Petróleo: Elija el Apocalipsis que más le convenga) la combinación del cóctel petróleo-crisis financiera-inflación = hambre y
conflictos sociales generalizados va hacia un desenlace inevitable: Colapso del
sistema capitalista a escala global. En esta percepción, y con distintas
modalidades "interpretativas", coinciden desde expertos de izquierda y
de derecha hasta las
máximas autoridades y entidades económicas y monetarias del "sistema".
La profundización del
conflicto entre Rusia y el eje USA-UE (y los conflictos conexos como el de Irán
y Medio Oriente) va a traer como consecuencia inevitable una suba imparable del
petróleo.
Un nuevo desenlace en
cualquiera de sus frentes (y a modo de proceso dialéctico y escalonado)
repercutirá en una nueva escalada en el precio
de los alimentos, y la suba de los alimentos se convertirá en
inflación, y la inflación con detención de crecimiento económico conducirá a la
estanflación (combinación de recesión con inflación), y la estanflación
conducirá a la devaluación del salario y despidos de empleados y obreros
en masa, y los despidos, la falta de poder adquisitivo y la suba de precios
conducirán (inevitablemente) a las protestas, las huelgas y los estallidos sociales que ya
se verificaron en los últimos meses en los cinco continentes, incluidos los países centrales.
Además, el estallido de la
guerra energética se complementa con el cuadro de la crisis
económica estructural del sistema capitalista que ya se proyecta con
una amenaza de recesión a escala global con epicentro en la debacle
bancaria-hipotecaria de EEUU.
Los índices oficiales (los
números concretos) muestran aquello que analistas y especuladores
interesados de Wall Street intentan ocultar para prolongar la fiesta "cortoplacista"
de las acciones financieras: La economía ya está ingresando a la
recesión global de la mano de las dos primeras potencias: EEUU y Europa.
En los últimos días, tanto la
Reserva Federal de EEUU como el Banco Central Europeo, e instituciones
como el FMI, el Banco Mundial y la OCDE, señalaron que las
economías de Europa y de EEUU pararon de crecer, y la desaceleración
se acentúa de la mano de la baja del consumo y la suba de los alimentos y
la energía.
Y aunque
caigan (temporalmente) el precio del petróleo y de las materias primas
(como de hecho está sucediendo) eso ya no se verifica como una suba
del consumo, dado que las variables de la economía ya están dañadas
por el proceso inflacionario estructural de arrastre que impide una
reactivación del poder adquisitivo de las mayorías.
El punto de convergencia de
ambos factores, la guerra energética y la crisis
económica-financiera, marca las agujas del reloj del sistema capitalista
a escala global. Ambos se retroalimentan para detonar un desenlace
encadenado.
Bienvenidos a la mecha
progresiva del Apocalipsis.
El efecto
dominó acechante
Y hay factores explicativos sobre
el efecto dominó acechante: EEUU, la Unión Europea, China, Japón, India,
las primeras economías del mundo son dependientes gasíferas-petroleras: No se
autoabastecen, carecen y/o deben importar energía para sostener sus
gigantescas infraestructuras capitalistas alimentadas con gas y petróleo.
Y hay otra señal clara del efecto
dominó acechante en la "guerra energética": Irán, Arabia Saudita, Irak, los
países del Golfo producen (extraen) petróleo primario pero carecen de las
redes relevantes de distribución y de industrialización que si tiene Rusia
extendidas por todo el mapa de Eurasia. Y que -obviamente- USA-UE intentan
arrebatarle (o sustituir por sus propios corredores) para asegurar su
supervivencia como eje "unipolar" del sistema capitalista.
Rusia, no solamente se
"autoabastece" en el proceso de extracción e industrialización sino que
además es la primera potencia gasífera del mundo, y de su extendido de
corredores energéticos dependen desde las potencias europeas, China, Japón hasta
el propio Israel.
Además -y a diferencia del resto
de los grandes productores petrolíferos primarios- Rusia es una superpotencia
nuclear
(la segunda después de EEUU), y cualquiera que intente privarla de su recurso de
supervivencia esencial se expondrá a sus cabezas nucleares que apuntan a las
ciudades centrales del capitalismo "occidental" desde plataformas terrestres,
buques, aviones y submarinos.
Este es el punto central que
permite definir el conflicto Rusia vs. USA-UE como económico-militar-nuclear,
cuya fase extrema puede desatar un Apocalípsis planetario en versión
tecnológica.
No se trata de los Profetas, sino de un encadenamiento de
procesos (interactivos) desatados por el control de la energía que pueden
conducir finalmente a un resultante: El estallido nuclear. Hoy ya
considerado como hipótesis válida por los planificadores y expertos militares.
De manera tal que, que el entramado
estratégico de las redes energéticas euroasiáticas (el corazón petrolero-gasífero
mundial) define no solamente el destino del planeta a corto y mediano plazo sino
que también define si el planeta va a llegar a su destino vivo o muerto.
Y habría que preguntarle a la
CNN
y al resto de las cadenas planetarias (europeas y estadounidenses) de la
"información" cuál es la razón que esgrimen para situar al conflicto del Cáucaso
por debajo del conflicto en Bolivia en la "valoración"
diaria de la noticia.
¿Y cómo va a jugar Irán?
Es la pregunta "del millón" que
surge inevitable de los cerebros excitados de los analistas "occidentales" a los
cuales el estallido del Cáucaso les quebró definitivamente las coordenadas
mentales.
Irán, para expresarlo de alguna
manera, es la "gran frontera" que une las partes centrales y estratégicas
de la guerra de Rusia con el eje USA-UE por el control de los recursos
energéticos estratégicos y la hegemonía del nuevo orden mundial.
Por las líneas geopolíticas
iraníes se trasmiten y retrasmiten los teatros de conflicto que atraviesan la
escala comprendida entre Eurasia y Medio Oriente, cuyos desenlaces impactan
directamente en las fronteras de Irán, ubicadas entre el Mar Caspio y el Golfo
Pérsico, las llaves estratégicas del petróleo y la energía mundial.
Es decir que (y por lógica de
osmosis) Irán ya forma parte esencial del conflicto del Cáucaso que se puede
proyectar por sus fronteras al Golfo Pérsico, a Irak y al Medio Oriente.
La importancia estratégica de Irán en
el tablero de la guerra energética se da por dos razones principales:
A) La mayor potencia del mundo
islámico es una llave estratégica para el dominio y control militar de la
región del Golfo Pérsico y del llamado "triángulo petrolero" (Mar Negro-Mar
Caspio-Golfo Pérsico), por donde pasa más del 40% de la producción petrolera y
gasífera mundial, un elemento clave para la supervivencia futura de las
potencias capitalistas del eje USA-UE.
B) El potencial surgimiento de Irán
como potencia nuclear-petrolera-islámica, aliada estratégica de Rusia y
de China (potencias desequilibrantes en el orden imperial hegemónico
vigente) pone en peligro la supervivencia del Estado de Israel y la
supremacía del control económico, geopolítico y militar estratégico del poder
imperial USA-UE en la decisiva región del Medio Oriente y del Golfo Pérsico.
Así como Rusia representa la
"barrera" geopolítica y militar a vencer para la conquista de Eurasia y de sus
recursos energéticos (vitales para la supervivencia futura del eje USA-UE), Irán
es la piedra que hay que remover para complementar el control sobre las rutas y
las reservas energéticas del Medio Oriente.
Esto explica porqué, desde que estalló
militarmente el Cáucaso, Irán potencialmente ya está en guerra.
Y la guerra de Moscú es la guerra
de Teherán, por dos razones estratégicas centrales:
A) Irán no se autoabastece en
tecnología militar y es dependiente de Rusia para su equipamiento de Defensa
ante el agendado ataque de Israel y de EEUU.
B) Irán no es una potencia
nuclear, y depende del "paraguas atómico" de Rusia no solamente para
desarrollar su propio programa sino para neutralizar la presión militar-nuclear
del eje USA-UE-Israel.
Razones de peso para afirmar que
Irán (a diferencia con China, el otro socio de Moscú) está obligado, en su
guerra particular de supervivencia con el Estado judío, a jugar como pieza
central de la estrategia de Moscú en el Golfo Pérsico, Irak y el Medio Oriente.
Por más que "coquetee" ensayando
acercamientos y alejamientos con Washington, al régimen de los ayatolas
no le queda otra que sumarse a la trinchera rusa ante el menor ruido de misiles
en el Mar Negro o en el Cáucaso. Se trata de la supervivencia, el límite
del juego diplomático de las "disuasiones" que viene practicando Teherán.
Irán ya ingresó en la guerra con una
(por ahora) diferencia acentuada respecto del status anterior al estallido del
conflicto en Georgia: Teherán ya no es el blanco principal.
Bush y Cheney, están
sobrecargados de trabajo con el Cáucaso.
Allí, llegó este miércoles el
vicepresidente y embajador plenipotenciario de la guerra imperial
estadounidense.
Con un fosforito bajo el brazo,
claro está.
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(*) Manuel
Freytas es periodista, investigador y analista, especialista en inteligencia
y comunicación estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados
en la Web.
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