Luego de que el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA)
afirmara que la nueva información que Teherán proporcionó sobre su
programa nuclear no es suficiente para demostrar que la nación islámica no está
fabricando una bomba nuclear, el Consejo de Seguridad de la ONU, incluidos China
y Rusia, aprobó una tercer
ronda de sanciones a Irán por negarse a detener el enriquecimiento de uranio en
su programa nuclear.
La resolución redactada por Reino
Unido, Francia y Alemania establece prohibiciones de viajar a personas
relacionadas con el programa atómico, así como mayores controles sobre las
transacciones comerciales y financieras iraníes.
Todos los miembros, incluidos China y Rusia, votaron a favor, salvo
Indonesia, que se abstuvo, lo que evitó que en esta ocasión el castigo
contara con la unanimidad de que gozaron las dos rondas anteriores.
"Una vez más, Irán ha optado por no cumplir las expectativas de la comunidad
internacional, y una vez más, al Consejo de Seguridad no le ha quedado más
opción que actuar", afirmó tras la votación el embajador de EEUU ante la ONU,
Zalmay Jalilzad.
Por su parte, el embajador británico, John Sawers, instó a Teherán a
"cooperar por completo" con el Organismo Internacional de la Energía Atómica
(OIEA) y a cumplir con las resoluciones anteriores.
Sawers indicó el interés en que el alto representante de la Política Exterior de
la UE, Javier Solana, vuelva a mantener contactos con representantes del régimen
de los ayatolás.
Para el embajador iraní, Mohamed Khazee, la resolución es "una acción ilegal"
porque el país "ha cumplido con sus obligaciones" y ha contestado a todas
las "preguntas pendientes" del OIEA.
"El programa nuclear de Irán ha sido, es y será pacífico y no supone ninguna
amenaza para la seguridad internacional, por lo que no es un asunto para el
Consejo de Seguridad", indicó.
No obstante, , el último informe del OIEA, divulgado el pasado 22 de febrero,
confirmó que Teherán no ha detenido el enriquecimiento de uranio, tal como le
había exigido el Consejo.
Según el documento, las
investigaciones de la OIEA aún no ha podido determinar con totalidad
la naturaleza y el alcance del programa nuclear iraní.
El organismo de la ONU indicó que Irán había evitado responder
completamente a informes de inteligencia que apuntaban a la existencia de
esfuerzos encubiertos para fabricar armas nucleares a partir de material nuclear.
Tampoco Teherán ha aclarado dudas sobre pruebas de centrífugas para acelerar
el proceso de enriquecimiento de uranio, según el OIEA.
El informe oficial impactó
inmediatamente en Washington y en la Unión Europea, principalmente entre las
potencias que se disponen a debatir nuevas y más duras sanciones contra Irán
en el seno del Consejo de Seguridad de la ONU.
De acuerdo con la opinión de
analistas de Europa y EEUU, el informe de la OIEA y las nuevas sanciones
contra Irán, favorece las posiciones de los halcones que desde la Casa
Blanca y Tel Aviv impulsan un ataque militar a las usinas iraníes.
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