(IAR Noticias) 28-Agosto-08
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Mapa de la región del Cáucaso |
Se trata de una guerra por
el control de las redes de oleoductos (corredores energéticos) euroasiáticos
donde China juega su supervivencia al lado de Rusia. Además, en la agenda
militar y geopolítica del espacio asiático Pekín, igual que Rusia, se sitúa en
las antípodas del proyecto estratégico del eje EEUU-UE que militarizó la región
euroasiática para desestabilizar las redes energéticas de Rusia, de las cuales
China es la principal beneficiaria. Moscú y Pekín, en abierto desafío a la
hegemonía europeo-estadounidense, trazaron
acuerdos militares estratégicos y consolidaron un bloque militar y
económico común en Asia en abierto desafío a la OTAN. Por lo tanto, nadie mejor
que el gigante asiático para entender el cerco de presión internacional que vive
Moscú, su socio estratégico más preciado, luego de su decisión de controlar
militarmente Georgia, uno de los enclaves de la red de oleoductos de las
petroleras estadounidenses controlados por el Pentágono y la OTAN en la región.
La nueva "guerra fría", es antes que nada una guerra económica por el control de
recursos estratégicos, y el petróleo y el gas son los dos objetivos
fundamentales en disputa. Los
lineamientos del "nuevo orden mundial" construido sobre la base del control de
mercados y recursos estratégicos es, fundamentalmente, un orden creado para que las
trasnacionales, los bancos, las petroleras y la armamentistas capitalistas,
hagan "negocios". En ese juego, "El Gran Juego", Moscú y Pekin mueven sus
propias piezas en el teatro de operaciones de la guerra intercapitalista por
áreas de influencia que se disputa desde Eurasia y los ex espacios soviéticos
hasta el Medio Oriente.
Y en ese tablero, el Kremlin
sabe que sólo cuenta con dos aliados: Irán y China.
China, con su poderío
económico de tercera economía mundial, puede desbalancear la presión económica
ejercida contra Moscú desde las organizaciones internacionales controladas por el
eje USA-UE, en tanto que Irán (dependiente de Rusia en tecnología militar y
civil) representa el reaseguro petrolero, geopolítico y militar para
presionar al bloque occidental desde el Medio Oriente. Para Putin y
Medvedev, luego de posicionarse
militarmente con el control de Georgia, y de comprobar la lentitud de reflejos
del decadente Imperio capitalista "occidental" referenciado en el eje USA-UE,
llegó la hora de conversar con los amigos.
Por Manuel Freytas (*)
manuefreytas@iarnoticias.com
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Medvedev y Putin: La dupla del poder
ruso. |
Las cinco movidas de Rusia
La información internacional
señala que el presidente ruso, Dmitri Medvedev, se reúne este miércoles
con su homólogo chino, Hu Jintao, en busca de apoyos para el combate
diplomático trabado con los países occidentales por el conflicto en Georgia.
Como se sabe, en las tres últimas
semanas Moscú realizó cinco movidas claves: Pulverizó
al Ejército de Georgia entrenado y armado por EEUU, se posicionó en el
control de las áreas estratégicas de la región (principalmente del oleoducto
BTC, un enclave energético de las petroleras anglo-estadounidenses), rompió
virtualmente "relaciones" con la OTAN, dividió la ONU
boicoteando todos los proyectos de resolución en su contra, y, el martes consumó
la "frutilla de la torta": reconoció la independencia de las provincias
separatistas de Abjasia y Osetia del Sur que permanecían presionadas
por el tutelaje del gobierno de Georgia, títere desembozado de la OTAN y del eje
"occidental" en el Cáucaso.
Frente a esa estrategia expansiva
de Moscú, que combinó la acción militar con la acción política y diplomática,
las decadentes y gastadas usinas del poder europeo-estadounidense solo
alcanzaron, hasta ahora, a balbucear advertencias y formular amenazas de
"aislamiento internacional" como si Rusia, la segunda potencia
nuclear-militar del mundo, fuera Birmania (a la que tampoco pudieron aislar).
Los analistas estadounidenses y
europeos están sorprendidos de la pasividad y "falta de respuesta contundente"
de la sociedad imperial USA-UE ante las cinco jugadas estratégicas de Moscú que
están poniendo en ridículo a las instituciones emblemáticas del sistema
capitalista como la ONU y la OTAN, cuya comandancia sólo atinó a enviar barcos
de guerra cargado con misiles en "misión humanitaria" a la aliada Georgia.
No solamente EEUU y la OTAN, ante
la acción rusa en Georgia no activaron el GUAM (Alianza militar entre
Georgia, Ucrania, Azerbaiyán y Moldavia) cuya misión es la protección militar
de los corredores energéticos y de transporte, controlados por los gigantes
petroleros anglo-estadounidenses, sino que además permanecieron pasivos ante el
avance militar de Moscú sobre las áreas de control estratégico de la
región.
En julio pasado, la fuerzas del
GUAM (un implante militar del Pentágono y la OTAN), realizaron ejercicios
conjuntos en Georgia en prevención de "tensiones con Rusia", mientras que
las fuerzas rusas (blindados, aviones y fuerzas especiales) de la base del
Cáucaso también realizaban ejercicios militares en gran escala en
prevención de lo que los servicios de inteligencia de Moscú ya sabían: Que
Washington y la OTAN tenían planificado mandar a Georgia a invadir Osetia del
Sur.
Según los analistas rusos, la
invasión a Osetia del Sur, además de no mensurar correctamente la reacción y el
contraataque ruso, no contemplaba una acción militar posterior del GUAM sino una
operación diplomática relámpago en la ONU ordenando el alto el fuego y
sentado las bases para la intervención de una "fuerza de paz" controlada por
Washington y la UE que marginaría a Rusia del control militar.
La operación fue abortada por
Moscú, no sólo en el plano militar sino también en el plano diplomático, dejando
sin respuesta al eje imperial USA-UE que -en términos boxísticos- todavía no
se pudo recuperar del knock out.
Eje USA-UE: De la impotencia a la
acción
En este escenario, y
a modo de
golpe complementario, Dmitri Medvedev (con Putin moviendo las piezas en las
sombras) lanzó este martes el reconocimiento de la independencia de Abjasia y
de Osetia del Sur, una especie de "Kosovo caucásico" multiplicado por dos, que
terminó de poner en "crisis histérica" a los decadentes conductores del
"capitalismo global".
Todos, desde Washington al Reino
Unido, pasando por Alemania y Francia, los aliados claves del eje sionista EEUU-UE
reaccionaron con furia ante tamaño "acto antidemocrático", sin mencionar que Rusia sólo estaba haciendo (en otro tiempo y situación) lo que ellos
hicieron cuando bombardearon y destruyeron a la ex Yugoslavia (hoy Serbia) para
decretar la "independencia" de Kosovo, su títere en Los Balcanes.
Francia, donde Sarkozy juega el
papel de aliado clave de EEUU que antes desempeñaba Tony Blair en Gran Bretaña,
dio la definición más emblemática de "amenaza velada".
Este miércoles, el ministro
de Asuntos Exteriores francés, Bernard Kouchner, acusó a Rusia de haberse puesto
"fuera de la ley internacional" y afirmó que la Unión Europea (UE) "no
puede aceptar las violaciones del derecho internacional" y de los "acuerdos de
seguridad".
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Mapa del oleoducto BTC: por él pasa la mayor parte de crudo que produce la región. |
Kouchner advirtió que después de
Georgia, Rusia podría tener "otros objetivos" en territorios de la ex
Unión Soviética, como Ucrania, con su puerto de Crimea, y Moldavia, y que todo
eso "es muy peligroso".
Los 27 países de la UE "van a reaccionar, evidentemente", advirtió el
canciller francés, cuyo país ejerce la presidencia semestral de la Unión Europea
y puntea la operación de aislamiento internacional de Rusia que ya está
funcionando en el marco de la ONU, el G-8 y la OTAN.
Algunos analistas rusos señalaban
el martes que la "lectura" de las reacciones de los aliados occidentales es
indicativa de que el eje "occidental", antes que una acción militar directa, primero tiene previsto una operación de aislamiento económico y diplomático
en alta escala contra Rusia.
Dentro de esa agenda, estarían en
primer plano el boicot del reconocimiento internacional de Abjasia y Osetia del
Sur como "Estados independientes" y una presión sobre los intereses petroleros y
armamentistas rusos en Europa, Asia, América Latina y Medio Oriente.
Como se sabe, Rusia proyecta su
poderío económico-militar-nuclear en el desarrollo energético (gas y petróleo) y en
la expansión tecnológica-armamentista donde ya se ubica como el principal
competidor de EEUU.
El amigo Chino
Esta es la razón por la cual la
dupla Medvedev-Putin (o Putin-Medvedev) resolvió su próxima jugada en el
tablero: Buscar la ayuda de China, su principal aliado estratégico en el
gran escenario de la "guerra fría".
El jueves, Medvedev participará
en Tayikistán en una cumbre del Acuerdo de Cooperación de Shanghai,
estructurado por Rusia y China, en el que participan también cuatro ex
repúblicas soviéticas de Asia Central.
Ese grupo se formó en 2001, como contrapeso a la influencia de la Organización
del tratado del Atlántico Norte (OTAN) en la región.
En agosto de 2007, repitiendo
ejercicios militares conjuntos de 2005 y 2006, en el marco de la Organización
pro Cooperación de Shanghai (OCS), Moscú y Pekín, reafirmaron su alianza
estratégica en Asia Central. Participaron además Kadsajstán, Türkmenistán,
Kirghizia, Uzbekistán y Tadyikistán.
Y un dato clave: Irán, el brazo
estratégico del eje Rusia-China en Medio Oriente, participó en carácter de
"observador" de los ejercicios militares conjuntos.
El pasado 6 de octubre, en la cumbre celebrada en Tayikistán, se establecieron
las bases y el marco de un acuerdo entre la Organización de Cooperación de
Shanghai (OCS) y la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC)
para la puesta en marcha de un bloque politico-militar (un símil asiático de
la OTAN) que incluye la cooperación estratégica en el área de seguridad.
La OTSC está integrada por Armenia (que limita con Georgia), Belarus,
Kazajstán, Kirguizistán, Rusia, Tayikistán y Uzbekistán.
Son miembros de la OCS China,
Rusia, Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán, y observadores Mongolia,
Irán, India y Pakistán.
O sea que Moscú, después de
asestarle cinco movidas estratégicas y dejarle sin oxígeno al eje "occidental",
va en busca de China y sus aliados previendo la operación internacional en alta escala que el eje Washington-UE ya tienen en marcha para aislarlo,
presionarlo y desestabilizarlo.
Además -según la prensa rusa- la
OTAN, con unidades navales dotadas de poder nuclear, ya se posicionó
frente a la Flota Rusa en el Mar Negro, seguramente para iniciar una escalada
militar disuasiva contra el dispositivo militar ruso que tiene cercado por
tierra, mar y aire a Georgia y su enclave energético en el Cáucaso.
Como diría un experto: Moscú está
frente a otro desenlace en el tablero del "Gran Juego", y es hora de que
Putin visite a sus amigos.
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(*) Manuel
Freytas es periodista, investigador y analista, especialista en inteligencia
y comunicación estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados
en la Web.
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