Por razones estratégicas y de supervivencia, Hezbolá y el sector antisirio
con el cual hoy conforman el "gobierno de unidad", son enemigos viscerales en
una guerra que solo va a terminar cuando uno de los dos elimine al otro. Luego
de tomar Beirut, hace dos semanas, y de mostrar la debilidad del gobierno pro-EEUU,
Hezbolá entregó la ciudad al ejército y posteriormente acordó un "gobierno de
unidad" con sus enemigos. La farsa tocó fin, y mostró sus limites, cuando
los antisirios y los militantes de Hezbolá volvieron a enfrentarse en las calles
con las armas.
Los
antisirios son pro-EEUU, y su
alianza con Washington no solamente es política sino también económica.
Hezbolá,
que lidera la oposición prosiria, cuenta con un aparato político-militar que
ha crecido en prestigio y consenso desde que hizo huir la las fuerzas terrestres
israelíes del sur de Líbano, en agosto de 2006.
Luego del bombardeo israelí en Libano,
y con el fracaso de la estrategia militar para destruir a Hezbolá, Israel y EEUU
se valieron del gobierno antisirio de Siniora para un plan de debilitamiento y
aislamiento de Hezbolá.
Pero la estrategia fracasó, cuando
hace unas semanas Hezbolá retomó la ofensiva por medio de la lucha callejera y
aisló al gobierno de Siniora, que se avino posteriormente a hacer la "unidad" de
su gobierno con la oposición.
La farsa duró poco.
El lunes, más de diez personas
resultaron heridas en enfrentamientos entre partidarios del gobierno de Fuad
Siniora y partidarios de los grupos opositores integrantes deHezbolá y Amal en Beirut durante
la noche, en los que se produjeron disparos y lanzamientos de granadas.
Los disturbios sucedieron horas
después de que el general Michel Suleiman tomara posesión de la
presidencia del país como prenda de unidad entre ambos sectores.
En un primer momentolos los grupos se enfrentaron con palos en el barrio de Corniche
Mazraa, en el oeste de la capital, pero posteriormente se produjeron
intercambios de disparos y lanzamientos de granadas propulsadas por cohetes,
según informa el portal "Naharnet.com", que cita distintas fuentes.
De acuerdo con el canal Future Television, vinculado al líder de la coalición
gubernamental Saad Hariri, al menos 16 personas resultaron heridas en un
"ataque contra civiles" por parte de Hezbolá.
Desde el hospital Maqassed, sin
embargo, se informó de al menos 18 heridos.
Los enfrentamientos cesaron cuando el ejército libanés acordonó la zona.
Según los medios locales, el
incidente se produjo cuando partidarios de Hezbolá celebraban el discurso de su
líder, jeque Hassan Nasralá, y seguidores del movimiento Al Mustaqbal de Hariri
les insultaron. Entonces, los primeros lanzaron un cohete contra la mezquita
suní Abdel Nasser en el citado barrio.
También se produjeron incidentes entre partidarios de la oposición y partidarios del
gobierno en el Valle de Bekaa, en el este del país, donde también hubo disparos
y el ejército tuvo que intervenir para restaurar el orden.
Los de anoche fueron los últimos incidentes desde que el ejército tomó el
control del oeste de Beirut después de que Hezbolá retirara a sus milicianos
tras varios días de enfrentamientos con partidarios del gobierno pro occidental
durante este mes en los que murieron 65 personas.
Pardojalmente, y mientras mantienen un
precario "gobierno de unidad" con sus enemigos en Libano, el máximo dirigente
de Hezbolá, jeque Hassan Nasralá, hizo hoy un llamamiento a los ciudadanos de
todos los países "bajo ocupación" a que "tomen las armas" y sigan el
ejemplo de la resistencia que su movimiento llevó a cabo en Líbano ya que ésta
es la única que trajo el éxito.
Lo que indica claramente, que en la
práctica, el acuerdo de "unidad" con los antisirios, aliados de Israel y EEUU,
es solo una estrategia para ganar tiempo.