Rusia y Georgia aceptaron ayer un "plan de paz"
de seis puntos propuesto por la Unión Europea.
Ahora, según el jefe de la Diplomacia francesa, "hace falta que el alto el
fuego sea definitivo". Para ello, opinó, "hay que trabajar durante varios
días, quizá más, incluso mucho más, ya veremos".
La Casa Blanca, por su parte, el
martes sembró dudas de que Rusia esté efectivamente cumpliendo con su promesa de
cese del fuego en Georgia y urgió a los dirigentes de ese país a que detengan
de inmediato toda actividad militar a fin de buscar soluciones diplomáticas
a la crisis desatada la pasada semana sobre Osetia del Sur.
Después de varias horas de silencio oficial a la espera de una versión propia
sobre el desarrollo de los acontecimientos en Georgia, la secretaria de Estado
norteamericana, Condoleezza Rice, admitió que "pueden haberse producido ciertos
progresos", pero respaldó en cierto modo las denuncias de las autoridades
georgianas de que los ataques rusos continuaban y llamó a su cese inmediato.
Agradeció las gestiones diplomáticas
realizadas por el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, en representación de
la UE, pero rebajó notablemente el optimismo europeo sobre los resultados
de esas gestiones.
"Rusia tiene que detener las acciones militares
en Georgia, tal como aparentemente han dicho que harán. Las operaciones militares tienen realmente
que ser detenidas", manifestó Rice.
La secretaria de Estado añadió que,
posteriormente, los soldados rusos deben abandonar el territorio del país
vecino. A cambio, la responsable de la diplomacia norteamericana ofreció la
posibilidad de una negociación política sobre el conflicto de la región
independentista de Osetia del Sur más favorable a los términos de Rusia.
"Una vez que se retiren las tropas rusas, podremos centrarnos en cómo
resolver el conflicto a largo plazo", dijo Rice. Advirtió, no obstante, que
una condición imprescindible de esa solución debe ser el reconocimiento a "la
soberanía y la integridad territorial de Georgia".
Por otra parte, el ministro de
Exteriores ruso Sergei Lavrov reiteró el miércoles que su país respeta la soberanía
territorial de Georgia y defendió los bombardeos llevados a cabo por su
Ejército desde el pasado viernes como una "respuesta proporcionada a un ataque
no provocado" sobre la población de Osetia del Sur. Además, mostró el compromiso
de Rusia con el "cese temporal de hostilidades" propuesto por la UE ayer y que
fue aceptado por ambos países.
En un artículo publicado este miércoles
por el diario británico Financial
Times, Lavrov aseguró que las acusaciones de que su país tratase de hacerse
con el poder en Georgia y derrocar al Gobierno del presidente Mijail
Saakashvili, "carecían de sentido". Rusia, escribió Lavrov, "no tiene intención
de anexionarse u ocupar ninguna región de Georgia y ha reiterado su respeto por
su soberanía".
En el artículo, titulado
"¿Por qué la respuesta de Rusia a Georgia fue
correcta?", el ministro criticó que desde Georgia y desde algunos países
occidentales se haya descrito el conflicto como una nueva versión de la pelea
entre David y Goliat en la que "la valiente república de Georgia, con pocos
millones de habitantes, fue atacada por su gigante vecino oriental". Además
calificó la respuesta de las fuerzas armadas rusas a la incursión realizada por
el Ejército de Georgia en Osetia del Sur como una "respuesta proporcionada y
legítima".
El Alto Representante
comunitario para la política Exterior y de Seguridad de la Unión Europea,
Javier Solana, insistió en que lo fundamental en este momento dentro del
conflicto de Osetia del Sur es que Georgia y Rusia respeten el alto el fuego
"con todas las consecuencias".
Según Solana, que hoy participa en la reunión de ministros europeos de
Exteriores que analiza el conflicto, el mensaje de la UE es "claro" y se centra
en la necesidad de mantener el alto el fuego y en que este de aplique de
forma "total" por las partes.
"Después habrá que ver cómo se puede llegar a un acuerdo político, pero lo
primero es que el alto el fuego se mantenga", dijo. El jefe de la
diplomacia europea felicitó a la presidencia
francesa de la UE por su mediación en el conflicto
"Me gustaría pensar que las palabras
significan algo", comentó el martes, en Tiflis, Metthew Bryza, un alto
funcionario del Departamento de Estado desplazado a esa ciudad. "Es posible que
un alto a los combates no sea precisamente un cese del fuego", añadió por su
parte en Washington el portavoz de la Casa Blanca, Tony Fratto.
El mismo escepticismo se detectaba ayer entre los candidatos presidenciales.
El republicano, John McCain,
aseguraba que "los ataque rusos continúan" y que "la situación sigue
siendo fluida y peligrosa".
Por su parte, el aspirante demócrata,
Barack Obama, insistió en la necesidad de que se designen lo antes posible
observadores internacionales para certificar la situación sobre el terreno en
Georgia.
En resumen, a la luz del escepticismo
y las distintas versiones interesadas reinante, hay que llegar a la conclusión
de que -tal como lo sostiene el canciller de Francia- el acuerdo suscripto por
Georgia y Moscú es solo un insignificante "pedazo de papel".
Y sólo hay una realidad que nadie
discute: Las tropas rusas controlan a Georgia y el Cáucaso.
Mientras tanto, y según la prensa
norteamericana, la Administración de EEUU "mide cuidadosamente" qué pasos dar a partir
de ahora evaluando el traspiés con Georgia y analizando el futuro de sus
relaciones con Rusia en los puntos calientes
Según The New York Times, Washington
deberá registrar de ahora en más la "advertencia militar" que lanzó Rusia
en la región caucásica.