Por Carrick Mollenkamp
y Katharina Bart -
The Wall Street Journal
EEl ataque sorpresa de Luqman Arnold, presidente de la junta de la firma
británica de inversión Olivant Advisers Ltd., promete elevar el malestar dentro
de UBS. Aun así, es improbable que su propuesta sea considerada oficialmente
durante la asamblea anual de accionistas programada para el 23 de abril.
La lucha también puede verse como un desquite, ya que el banco forzó la salida
de Arnold en 2001 tras una amarga disputa sobre cuánto poder tendría el
ejecutivo. Entre las ideas de Arnold: UBS debería separar legalmente su banca de
inversión de su banca de clientes privados y en última instancia vender el banco
de inversión. UBS también debería vender su negocio de gestión de activos para
recaudar fondos; y deshacerse de la persona que nominó esta semana para
presidente del directorio. Arnold comunicó sus propuestas en una carta a la
junta de UBS.
Otros accionistas también han estado presionando a la empresa para que escinda
su banca de inversión. Ellos culpan a la unidad de abandonar la banca
tradicionalmente cautelosa por la negociación de títulos hipotecarios complejos
que arrasaron con las ganancias de 2007 y del primer trimestre de 2008.
De hecho, los clientes acaudalados del mercado doméstico de UBS han retirado
dinero de la división de banca privada porque les preocupaban las pérdidas del
banco, asegura Raoul Weil, presidente ejecutivo de banca privada. Él hizo sus
comentarios durante una entrevista antes de que Arnold enviara sus peticiones al
banco. Weil dijo que asesores de la división habían estado llamando a sus
clientes para darles confianza, diciéndoles que el martes se habían tomado
medidas para aumentar el capital en unos 15.000 millones de francos suizos (unos
US$15.000 millones).
La firma de Arnold acumuló una participación de 0,7% en UBS, con un valor de
US$470 millones, antes de enviar su carta a Sergio Marchionne, vicepresidente de
la junta de UBS. En la carta, Arnold afirma que UBS "necesita actuar con
celeridad... a medida que guardamos cautela sobre las perspectivas para el
mercado inmobiliario de EE.UU. y los pronósticos para los mercados de crédito".
Los inversionistas activistas como el financiero Carl Icahn adquieren
participaciones en compañías y luego intentan obligarlas a hacer cambios para
mejorar el desempeño de la acción de las empresas. Los activistas pueden
conseguir más apoyo de los inversionistas y obligar a las compañías a considerar
la venta o la escisión de las divisiones que atraviesan problemas.
Colchón de capital
El profundo conocimiento que tiene Arnold de UBS podría ayudar. El ejecutivo
calcula que la venta del negocio de gestión de activos de la institución podría
generar un colchón de capital relevante para UBS. En esa línea, dijo en una
entrevista que cualquier venta del banco de inversión, en el mejor de los casos,
no sucedería hasta 2009 y podría llevar entre seis a nueve meses separar
legalmente los negocios de UBS.
Arnold está presionando a UBS para que contrate a alguien que no sea un
ejecutivo como presidente de su directorio, encontrando defectos en el candidato
que escogió esta semana: su asesor legal, Peter Kurer. El presidente saliente de
la junta, Marcel Ospel, cuyas diferencias con Arnold llevaron a la salida del
último en 2001, dijo esta semana que abandonaba su puesto y que sería sustituido
por Kurer en la asamblea anual del banco.
Arnold dijo en su carta que una búsqueda anterior por un posible sucesor para
Ospel quedó "obstaculizada" por las intromisiones de éste.
UBS ha sostenido durante mucho tiempo que el banco puede operar bajo el llamado
modelo integrado, impulsando el negocio mediante el traslado de clientes de
banca de inversión a banca privada, por ejemplo. Y la expansión de la banca
privada de UBS fuera de Suiza en años recientes está ayudando a amortiguar el
golpe de la pérdida de clientes en casa. UBS tiene entre 20% y 30% del mercado
de todos los negocios para clientes privados en Suiza.