
producción y comercialización y en el transporte.
La suba de los alimentos de consumo
esencial, a su vez, actúa como principal disparador de la tasa de inflación y
del consecuente proceso de recesión económica que conlleva lo que los expertos
denominan estanflación.
Pocos observadores previeron la
actual escalada, a excepción de algunos como el banco de inversión Goldman Sachs,
que desde 2005 predijo un alza de los precios y apuesta ahora por un barril de
petróleo a 105 dólares para fines de 2008.
Citado por AFP, David Kirsch, analista de la consultora
PFC Energy en Washington, estimó que existen fuertes posibilidades de que los
precios superen los 100 dólares en 2008, aunque dio cuenta de "algunas
incertidumbres sobre la demanda".
"Un invierno frío, un ajuste de la oferta de la OPEP o un aumento más débil de
la producción de los países no OPEP podrían hacer que los precios superen los
100 dólares", estimó Leo Drollas, economista jefe del Centre for Global
Energy Studies, en Londres.
Del
lado de los productores, los 13 integrantes de la Organización de Países
Exportadores de Petróleo (OPEP) podrían alentar una baja de los precios si
aumentan su producción, pero descartaron esta posibilidad en su reunión de
Abu Dhabi a comienzos de diciembre.
Algunos señalan al cártel como directamente responsable del alza de los
precios durante 2007. "La OPEP no produjo lo suficiente, es tan simple como eso",
afirmó Leo Drollas.
Para David Kirsch, 2007 fue el año "del regreso de la OPEP", ya que la
influencia del cártel, que produce un 40% del petróleo mundial, se había
debilitado un poco en los años anteriores.
También llamó la atención sobre lo que denominó la "'financierización' del
petróleo", con el oro negro convirtiéndose en un producto de inversión para
los especuladores y los fondos de pensiones.
El dato decisivo en la caída
generalizada de los mercados que signó los finales de 2007 continúan
siendo -según coinciden la mayoría de los analistas- el derrumbe del dólar y la
escalada de los precios del petróleo y su impacto sobre los mercados y la
economía global.
En lo inmediato -señalan
especialistas-, varios factores adicionales, como un posible desenlace de
conflictos armados en Medio Oriente y el Kurdistán iraquí, podrían
incrementar a niveles inéditos el proceso de escalada en los precios del
petróleo, sumándose al incremento de la demanda por baja de las reservas
.
Todos los expertos coinciden en que
el precio del petróleo bordeando los US$100 el barril es un factor clave
para desatar un proceso inflacionario a escala global y resulta un freno para el
crecimiento económico de EEUU, el principal comprador de energía de todo el
planeta.
La preocupación, según The Wall Street Journal, es que el inmenso
castillo financiero construido sobre los cimientos del mercado de bienes raíces
podría derrumbarse, lo que desaceleraría la economía estadounidense con un
efecto dominó recesivo sobre la economía global, tal como lo vienen
anticipando el FMI, la Reserva Federal y el Tesoro norteamericano, además de las
autoridades monetarias y principales gurúes (Greenspan, entre ellos) de los
países centrales.
Y en esta dialéctica interactiva
petróleo-economía mundial-conflictos geopoliticos el oro negro ya se ha
convertido en el eje estratégico de una potencial crisis global del sistema
capitalista que puede estallar en el 2008.
(*) Manuel Freytas
es periodista, investigador y analista, especialista en inteligencia y
comunicación estratégica. Es uno de los autores más referenciados de la red.
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