, quien
asumió posturas y decisiones propias con las FARC,
se habría intensificado.
Santos ofreció una rueda de prensa
para referirse a la muerte del líder guerrillero y comandante en jefe de las
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Manuel Marulanda Vélez,
donde sostuvo que se mantendrán las políticas represivas contra la guerrilla, no
obstante la alternativa de una política de "paz" sugerida por el gobierno de
Uribe.
"Esos bombardeos se van a continuar
contra todos los miembros del Secretariado de las FARC y contra las FARC en
general. Nuestra política de seguridad seguirá con igual o más intensidad",
señaló el domingo el ministro de Defensa colombiano.
Expresando, según Anncol, "la
única y verdadera receta que siempre ha tenido la oligarquía colombiana como
respuesta a los problemas que sufre el pueblo colombiano".
"Las masacres, los asesinatos
extrajudiciales, las desapariciones, son las formas que la modalidad criminal
del Terrorismo de Estado ha utilizado, que se ha aliado impúdicamente con los
narcotraficantes para desarrollar el narco-paramilitarismo, el cual hoy tiene
contra las cuerdas al gobierno de Álvaro Uribe Vélez", subraya.
"Lógicamente las víctimas siempre las
pone el pueblo. Ningún elemento de la oligarquía ha sido ‘tocado’ por la guerra
de guerrillas que adelanta las FARC-EP contra el Estado, que practica el
Terrorismo de Estado a través de las fuerzas militares-narcoparamilitares
oficiales", agrega Anncol.
Santos, por su parte, parece
trazar sintonía fina con el Departamento de Estado de EEUU, quien dijo en un
comunicado que las FARC "Pueden volver una vez más a la violencia, al
secuestro y al narcotráfico, o pueden intentar trabajar para la gente colombiana
y deponer las armas", lo que no habla de "Paz" sino de elección, o dejan las
armas o seguirá la ofensiva represiva.
Anncol sugiere que el que más
"interpreta" los deseos de Washington es el ministro Santos, que ya se maneja
como si fuera el sucesor de Uribe y con un amplio despliegue mediático que lo
proyecta como una sólida alternativa de poder.
"Todo indica que las 'aguilas negras'
las maneja un sector de los Santos. Quien podrá defender a Uribe? Está solo a su
suerte. En Colombia mandan los de arriba, Washington para ser más precisos.
Al sucesor del reelecto le corresponde consolidar el 'trabajito' de Uribe en
lo interno y enajenar la opinión pública para invadir a Venezuela", afirma la
agencia vinculada a las FARC.
Para Anncol, "los Santos (el ministro
y su primo) tienen el sartén por el mango. Los medios a su favor. Con la
venta de un paquete accionario del diario El Tiempo a una empresa española les
abría el camino de la media empresarial mundial americanizada".
No obstante, la agencia que
habitualmente difunde los comunicados de las FARC, se muestra escéptica ante una
posible alternancia de Santos por Uribe en la presidencia de Colombia, dado que
ambos son "más lo mismo" y sólo representan los intereses de la
oligarquía colombiana y la política de Washington en Colombia.
"Las propuestas de las FARC-EP de
Intercambio Humanitario y Salida Política al Conflicto Armado son desechadas por
los Juanmanueles (los Santos) y los Álvarouribes (el actual Presidente). Esa es
la única y triste realidad. Realidad que nos demuestra que Colombia, Bogotá,
cada día se convierte más y más en la punta de lanza contra los países vecinos y
contra Suramérica. Alinderamiento con la caverna más nefasta de la historia de
la humanidad", puntualiza Anncol.
En general, tras el anuncio de la
muerte de Manuel Marulanda, el líder histórico de las FARC, la prensa
estadounidense, sus principales analistas y medios, desecharon un cambio de
política con las FARC.
La
"misión permanente" del gobierno de Uribe, ha sido la de ensamblar el accionar "terrorismo de las FARC" con el
narcotráfico y el "crimen organizado" y con los "gobiernos de
izquierda", vinculando el "objetivo
local" con el "objetivo internacional" del
"terrorismo" de Al Qaeda.
En esta
hipótesis de trabajo, la militarización del conflicto Colombia-Venezuela,
con Chávez como primer actor, otorgaba consistencia a los informes del
Pentágono y del espionaje estadounidense señalando al presidente venezolano como
el eje del "terrorismo" de las FARC, por un lado, y de los "gobiernos
de izquierda desestabilizadores" por el otro.
Es muy probable que -como sostiene Anncol- el desgaste internacional de
Uribe, su perdida de consenso interno, operaciones militares lanzadas para
levantar su imagen (como sería la del asesinato de Reyes) forzaron a Washington
a barajar su reemplazo.
En ese sentido -según lo que se rumorea en los medios colombianos, el
ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, ya contaría con un amplio apoyo en la
estructura militar colombiana que abreva en la doctrina del "Plan Colombia".
Lo que el aseguraría al ministro de Defensa, Juan Manuel Santos (en plena
campaña marketinera por la presidencia de Colombia) un tránsito casi seguro como
"sucesor" de Uribe en los planes de Washington.
Como dice Anncol: Santos es el que viene a consolidar el "trabajito" de Uribe
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(*)El Pacto de Ralito, es el nombre con el que se le conoce al pacto
secreto, firmado en el año 2001 entre jefes de grupos paramilitares
colombianos y más de cincuenta políticos de diferentes regiones del país. (Wikipedia)