Irán e Israel, en las antípodas, continúan lanzando gestos y señales
orientadas a mantener vigente la posibilidad de un conflicto armado en Medio
Oriente. Ensayos de nuevas armas, advertencias de ataque y contrataque,
conforman el arsenal permanente de la estrategia disuasiva de ambos países que
en algún momento puede convertirse en acciones armadas directas.
IAR Noticias
Agencias
El lunes
25, Israel volvió a poner
sobre la mesa la posibilidad de utilizar la fuerza militar para solucionar el
"problema nuclear" con Irán.
Israel, que cuenta con un
arsenal de más de 200 ojivas nucleares, considera como una amenaza para su
"supervivencia" que Irán cuente con menos con una solo ojiva.
En un encuentro con la secretaria
norteamericana de Estado, Condoleezza Rice, celebrado en Jerusalén este lunes,
el ministro israelí de Defensa, Ehud Barak dio a entender que Israel no descarta el
empleo de la fuerza para dar solución al problema iraní, pero en el momento
actual da preferencia a los instrumentos de presión política y económica".
"EEUU debe seguir imponiendo
sanciones económicas eficaces cuyo objetivo es impedir progresos en el programa
nuclear iraní", agregó Barak durante su reunión en Tel Aviv con Rice, recién
llegada para una nueva gira destinada a intentar desbloquear las negociaciones
israelo-palestinas.
Barak reiteró que Israel nunca se resignará con la presencia de arsenal nuclear
en Irán. "Israel estudia todas las variantes posibles (de solución del
problema)", dice una declaración emitida por el Ministerio de Defensa al término
del encuentro.
"EEUU debe aplicar sanciones
económicas eficaces contra Teherán para impedir que los iraníes procuren arma
nuclear", destaca el documento.
Rice se encuentra en la región con
visita de dos días con misión de examinar el presente y el futuro del proceso de
paz entre Palestina e Israel.
"Barak insistió nuevamente en el
hecho de que Israel no puede aceptar que Irán acceda a lo nuclear. Israel no
descarta ninguna opción", advirtió el ministro, según una nota transmitida
por su ministerio.
En tanto, el ministro de Defensa
iraní, Mustafá Mohamed Nayar, inauguró el lunes una línea de producción de
submarinos con los que Teherán desea mejorar el control de sus Fuerzas
Armadas sobre el estrecho de Ormuz, una vía marítima situada frente a sus
costas y por la que transita el 40% de las exportaciones mundiales de petróleo
Aunque el Gobierno de Irán no ofreció detalles, la agencia de noticias local
IRNA informó que la línea producirá submarinos capaces de "transportar y
disparar varios tipos de torpedos y misiles, así como transportar personal para
operaciones especiales".
El anuncio vuelve a situar al estrecho de Ormuz en el centro de las
tensiones con el eje EEUU-Israel.
A principios de agosto, el
comandante de los Guardianes de la Revolución Islámica, Mohamed Ali Yafari,
anunció el lanzamiento con éxito de un misil mar-mar de unos 300 kilómetros de
alcance que facilitaría "el cierre del Estrecho" en caso de que Irán
fuese atacado.
EEUU, que se opone firmemente al
desarrollo del programa nuclear de Teherán, mantiene desplegada en la zona la V
Flota de su Marina, con base en Bahrein. El ministro de Defensa iraní desea su
marcha: "La retirada de esas tropas garantizará la seguridad permanente a toda
la región".
El ministro de Defensa iraní, Mustafá Mohamed Nayar anunció el 12 de agosto a través de la televisión pública la fabricación
de embarcaciones invisibles para el radar y de submarinos no tripulados,
que podrían entrar en servicio este año.
A través del estrecho de Ormuz circulan 15 millones de barriles diarios de
petróleo, vitales para las economías occidentales.
Los principales suministradores
son Arabia Saudí, con 6 millones; Irán, con 2,5; Emiratos Árabes Unidos, con
2,1, y Kuwait, con 1,7, según los datos de la Agencia Internacional de la
Energía.
El Estrecho, con un ancho de entre 50 y 100 kilómetros, consiste en una serie de
canales navegables de unos tres kilómetros de ancho que lo hace especialmente
vulnerable a cualquier ataque.