El temor a la crisis
alimentaria y a la inflación (emergentes de la suba del petróleo y de los
alimentos) que ya impacta y se extiende en todo el mundo, comienza a posarse
como un fantasma sobre América Latina generando el alerta de los gobiernos y
organizaciones oficiales que estudian distintas medidas de "acción inmediata"
para neutralizar sus efectos.
Informe
IAR Noticias
Mientras el Banco Mundial comienza un
nuevo programa de ayuda financiera para los países pobres afectados por los
altos costos en el precio de los alimentos y el combustible (resultantes de la
escalada de los precios del petróleo), representantes de organismos
multilaterales se reúnen en Venezuela para discutir el impacto que el aumento
de precios tiene en América Latina.
La reunión en Caracas marca el principio de una semana de encuentros sobre el
tema que culminarán en una cumbre de la ONU en Roma, el próximo martes.
Entre tanto, en Washington, el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick,
señaló que Haití, Djibouti y Liberia serían los primeros en beneficiarse
del paquete de respuesta inmediata que asciende a US$1.200 millones.
De acuerdo con la institución, los precios de los alimentos en todo el mundo
se han elevado en un 83% en los últimos tres años.
Un informe publicado el jueves pasado
por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y la
FAO advirtió que los precios de alimentos clave como el trigo y la carne de res
podrían mantenerse altos durante muchos años.
El centro de gravedad de la
producción agrícola mundial "continuará trasladándose hacia los países
emergentes" como la Argentina, dice el estudio.
En el mundo, señaló Jacques Diouf, el director de la FAO, "hay 862 millones de
personas que sufren hambre y desnutrición, lo que nos recuerda la necesidad de
invertir en la agricultura".
Un problema extra que causa serias
perturbaciones en los mercados y un agravamiento de la situación de los países
más pobres, es el de los biocombustibles, señala la FAO.
En tal sentido, la OCDE y la FAO
insisten en que hay que impulsar el desarrollo económico de los países menos
desarrollados y mejorar sus estructuras agrícolas.
El encuentro de Venezuela, organizado por el Sistema Económico Latinoamericano y
del Caribe (SELA), busca plantear líneas de acción comunes en la región
latinoamericana para enfrentar el problema.
En una reunión reciente con líderes
europeos, mandatarios latinoamericanos prometieron fortalecer las relaciones
comerciales, pero diversas organizaciones sociales advirtieron que la principal
causa de la pobreza son la liberalización y la desregulación.
"A pesar de las sacudidas que se
sintieron a nivel global, los países de América Latina aguantaron muy bien.
Ahora la gran preocupación es la inflación que ha superado un nivel que
podríamos considerar confortable", señaló Anoop Singh, encargado del
departamento de América Latina del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Los que más han sentido el impacto en la subida de precios han sido las clases
más pobres y existe el gran temor que esto conduzca a un aumento de la pobreza
que no se había sentido en la última década.
"Es importante que los gobiernos en la región hagan uso de las redes sociales
que han desarrollado de manera tan efectiva", recomendó Singh al referirse a los
programas contra la pobreza que se han implementado en Brasil.
De acuerdo con James Ingham, corresponsal de la BBC en Venezuela, algunos
gobiernos de América Latina comparten esa visión y se han enfocado en reducir
su dependencia de importaciones creando un fondo de desarrollo agrícola.
 |
|
En abril, ya se producían violentos disturbios en
Haití como resultado de los aumentos de precios en consumos básicos. |
"Con casi la mitad de la población viviendo por debajo de la línea de pobreza,
es clara la urgencia de actuar. Lo que no está tan clara es la solución y cómo
se va a lograr la unidad", señala Ingham.
La corresponsal de la BBC en
Washington, Kim Ghattas, informa que parte de estos fondos serán utilizados para
enfrentar necesidades humanitarias inmediatas, como asistir a madres embarazadas
y niños pequeños.
El secretario general de la OCDE, el ex canciller de México Ángel Gurría,
advirtió que las economías más pobres van a necesitar mucha más ayuda
humanitaria en los años venideros para combatir el hambre.
"A corto plazo hay una necesidad urgente e inmediata de comida y asistencia
humanitaria para evitar el hambre a los pobres", recalcó Gurría.
La primera reacción a la subida
imparable del precio del petróleo y su impacto en los alimentos, se registró a
través de los estallidos y rebeliones sociales que ya se expanden por los
países más pobres de África, Asia y América Latina, sobre todo en Centroamérica,
el Caribe, Haití y Brasil.
El Banco Interamericano de Desarrollo
(BID) anunció el martes una nueva línea de crédito de 500 millones de dólares
(318 millones de euros) que se concederá a los países de América Latina y Caribe
para enfrentar los efectos de la crisis mundial de los alimentos y evitar así
que millones de personas de la región caigan en los niveles de la pobreza,
informó el organismo.
'El riesgo que enfrenta la región es
muy concreto', dijo el presidente del BID, Luis Alberto Moreno. 'De no hacer
nada, podríamos perder el terreno ganado en la lucha contra la pobreza en los
últimos cinco años', añadió.
Entre
las medidas que pueden adoptar los Gobiernos están bajar los aranceles para
la importación de alimentos básicos, reducir los impuestos sobre la
producción agrícola, financiar la producción de semillas y fertilizantes y la
construcción de vías públicas para transportar los productos y bajar costos,
señaló el BID.
La actual crisis alimentaria provocada por la alza en los precios ha generado
protestas y estallidos sociales en países como Haití y Bolivia, además de
afectar a naciones de África y Asia.
Según coinciden analistas y
autoridades, América Latina, que sobrevivió sin muchos sobresaltos a la crisis
hipotecaria en EEUU, ahora se enfrenta a un enemigo mucho más temible:
la inflación y la crisis alimentaria que ya se expanden como una epidemia
por todo el mundo.