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Alimentos y petróleo en alza.
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El modelo en peligro
Los analistas y autoridades del
sistema hablan de "recesión global", pero nadie describe (o se
imagina) como se va a desarrollar secuencialmente y cuáles serán las resultantes
a escala global.
La crisis, como está planteada hasta
ahora, ha sido esencialmente "financiera": Tuvo un epicentro en la crisis
hipotecaria de EEUU, se expandió a los mercados financieros globales, y ahora ya
toca variables estructurales de la "economía real" por medio del proceso
desatado por el cóctel suba del petróleo + suba de alimentos = proceso
inflacionario, que ya padecen las economías centrales del sistema
capitalista: EEUU, Unión Europea y China.
En el actual pronóstico
inflacionario de la economía imperial estadounidense coinciden instituciones
claves del actual sistema económico-financiero como la Reserva Federal y el
Tesoro de EEUU, el Banco Mundial, el FMI, así como el G-7 (los siete países más
ricos) y los bancos centrales de Europa y de Asia, que ven en la confluencia
crisis finaciera-derrumbe del dólar-escalada de los precios del petróleo, el
detonante central de un (cada vez más claro) proceso recesivo del capitalismo a
escala mundial.
Pero, obviamente, lo que no cuentan
los analistas del sistema y sus autoridades es que el
petróleo es el elemento clave y (el motor de todos los motores) para
mantener una ecuación equilibrada del "modelo" de explotación capitalista
vigente que hoy está nivelado para todo el planeta.
Ese modelo tiene tres ejes
centrales e interdependientes:
A) El boom de las
exportaciones de materias primas controlado por las trasnacionales en los
países periféricos o "emergentes" (pagando salarios africanos y eludiendo
impuestos), que posibilita un crecimiento desmesurado de la rentabilidad
capitalista sin distribución social de la riqueza, y la utilización del
"asistencialismo" para contener los conflictos sindicales y sociales.
B) El boom
industrialista-exportador de China y los mercados asiáticos controlado por
las trasnacionales (pagando salarios africanos y eludiendo impuestos) que
permite a EEUU y a las potencias centrales del capitalismo exportar tecnología e
insumos caros, e importar bienes y productos elaborados a precio de ganga.
C) La
"especulación financiera" a escala global controlada por los grandes
consorcios financieros sionistas (con la Reserva Federal de EEUU y los bancos
centrales europeos y asiáticos, como herramientas de control y regulación), que
le posibilita a EEUU (y a las potencias centrales) generar rentabilidad parásita
(sin producción) y trasladar sus déficit al resto del mundo por medio del
endeudamiento financiero.
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La
"fabrica barata": obreros en una fábrica de juguetes en China. |
En la
articulación de este "modelo" interactivo de acumulación capitalista,
Latinoamérica y los países "periféricos" exportadores de materia prima conforman
"la granja barata", China y los países "emergentes" asiáticos conforman,
a su vez, "la fábrica barata", y juntos alimentan la existencia funcional
del "gran casino global" del dinero sin fronteras con sede central
en Wall Street.
En estos tres motores se asentó hasta
ahora lo que los expertos (antes de la crisis) señalaban como "formidable
crecimiento mundial de la economía", y que en la realidad solo se trata de
un proceso de concentración de la riqueza en pocas manos, con su contrapartida
de pobreza y exclusión social, inédito por sus alcances en la historia del
sistema capitalista.
La crisis hipotecaria en EEUU,
primero, la irradiación de la crisis a los mercados financieros
globales, después, y la escalada de los precios del petróleo, luego,
terminaron de configurar un proceso inflacionario-recesivo que amenaza con
arrasar los cimientos del modelo de explotación capitalista vigente a escala
global.
En este escenario, el petróleo (el
recurso más escaso y buscado del planeta) es la estrella protagónica central.
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Crisis financiera: dólar débil, precios del
petróleo en alza. |
La ecuación de la crisis
Los factores
detonantes clave de una crisis mundial -según se desprende de las propias
proyecciones oficiales- se motorizan por la especulación bursátil con las
acciones energéticas, la sobredemanda de energía,
y el escenario siempre latente de
conflictos geopolíticos y militares que se se ciernen sobre regiones
petroleras estratégicas en Asia, Africa y Medio Oriente.
Como efecto de la interdependencia
económica, el factor crisis financiera dólar débil-petróleo alto, hoy afecta en
primer término a las "economías centrales" de EEUU y Europa, y se cierne como un
fantasma sobre China, la llamada "fábrica del mundo", y mayor demandante
global de petróleo y materias primas, que ya empieza a experimentar los
primeros síntomas inflacionarios-recesivos en su economía.
EEUU y Europa son los principales
compradores de productos chinos, y el gigante asiático, a su vez, es el
principal importador de petróleo y materias primas de los "países emergentes",
con lo que se puede deducir que si el Imperio estadounidense (en proceso
recesivo) reduce sus compras, el impacto se va a proyectar inevitablemente en
una crisis de China proyectada a los "países emergentes".
Con un proceso recesivo de su
economía y un dólar devaluado, EEUU (el principal comprador de la "gran fábrica"
asiática) reduciría drásticamente sus compras a China, y Europa, que ya
enfrenta un fenómeno recesivo en su economía comunitaria, e ingresaría en una
contracción de sus sistema económico productivo.
Como impacto inmediato, la
economía china también ingresaría en un proceso recesivo (detención del
crecimiento) que la obligaría a reducir sus importaciones de materias primas y
de petróleo,
A su vez la reducción en la
importación de materias primas y de petróleo por parte de China (el principal
importador mundial) impactaría en las economías de Rusia y de los "países
emergentes" (los principales exportadores de petróleo y de materias primas a
China) que también podrían ingresar en un proceso recesivo.
Esta situación, a su vez, sumiría al
resto de las economías planetarias (interdependientes) en un proceso
inflacionario-recesivo (estanflación) que dispararía una escalada de
conflictos sindicales y estallidos sociales, como respuesta a la
desocupación masiva y escalada de precios que generaría la reducción de la
actividad económica a escala global.
El infierno tan temido
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Estallidos en
Haití por demanda de alimentos. |
Asia, África y Medio Oriente con sus
regiones petroleras, contienen áreas de conflictos geopolíticos y militares
en ebullición que amenazan con estallar en cualquier momento (como son los casos
emblemáticos de Irán, Siria, y el Kurdistán iraquí) impulsando el precio del
crudo, incluso por encima de los US$ 200 como vaticina Hugo Chávez.
El gran temor (no confesado) de las
autoridades del sistema es que
la escalada del petróleo y de los alimentos se junte finalmente con el estallido
de algunos de los frentes de conflicto geopolítico que acechan a zonas
claves de la producción petrolera mundial.
Si las
"turbulencias" en los mercados bursátiles se juntan finalmente con la
escalada de los precios del petróleo, la inflación y un desenlace de los
conflictos geopolíticos-militares latentes, pueden convertirse en dinamita recesiva para la economía mundial y el sistema capitalista
liderado por el Imperio estadounidense.
¿Que pasaría con la inflación mundial
y el precio de los alimentos si Israel y EEUU -como señalan constantes rumores-
iniciaran operaciones militares a gran escala en Gaza, Líbano, Siria, con
posible extensión a Irán?
Como primer impacto estallaría el
Medio Oriente, con un conflicto árabe-islámico generalizado que abarcaría a
Irán, Irak, y los países petroleros del Golfo (más del 70% de la actual
producción mundial de crudo), y seguramente se reducirían (o paralizarían)
mayoritariamente los niveles de exportación y comercialización a escala mundial.
El efecto inmediato en los
mercados financieros no sería otro que el que anticipa Chávez: El barril de
petróleo tal vez alcanzando y/o superando la barrera de los US$ 200.
EEUU, la Unión Europea, China, India,
los tigres asiáticos y Japón, las primeras y más poderosas economías del sistema
capitalista (a su vez, los grandes devoradores del petróleo mundial)
reducirían y/o detendrían notablemente su flujo de importación y exportación.
La crisis financiera devendría en
"crisis estructural" y el cóctel recesión + despidos en masa = estallidos
sociales y conflictos sindicales a escala global, escaparía de las
herramientas que utilizan la Reserva Federal y los bancos centrales para
controlar la "volatilidad de los mercados financieros".
Hoy, como se verifica en la práctica,
la crisis financiera y la especulación en el mercado de los energéticos, son, en
cierta medida, relativamente controlables por medio de la intervención de
la Reserva Federal y de los bancos centrales que inyectan liquidez en los
mercados y corren al rescate de las empresas y bancos quebrados.
Pero si (y como está pronosticado
oficialmente) la crisis financiera (por medio de la recesión) deviene
finalmente en crisis estructural del modelo capitalista vigente, aparecerán en
el escenario mundial dos
actores, de naturaleza "incontrolable": Los conflictos sindicales y el
estallido social de las clases más empobrecidas del planeta.
Y como primer emergente (ya se está
viendo en países rebelados contra el hambre, como Haití) estallaría el orden de
"gobernabilidad vigente" sostenido a escala mundial con la "democracia" y el
"estado constitucional", dando paso nuevamente a un actor que hoy permanece en
un segundo plano expectante: La represión militar y policial de los
conflictos sociales y sindicales para restaurar el "orden".
Resumiendo la
ecuación:
A) La combinación
petróleo-alimentos produce suba de precios e inflación a escala mundial.
B) La inflación produce
recesión, carencia de alimentos y despidos laborales a escala mundial.
C) Los despidos laborales y
carencias de alimentos producen conflictos sindicales y estallidos sociales
a escala mundial.
En resumen, se rompen el modelo
económico y el esquema de "gobernabilidad constitucional" globalizado
obligando a la represión militar y policial para "restaurar el orden".
Procesando la información mundial, se
puede verificar que ya estamos en la antesala de ese proceso.
En definitiva, el descontrol social y
sindical a escala global es el
infierno tan temido por los expertos e instituciones del sistema cuando hablan
de "crisis recesiva mundial" en puerta.
Y hay un agregado más temible aún: El
tiempo que medie entre la represión de los conflictos sociales y la
"reconstrucción" de un nuevo modelo capitalista, puede alimentar la aparición
de nuevos líderes y movimientos de resistencia popular que reciclen un nuevo
proceso revolucionario a escala mundial.
Hay algo que (probadamente)
no puede derrotar el capitalismo: Sus contradicciones y el parto continuo de
la historia.
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(*) Manuel
Freytas es periodista, investigador y analista, especialista
en inteligencia y comunicación estratégica. Es uno de los
autores más difundidos y referenciados en la Web.
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