Moscú lanza un Kosovo "multiplicado por dos", EEUU y la UE preparan una
contraofensiva, y la OTAN reparte "ayuda humanitaria" con barcos cargados con
misiles nucleares. Un escenario demasiado "raro", según algunos medios y
analistas rusos, que este martes, luego del anuncio oficial ruso sobre la
independencia de Abjasia y Osetia del Sur, auguraban que "algo está por pasar"
nuevamente en el enclave georgiano, vital para la supervivencia geopolítica,
militar y económica tanto de EEUU como de Moscú.
Informe /
IAR Noticias
Mientras Moscú reafirma y
consolida su statu quo de control militar sobre Georgia, los acontecimientos se
suceden en ambas trincheras de la "guerra fría" y parecen converger hacia
un nuevo desenlace del conflicto, con una clara hegemonía de las
iniciativas por parte del Kremlin.
El lunes el Parlamento ruso lanzó
una "bomba de tiempo" al reconocer y pedir a la vez, el reconocimiento del gobierno
de Moscú a la independencia de las provincias separatistas de Osetia del Sur y
Abjasia, lo que volvió a desatar la furia (y las advertencias) del eje
EEUU-UE y del gobierno títere de Georgia.
Este martes, el gobierno de Rusia,
en una reunión de emergencia reconoció la independencia de las dos provincias
separatistas lanzando un nuevo desafío a la hegemonía imperial del eje
USA-UE en euroasia.
Reunido de urgencia con el Consejo
de Seguridad, el presidente ruso, Dmitry Medvedev, anunció este martes que su
país reconoce a las regiones de Abjasia y Osetia del Sur -escenarios del
reciente conflicto armado con Georgia- como Estados independientes.
Después de horas de estar reunido
con sus asesores sobre temas de seguridad, Medvedev anunció por televisión su
decisión.
"He firmado los decretos de reconocimiento de la Federación Rusa a la
independencia de Osetia del Sur y la independencia de Abjasia. Rusia le solicita
a los otros estados que sigan su ejemplo", afirmó Medvedev.
Afirmó que Moscú está aceptando la voluntad de los pueblos de esas zonas, y
acusó al gobierno de Georgia -dentro de cuyo territorio están las dos regiones-
de impedir que se llegue a un acuerdo pacífico al problema.
El lunes, EEUU advirtió que
reconocer la secesión sería "inaceptable" y reiteró que Rusia debía respetar
la integridad territorial de Georgia.
La iniciativa rusa se ha materializado en la orden del presidente ruso a su
ministro de Exteriores para establecer "relaciones diplomáticas" con
representantes de dichas regiones georgianas, informó el Kremlin luego del
anuncio de Medvedev.
El presidente ruso ruso explicó
que la medida anunciada se basa en los postulados de la Carta de la ONU, la
declaración de 1970 sobre los principios del derecho internacional sobre las
relaciones amistosas entre los Estados y otros documentos internacionales.
Además, acusó de genocidio al presidente de Georgia, Mijail Saakashvili,
por el ataque a Osetia del Sur que llevó a Rusia a intervenir militarmente. "El
8 de agosto en Tiflis hicieron su opción. Saakashvili eligió el genocidio para
cumplir sus tareas políticas", dijo.
Luego del anuncio, agencias rusas
y occidentales coinciden: La decisión de Medvedev de apoyar la moción de
reconocimiento de estas regiones -que fue aprobada en el parlamento de su país
este lunes- enrarecerá el escenario y profundizará la disputa entre Moscú y
el eje EEUU-Unión Europea.
El gobierno de Georgia ya lanzó la primera piedra: acusó a Moscú de estar
llevando a cabo una "anexión no disimulada" de los territorios.
Su viceministro de Interior, Giga
Bokeria, describió el reconocimiento ruso como una "anexión evidente" del
territorio georgiano.
Francia, que patrocinó un acuerdo
de alto el fuego para poner fin a la guerra entre Rusia y Georgia, dijo que
lamentaba la decisión del Kremlin.
"Consideramos que ésta es una
decisión lamentable y recuerdo nuestro afecto por la integridad territorial
de Georgia", dijo a Reuters un portavoz del Ministerio de Exteriores
francés.
Para la cadena
BBC, la acción rusa tendrá una inmediata contraofensiva de EEUU y las potencias aliadas, quizás
económicas antes que militares.
Según la cadena, "Decisiones como
estas demuestran que Rusia está lista para enfrentarse con Occidente por el tema
de Georgia".
Todavía sin respuesta concreta al
"hecho consumado" del Kremlin en el Cáucaso, Washington anunció el lunes una
revisión de sus relaciones con Rusia "en su conjunto", en tanto que Moscú
amenazó con una ruptura de sus relaciones con la Organización del Tratado del
Atlántico Norte (OTAN). "Podemos vivir sin la OTAN", dijo Medvedev en un
mensaje elíptico que podría tener otra transcripción: "Podemos vivir sin EEUU y
la UE".
Este martes, Rusia anunció que
limitará su relación con la Organización del Tratado del Atlántico Norte
(OTAN), poniendo fin a las visitas diplomáticas y a los ejercicios militares
conjuntos.
En una conferencia de prensa, el embajador ruso en la OTAN, Dmitry Rogodzin,
dijo que se mantendrán los contactos con la organización pero que se revisará
la cooperación rusa con la misión de la OTAN en Afganistán.
El embajador ruso Dmitry Rogozin,
comparó la situación con la víspera de la Primera Guerra Mundial, y dijo que
era inevitable una nueva congelación de las relaciones.
"El clima actual me recuerda a la
situación de Europa en 1914 (...) cuando, a causa de un terrorista, las
potencias mundiales se enfrentaron", declaró Rogozin al diario financiero
RBK
Daily.
Luego del anuncio de Medvedev, los
medios rusos ya hablaban de un Kosovo "multiplicado por dos".
Pero lo que parece definir el nuevo marco del conflicto se encuentra en el Mar Negro: Las flotas de Rusia y
la OTAN cargadas con misiles nucleares.
El lunes las agencias rusas,
citando fuentes del Estado Mayor ruso, señalaban que los buques de guerra de la
OTAN que ingresaron al Mar Negro y se estacionaron frente a la Flota Rusa
disponen de capacidad nuclear.
"El destructor 'McFaul', de la Armada de EEUU, anclado en el puerto georgiano de
Batumi, lleva unos 50 misiles de crucero Tomahawk con capacidad nuclear,
destinados a destruir blancos terrestres", indicó una fuente oficial a las
agencias rusas RIA Novosti e Interfax.
Y algo que define el cuadro: El
Martes, un portavoz del Departamento de Estado, Robert Word señaló que los
líderes del G-7, los siete países más industrializados del mundo - EE UU,
Italia, Reino Unido, Francia, Alemania, Canadá y Japón- estaban "alarmados"
ante la posibilidad de que Rusia reconociese la independencia de las
regiones caucásicas