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Traslado de heridos. (Foto AFP) |
Israel (según la realidad
verificable diaria) es la potencia que rodea y controla militarmente a Gaza,
su ejército ingresa cuando quiere a la Franja, detiene, mata o encarcela a
los ciudadanos de Gaza con total libertad y sin que ningún tribunal internacional
intervenga, cierra cuando quiere sus fronteras, bombardea edificios o
infraestructuras del país con total impunidad, ataca poblaciones civiles y
tiene la potestad absoluta sobre el ingreso (o no) de alimentos, combustibles y
medicinas, esenciales para la supervivencia de sus habitantes que viven, en su
mayoría, del asistencialismo internacional.
En consecuencia (y como se
desprende de la lógica de los hechos) Israel claramente ejerce el rol de
potencia ocupante (ilegal) de un país soberano sin posibilidad de defensa
ante su poderío militar de última generación.
Comprobadamente, el bloqueo
israelí en Gaza (apoyado por EEUU y la Unión Europea) ya sumió a la Franja en un
situación de catástrofe humanitaria, donde decenas de miles de palestinos
(principalmente niños y ancianos) mueren por efectos de la desnutrición y de las
enfermedades colaterales del hambre.
Formalmente, Gaza cuenta con un
gobierno y un parlamento elegido en la urnas, pero en la práctica (y por la
situación descripta) el país funciona como un "gran campo de concentración"
de Israel con un millón y medio de palestinos adentro.
Frente a la realidad abrumante de
la ocupación y del poder militar de Israel, la reacción del gobierno
(conducido por Hamas) y de las organizaciones de la resistencia palestina se
parece a la de un mosquito frente a un buey: Sólo puede causarle
molestias.
Grafiquemos: Durante los más de
quince meses que lleva el bloqueo judío contra Gaza, los efectos de los cohetes
palestinos artesanales que impactan contra ciudades fronterizas israelíes no
superaron los diez muertos. En la misma cantidad de tiempo, el ejército israelí,
en distintas incursiones en Gaza, mató a más de 400 palestinos e hirió a
centenares, además de los miles de muertos a causas de enfermedades producidas
por el hambre y la desatención sanitaria.
Solamente el sábado, las
sincronizadas y fulminantes operaciones militares israelíes con 60
bombarderos y helicópteros asesinaron (en cuestión de minutos) a más de 240
palestinos e hirieron y/o mutilaron a otros 800.
Esta realidad sucinta (que surge
de situaciones y números concretos al alcance de cualquiera) muestra claramente
(y con total objetividad) la falsedad de la tesis israelí que justifica
sus ataques y sus masacres militares y económicas en un argumento de "defensa"
ante la "amenaza terrorista" de Hamas.
Concretamente, y como se puede
verificar en los hechos, Israel es una superpotencia nuclear que controla y
domina a un país casi indefenso ante su poderío tecnológico-militar, y
que se encuentra con su población enferma, hambrienta y en estado de catástrofe
humanitaria.
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Una columna de humo y explosiones tras un ataque israelí con misiles se puede
ver sobre la ciudad de Gaza.(Foto EFE) |
Claramente, y más allá de
cualquier consideración jurídica o política internacional, la operación de
exterminio militar ejecutada por Israel contra un país enfermo, debilitado,
hambriento y sin capacidad de defenderse, el sábado, constituye un crimen de
lesa humanidad.
Es la máxima expresión de
injusticia del fuerte contra el débil. En ese escenario, los pilotos judíos que
el sábado cumplieron la "misión" de matar o mutilar en Gaza a centenares
de hombres, mujeres y niños indefensos y luego volvieron a sus bases (casi sin
despeinarse), no son soldados peleando contra un enemigo equivalente, sino
criminales de lesa humanidad.
Los funcionarios políticos y jefes
militares que dieron las órdenes no representan a ningún Estado que defiende su
seguridad, sino que representan a un Estado criminal que asesina en forma masiva
por razones imperiales de conquista y sometimiento territorial.
Y la acción del ejercito israelí
no está incursa dentro de ninguna lógica de la guerra militar, sino dentro de
una política criminal depredadora que viola (impunemente) leyes y
derechos establecidos como norma internacional por el propio sistema
capitalista.
¿Porqué ningún país o jefe de
Estado (salvo Irán, Venezuela o Cuba) se atreve a denunciar y a condenar
públicamente los crímenes y las políticas imperialistas de Israel?. Hay dos
razones principales:
A) El que denuncie y condene
públicamente a Israel se expone a quedar aislado (bajo los cargos
de antisemita) y ser derrocado por un movimiento de presión internacional
digitado desde Europa y EEUU.
B) Las organizaciones
internacionales (como la ONU y su Consejo de Seguridad), los organismos y
tribunales jurídicos que podrían juzgar y condenar a Israel se encuentran
en manos de EEUU y de las potencias sionistas aliadas en la OTAN que hacen de la
supervivencia del Estado de Israel, su propia supervivencia.
Esto explica claramente porqué
para EEUU, la Unión Europea y la ONU en la Franja de Gaza no hay ocupación
militar israelí, sino un "conflicto" entre el "terrorismo" de Hamas y
el Estado de Israel.
Todo lo que se oponga a esta norma
establecida a priori como único valor de "análisis", no tiene ninguna entidad
creíble o simplemente no existe en la prensa y en las grandes cadenas
mediáticas formadoras de "opinión pública" internacional.
En consecuencia, y para las
mayorías planetarias, entre sábado y domingo, Israel asesinó en Gaza a 300 seres
humanos, hirió y mutiló a más de 1000, sólo para defenderse del "terrorismo
asesino" de Hamas. El que se salga de esa lógica discursiva y analítica, es...
antisemita.
En resumen, y para supervivir éste
y los años que restan dentro del sistema, hay que liberarse de dos tendencias
destructivas: Llamar "judío" al sistema que controla el mundo y
llamar "colonizador y asesino" al Estado de Israel.
El que consiga dominar estas
tendencias destructivas puede dormir en paz, y sin que los cuerpos destrozados y
mutilados del pueblo palestino de Gaza le afecten la digestión.