Alerta roja en Washington
Después de la caída del quinto banco
de Wall Street, y del derrumbe generalizado de los mercados mundiales, se
encendió la alarma en Washington, y la Casa Blanca convocó a una reunión de
emergencia del presidente Bush con las máximas autoridades financieras de EE.UU.
"Una cosa es cierta, estamos viviendo
tiempos desafiantes", dijo Bush, después una reunión de emergencia con el
presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, el secretario del Tesoro Henry
Paulson y el presidente de la Securities and Exchange Comisión, Christopher Cox.
"También es cierto que hemos adoptado medidas fuertes y decisivas. EEUU está
en control de la situación", agregó.
Pero, frente a la alarma mundial
generada por la crisis que padece el sistema bancario, financiero y monetario
estadounidense, las palabras de Bush, más que tranquilizar, sirvieron como
confirmación -según algunos analistas de Wall Street- de que EEUU ya está
inmerso en su peor crisis histórica y amenaza arrastrar consigo a todo el
sistema capitalista globalizado.
Las palabras de Bush incrementaron el
nerviosismo imperante en Wall Street donde el presidente imperial no goza
de credibilidad. "Las instituciones financieras están fuertes y nuestro mercado
de capitales está funcionado eficientemente",señaló Bush, mientras Wall Street y
los mercados mundiales se derrumbaban el lunes.
Por su parte, el Comité de Finanzas
del Senado de EEUU está revisando la venta de Bear Stearns a JPMorgan Chase,
diseñada por la Reserva Federal, según anunció el lunes el presidente de el
organismo, Max Baucus.
"Las dramáticas y sin precedentes acciones del fin de semana por parte de la
Reserva Federal y el Tesoro son sólo los primeros de los numerosos pasos privados y
públicos para preservar la liquidez en el mercado y para facilitar acciones
racionales para fortalecer a la economía", dijo Baucus.
Para el ex presidente de la Reserva
Federal, Alan Greenspan, máximo gurú de los grupos financieros de
Wall Street, la actual turbulencia financiera de los EEUU es la más
grave desde la Segunda Guerra Mundial.
"La crisis dejará muchas víctimas",
escribió Greenspan en un artículo publicado por The New York Times.
Según Greenspan, la desaceleración no terminará hasta que los precios se
estabilicen en forma permanente en los EEUU.
Al mismo tiempo, el ex presidente de
la FED (Reserva Federal) dudó de que la crisis financiera se hubiera podido evitar: "Nunca
seremos capaces de prever los derrumbamientos de los mercados financieros",
afirmó.
Durante el fin de semana, la Reserva
Federal salió dramáticamente a "rescatar" al Bear Stearns y a preveer
nuevos derrumbes (que se siguieron sucediendo el lunes) con una línea de crédito
de US$ 30.000 millones, y además autorizó a las instituciones financieras de
inversión a adquirir créditos directamente del Banco Central.
"Estos pasos darán a las instituciones más seguridad", dijo el domingo Bernanke,
el sucesor de Greenspan al frente del banco central estadounidense (FED).
"La Reserva Federal está en estado de alerta, algo que no vemos quizás en este
caso desde la Gran Depresión", dijo Mark Zandi, jefe de economistas de Moody.
¿Colapsa el sistema?
La sumatoria de las opiniones de
expertos y analistas estadounidense, el lunes, coincidían en que la caída de
Bear Stearns es sólo el comienzo de una debacle bancaria parecida a la de la
Gran Depresión que derrumba la confianza en el sistema capitalista regido
por el dólar estadounidense.
Según The Wall Street Journal, la
cascada de malas noticias de los últimos días, que culminó con el rescate de Bear Stearns Cos. el viernes, está acelerando la erosión de la confianza en
algunas de las instituciones financieras más respetadas de EEUU.
La creciente crisis de confianza ahora se extiende a la capacidad de crédito de
toda la gama de deudores, generando interrogantes sobre la capacidad de
la Reserva Federal y del gobierno de EE.UU. para reparar rápidamente los
problemas, señalaba el diario en su edición del lunes.
Los inversionistas globales están retirando dinero de EEUU, profundizando el
declive del dólar, que la semana pasada cayó por debajo de los 100 yenes la
unidad, por primera vez en una década., señala el Journal
Frente a una canasta de las divisas
de sus principales socios comerciales, el dólar ha descendido un 14,3% a lo
largo de los últimos doce meses, según la Reserva Federal.
La moneda de EEUU cayó un 14% en
relación al euro desde agosto y declinó también frente a las principales
monedas, impulsado por serie de factores que se conjugan: déficit comercial y
de cuenta corriente, caída de las tasas y pérdida de la confianza en la economía
estadounidense.
Pero -según los analistas- el petróleo, que subió un 16% en lo que va del
año, es el principal factor en la caída del dólar, que empuja hacia arriba el
valor de los commodities.
Los analistas creen que la tendencia
se mantendrá en tanto no haya signos importantes de un deterioro de la demanda
por debilitamiento de la economía de EEUU.
Una encuesta realizada por el
mismo The Wall Street Journal entre más de 50 economistas, a principios de
marzo, reveló un profundo pesimismo entre los profesionales respecto de la
economía estadounidense.
Cerca del 70% dijo que EEUU está
actualmente en recesión y en promedio asignaron una probabilidad de cerca
de 50% a que esta recesión será peor que las dos anteriores.
La mayoría cree que los precios de
los inmuebles seguirán cayendo durante 2009 y tal vez 2010.
"Claramente, todo el mundo
está concentrado en la crisis financiera y EEUU es el epicentro de la
tensión", asegura Carlos Asilis, director de inversiones de Glovista
Investments, citado por el Journal.
"Como resultado, estamos viendo
cómo el capital sale de EE.UU", agregó el experto..
Según The Wall Street Journal, la
situación está aumentando los temores de un colapso del dólar que podría sacudir
aún más los mercados financieros y disparar las tasas de interés de EEUU.