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Saddam en la horca, flanqueado por sus
verdugos (Foto Reuters) |
El juez iraquí Rauf Rashid
Abdelrahman, un colaboracionista de EEUU que condenó a muerte a Saddam Hussein y
que ahora se ocupa del juicio a su viceprimer ministro Tarek Aziz, criticó la
forma en la que fue ejecutado el ex presidente de Irak, informó el miércoles la
agencia Asuat al Irak.
Para el magistrado kurdo (a quién el ex presidente iraquí tachó de "servil a EEUU" antes de ser ejecutado), Saddam fue ahorcado "de manera incivilizada y
atrasada", tras ser declarado culpable de "crímenes contra la Humanidad".
"El código penal iraquí, desde el establecimiento del Estado iraquí, no aprueba
el ahorcamiento de los condenados en público", señaló Abdelrahman, quien destacó
que "la ley no sanciona tampoco las ejecuciones durante fiestas oficiales y
ocasiones religiosas".
El presidente derrocado por la invasión estadounidense en el 2003, murió en la
horca el 30 de diciembre de 2006 y suscitó un gran número de críticas de otros
países árabes e islámicos, además de organizaciones pro derechos humanos y
Estados occidentales.
El Tribunal Especial iraquí, creado
con apoyo financiero estadounidense tras la captura de Saddam en
diciembre de 2003, mientras las fuerzas norteamericanas ocupaban el país, fue
rechazado los abogados iraquíes y los grupos de derechos humanos, que cuestionan
su imparcialidad.
Irán
(cómplice de EEUU durante la invasión) por su parte, envió su propia acta de
acusación, "principalmente por el bombardeo de escuelas, mezquitas y casas, el
uso de armas químicas, genocidio, crimen contra la humanidad y violación de las
convenciones internacionales" durante la guerra Irán-Irak (1980-1988).
Saddam fue ejecutado por el gobierno compuesto por
kurdos y chiíes, sus enemigos históricos, todos vinculados con la CIA y el
departamento de Estado estadounidense, que financiaron y entrenaron a sus grupos
políticos cuando permanecían en el exilio, caso de Chalabi, Allawi y el Ayatolá
Sistani, y el actual presidente, el kurdo Talabani, quienes influenciaron el
"tribunal" desde el lado iraquí.
Saddam fue condenado a muerte después de ser declarado culpable de "crímenes
contra la Humanidad" por ordenar la ejecución de 148 chiíes tras un intento de
asesinato contra él la ciudad de Duyail, 65 kilómetros al norte de Bagdad.
Su hermanastro Barzan al Tikriti, así como el vicepresidente Taha Yasin Ramadan
y el jefe del Tribunal Revolucionario Bandar Awad fueron ejecutados por los
mismos cargos.
En las
escenas de su ejecución, que fueron grabadas y distribuidas por internet
clandestinamente, podía oirse a alguno de los asistentes insultando al ex
presidente.
Antes
de que las cadenas informativas internacionales lo bajasen de internet, el
video clandestino con la ejecución de Saddam ya circulaba entre los
teléfonos móviles de los ciudadanos iraquíes.
La
Operación de la CIA con el video de la ejecución de Saddam Hussein produjo
escándalo e indignación, no solamente en Irak y entre la comunidad islámica,
sino que sus efectos se esparcen sobre gobiernos árabes y la propia Casa Blanca
cuyos funcionarios, con Bush a la cabeza, intentaron tomar distancia de las
ruinosas imágenes del ahorcamiento del ex presidente iraquí.
El video clandestino de la ejecución, supuestamente grabado en un teléfono móvil
de uno de los asistentes desató la indignación y la ira de la comunidad suni
(revelando el objetivo buscado) al mostrar a Saddam siendo víctima de
insultos y burlas mientras subía al cadalso.
Difundidas por las grandes cadenas internacionales, y captadas por un teléfono
móvil y colgadas en internet, las imágenes permitieron presenciar el instante
del ahorcamiento y escuchar el "diálogo final" en la sala de ejecuciones.
El analista de medios de EE.UU.,
Danny Schechter, quien describió la ejecución como un "ahorcamiento colonial",
opinó que es un "ejemplo único de una confusión total", que ocurrió luego de una
larga procesión de errores por parte de las autoridades iraquíes y
estadounidenses.
Henderson sugiere que el deseo de
algunos iraquíes de ver la grabación de la ejecución de Hussein se relacionaba
en gran medida con el embrutecimiento de la sociedad bajo su gobierno.
De cualquier manera, y más allá de la
cruel ejecución del ex presidente iraquí por los invasores de su país, el auge
del celular indicó que, además de la droga, la prostitución y la desocupación,
con la invasión militar de EEUU también ingresó la sociedad de consumo.
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