i se analiza el actual escenario
socio-económico y político de América Latina, se pueden verificar cuatro
fenómenos emergentes y concatenados:
A) Funcionamiento a pleno de
las llamadas "instituciones" con elecciones periódicas y continuidad del
sistema de "gobernabilidad democrática".
B) Ausencia total de huelgas
generales y de conflictos sociales por reivindicaciones generales de la
sociedad (sólo existen conflictos atomizados por reivindicación sectorial), y
ausencia de dictaduras militares y de lucha armada (salvo Colombia).
C) Crecimiento constante (y
sin excepción) de las economías capitalistas regionales, acompañadas de
ganancias siderales para los bancos y empresas que hegemonizan el control
económico-productivo de los países, y crecimiento desmesurado de los
activos empresariales y fortunas personales.
D) Crecimiento sostenido y sin
interrupción de la llamada "pobreza estructural" (falta de trabajo estable,
vivienda y seguridad social) que ya afecta a más de la mitad de la población del
continente, cuya mayoría permanece sometida a políticas "asistenciales" y a
empleos temporarios y en negro (contratos basura).
Este cuadro resume la "realidad
estadística" de América Latina que cualquiera puede investigar y verificar
cliqueando en Google opciones de búsqueda como: pobreza, hambre, desempleo,
vivienda, contratos laborales, activos empresariales, fortunas personales,
sistema democrático, procesos electorales, gobernabilidad constitucional, etc,
etc, tanto por países como a nivel regional. La síntesis del procesamiento va a
arrojar inevitablemente la verificación de la existencia de los cuatro fenómenos
mencionados más arriba.
Ahora bien, para entender como se
combina y se retroalimenta este cóctel interactivo (gobernabilidad
democrática, ausencia de conflictos sociales y sindicales, crecimiento
desmesurado de la ganancia empresarial y de las fortunas personales, y
crecimiento sostenido de la pobreza y de la exclusión social), debemos realizar
un cuadro secuencial para comprobar como cada fenómeno se alimenta de los
otros y viceversa:
El fenómeno A se
retroalimenta del B (y viceversa):
Hay funcionamiento pleno de las
instituciones y de la "gobernabilidad democrática" sencillamente porque no hay
huelgas generales ni conflictos sociales, ni tampoco resistencia armada ni
golpes de Estado militares.
Esto dos fenómenos a su vez se
retroalimentan con los fenómenos
C y D:
Hay crecimiento sostenido de las
ganancias y de los activos de la economía capitalista porque se mantiene la
"gobernabilidad democrática" y no hay huelgas ni conflictos armados. Esto a su
vez permite que el sistema de concentración de riqueza capitalista (posibilitado
por la explotación de mano de obra barata con salarios africanos, apropiación de
recursos naturales y control hegemónico de todo el sistema económico productivo)
genere como contrapartida: pobreza, desocupación y exclusión social en masa
en toda América Latina.
Como resultante social y
producto final de este cóctel interactivo" (donde cada eslabón se
retroalimenta con los otros) según la ONU, la CEPAL y otras instituciones del
sistema, en América Latina hay más de 200 millones de "pobres estructurales"
y 100 millones de indigentes que carecen de los elementos esenciales para
sobrevivir.
Como contrapartida, y también a
modo de emergente y "producto final" de la explotación capitalista sin
resistencia armada, social o sindical, en América Latina se verifica el
mayor crecimiento estadístico de las ganancias y los activos empresariales y de
las fortunas personales ( por ejemplo, el mexicano Carlos Slim, está
considerado como el hombre más rico del mundo).

¿Y cómo se logró
este paraíso capitalista con la mayor "fabrica de pobres" de toda la
historia de América Latina?
Se dio por dos razones
fundamentales:
A) Las dictaduras militares
de la "doctrina de seguridad nacional" (exportadas y sostenidas por Washington
desde fines del sesenta hasta los ochenta) terminaron con la lucha
revolucionaria clandestina que planteaba la toma del poder armado e impedía el
desarrollo en paz de la "gobernabilidad institucional", con el consecuente
perjuicio para las ganancias y el crecimiento (concentración de riquezas en
pocas manos) de las economías capitalistas de la región.
B) El proceso
democrático-constitucional lanzado oficialmente (como único régimen de
"gobernabilidad" aceptado) desde los propios documentos del Departamento de
Estado norteamericano, y gerenciado por políticos burgueses (por izquierda o por
derecha), que consiguió deslegitimar y desactivar los conflictos sociales y
sindicales con la complicidad de los gremios y de las organizaciones de
izquierda que se sumaron a la "democracia" (exportada desde Washington)
como el único sistema social y político posible.
En el esquema funcional histórico
del proceso democrático-constitucional, se puede verificar cómo los
medios de comunicación asimilados al establishment de poder económico
capitalista (que sustituyeron al poder armado en el control político y
social) cumplen el nuevo rol de represores y de deslegitimadores (por
"violentos" y "antidemocráticos") de los conflictos sociales o
gremiales con tomas de empresa o de fábrica, o de los piquetes con cortes de
calles o de rutas.
De esta manera el
proceso arroja el siguiente cuadro secuencial (e interactivo):
A) Los militares de la "seguridad
nacional" (desde la década de los sesenta hasta los ochenta) terminaron
(por vía de la represión militar) con la lucha y la militancia armada que
alteraba y/o ponía en riesgo el orden vigente de explotación y concentración de
riqueza capitalista en América Latina (los golpes de Estado militar y el
genocidio de militantes de izquierda siempre llegaban para instalar "el
orden").
B) A modo de complemento,
los políticos burgueses, el sistema democrático-constitucional y los medios de
comunicación (por vía de la manipulación mediática-represiva)
terminaron con la resistencia sindical y social e instalaron (desde los
ochenta hasta aquí) el "orden vigente" del actual sistema de superconcentración
capitalista en América Latina, con su contrapartida: la expansión masiva de la
"pobreza estructural" y de la exclusión social en todo el ámbito de América
Latina.
En resumen, los antiguos
"regímenes dictatoriales" de la doctrina de seguridad nacional (con
militares y represión armada) o los actuales "regímenes
democráticos-constitucionales" (con políticos y represión mediática), fueron
solo herramientas alternativas (de control político y social) utilizadas por el
Imperio de Washington para la preservación del "orden" de los negocios de las
empresas y de los bancos trasnacionales que saquean (y depredan) América
Latina dejando sólo pobreza y exclusión social a su paso.
La función más elemental y clave
que cumplieron ambas estrategias (la "militar" y la
"democrática") consistió en eliminar los dos factores que impedían la
"gobernabilidad en paz" del sistema capitalista en la región: la lucha
armada, primero, y la resistencia social y sindical, después.
El nivel de impunidad
conseguido (como resultante de ambas estrategias alternadas en el tiempo) por
Washington y las empresas trasnacionales (asociadas a las oligarquías locales),
es la razón fundamental que explica el desmesurado proceso de ganancia
capitalista y concentración de riqueza en pocas manos en América Latina, que
hoy reflejan las estadísticas y las revistas especializadas.
La ecuación dialéctica ausencia
de conflictos sindicales y sociales + crecimiento de la ganancia y concentración
capitalista = pobreza y exclusión social masiva, surge nítida cuando se
investiga comparativamente (a nivel causa-efecto) las estadísticas económicas,
empresariales, sociales y laborales de América Latina.
Como siempre: la esencia
fundacional explotadora del capitalismo (hoy trasnacionalizado y sin
fronteras) son los números: divisiones, sumas y restas, que siempre
terminan en concentración de riqueza para las minorías que controlan todo el
sistema económico-productivo, y en generación de pobreza y exclusión social para
las mayorías excluidas del circuito del "mercado".
En ese escenario, y mientras las
líneas de explotación económica permanecían inmutables, el control político y
social estratégico viró históricamente de la "dictadura militar" al "sistema
democrático", un sistema más refinado y efectivo de dominio, con el cual
Washington y las trasnacionales han conseguido (por ahora) convertir a América
Latina en un paraíso del saqueo capitalista en gran escala.
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(*) Manuel
Freytas es periodista, investigador y analista, especialista
en inteligencia y comunicación estratégica. Es uno de los
autores más difundidos y referenciados en la Web.
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