(IAR Noticias)
29-Febrero-08
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Como saben los expertos, el capitalismo sionista que controla la Reserva
Federal de EEUU. y los bancos centrales europeos (además de los del resto del
mundo) acumula ganancia tanto con las "burbujas" como con las "crisis" de la
economía. Y mientras la Reserva Federal, las "autoridades monetarias" mundiales y
los gurúes financieros como Alan Greenspan pronostican "más crisis con recesión en
puerta", los grupos superconcentrados de Wall Street siguen adquiriendo (a
precio devaluado) acciones y activos de las empresas y bancos quebrados y
arrasados por el tsunami "subprime".
Por Manuel Freytas
(*)
manuelfreytas@iarnoticias.com
D e
acuerdo con las leyes históricas del capitalismo, para que se produzca la
concentración monopólica de la riqueza, debe generarse (a través de la
competencia capitalista por el mercado y la rentabilidad ) un proceso de alta
circulación de dinero y de ganancias, primero, y otro de retracción de
ganancias con escasez del dinero circulante después.
O sea,
deben haber "burbujas" y "crisis" financieras, donde unos pierden
y otros ganan, y donde los monopolios más súper-concentrados del sistema
capitalista se degluten y/o absorben a los menos concentrados (el pez grande se
come al chico).
"Comprar barato y vender caro":
Es el máximo axioma funcional de este "sistema" que controla los mercados
financieros (y la economía mundial) desde Wall Street y la Reserva Federal de
EEUU.
En el actual estado de dominación
imperial capitalista, las dos herramientas claves para desatar y controlar las
"crisis" y las "burbujas" financieras (donde un grupo fuerte se come
al más débil) son el dólar y la Reserva Federal de EEUU, la potencia
locomotora regente del sistema capitalista a escala global.
La Reserva Federal, controlada por
los grupos más poderosos del sionismo financiero internacional (Goldmam Sach,
entre ellos, que actualmente controla el Tesoro de EEUU a través de su
presidente, Henry Paulson, ex director del grupo), como veremos más adelante, y
por medio del manejo de las tasas de interés, desata las "burbujas"
(proceso de ganancias infladas y de gran circulación de dinero), y luego las
descomprime desatando las "crisis" (proceso bajista y de retracción del
dinero por el cual los grupos súper concentrados compran acciones baratas y se
apoderan de activos empresariales y tajadas claves del mercado).
De esta manera, el pez grande se
come al chico, y el proceso de rentabilidad y concentración capitalista
sigue funcionando en otra fase y estadio de desarrollo.
Los
bancos y fondos de inversión (incluidos los llamados "buitres") que colocaron
los bonos subprime del "boom inmobiliario" en los mercados financieros globales,
pertenecen (a través de infinitos vasos comunicantes) a los mismos grupos
sionistas ultra-concentrados que controlan la Reserva Federal y el Tesoro de
EEUU, además de estar asociados, mediante múltiples conexiones, a las
calificadoras de riesgo y a los monopolios de la prensa sionista que concentran
la información financiera a escala mundial.
Durante
el proceso del "boom inmobiliario" en EEUU que devino en la "burbuja
hipotecaria" a escala global, la Reserva Federal mantuvo las tasas bajas, las
calificadoras otorgaron "credibilidad" y "seguridad rentable" a los
bonos, y la prensa financiera (a través de los analistas de mercado)
publicitó la ola inversora de la "burbuja hipotecaria" a escala global.
Todo
estaba de "buena onda" y la acumulación capitalista funcionaba de
maravillas con la "burbuja" y el festival de bonos y acciones del negocio
inmobiliario de EEUU "globalizado" por medio de los grandes bancos y fondos de
inversión.
De pronto llegó la "crisis", y desde septiembre pasado, la Reserva Federal
y las "autoridades monetarias" del capitalismo cambiaron de la "buena" a la
"mala onda": Comenzaron a subir las tasas e inyectar dinero en el
mercado para "salvar al sistema" mientras vaticinaban (y siguen vaticinando)
sombríos pronósticos para EEUU y la economía mundial.
Paralelamente, los gurúes del sionismo financiero de Wall Street (Greenspan
en primera fila) comenzaron a pronosticar una crisis recesiva de la economía
estadounidense con implicancias negativas en la economía mundial.
En
consecuencia, y como lo describe The Wall Street Journal, a medida que
las calificadoras subían el riesgo de las subprime, aumentaban los impagos de
los créditos en EEUU y los inversionistas que compraron bonos u otros
valores basados en esas hipotecas veían como su inversión se desplomaba en la
desvalorización de los bonos diseminados por los mercados financieros globales.
En
resumen, y como resultante del proceso, los tenedores de los bonos subprime
"desvalorizados" comenzaron a venderlos en masa generando un colapso
generalizado (de todos los índices y acciones) de los mercados financieros
en EEUU, Europa, Asia y América Latina.
Y como
viene sucediendo cíclicamente: Los grupos superconcentrados y los especuladores
más emblemáticos del sionismo financiero salieron a "comprar barato"
con la idea de "vender caro" cuando cambie la onda, generando otro proceso
descomunal de concentración de riqueza y activos empresariales con los cadáveres
de la crisis "subprime".
Esos
grupos manejan
información fidedigna y confidencial
respecto de las decisiones de la Reserva Federal sobre el dólar y las tasas que
luego utilizan para "comprar" o "vender" en el momento oportuno,
generando, según más les convenga, las "burbujas" o las "crisis"
en los mercados globales.
Además,
esta misma asociación (protegida por el anonimato de las sociedades anónimas)
mantienen con
las calificadoras de riesgo y los monopolios sionistas de la
información financiera
que (a través de los "pronósticos" y/o "rumores" echados a rodar por los garúes
y analistas) lanzan operaciones de acción psicológica orientadas a promover
"burbujas expansivas" o "crisis depresivas" en los mercados globales.
La
información preliminar de los movimientos y decisiones de la Reserva Federal,
conforma la materia prima de estas gigantescas operaciones de robo a escala
planetaria con la especulación financiera que realizan los grupos sionistas
súper-concentrados que controlan los resortes básicos del poder económico en el
Imperio locomotora del capitalismo.
En ese
mundo, o submundo del poder del dinero a escala planetaria, sobresalen con "luz
propia" especuladores emblemáticos de la talla Warren Buffett, George
Soros, Chris Flowers o Wilbur Ross, que según algunos analistas de Wall Street
"huelen el olor de la sangre de las crisis" antes que nadie.
Pero en
realidad estos aventureros sionistas no huelen ninguna sangre, sino la información
fidedigna de las operaciones financieras para "subir" o "bajar" los mercados
que emanan de la Reserva Federal y de los grupos que operan para aprovecharse de
ellas.
Según The Wall Street Journal,
"Ahora que la crisis en el mercado hipotecario está provocando el fin del
dinero fácil y la venta desesperada de activos, muchos consideran que Buffett,
el presidente del conglomerado Berkshire Hathaway Inc., es uno de los
pocos compradores que quedan en pie".
Según The Wall Street Journal,
Buffett es la persona más influyente en el mercado financiero de EEUU, y en el
2007 ocupó el segundo lugar dentro de las mayores fortunas personales del mundo,
de acuerdo con la revista Forbes con un estimado de 52 mil millones de
dólares.
Como lo sabe cualquier experto que
maneja información clasificada de Wall Street, Warren Buffett, es uno de
los "operadores" más emblemáticos (una especie de Greenspan de las
operaciones financieras a gran escala) del lobby sionista que
controla la Reserva Federal y el Tesoro de EEUU, además de los bancos centrales
europeos y las instituciones crediticias a escala global.
Antes que nada, Buffett y Soros son
los gurúes más emblemáticos (una especie de cara visible y orientadora)
de operaciones de "compra y venta" financiera a gran escala a caballo de las
"crisis" o de las "burbujas". Detrás de las operaciones a cara descubierta
(orientadas a bajar o subir el precio) de Buffett, Soros, y otros, se desarrolla
el "negocio global" de compra y venta masiva que pasa desapercibido.
Crudamente, The Wall Street
Journal apunta que la compra de empresas y acciones devaluadas por crisis
bursátiles, son el "terreno fértil" para que los grupos más diversificados y
concentrados tracen acuerdo de adquisiciones o fusiones con los bancos y
empresas que se están tambaleando.
Las "crisis financieras globales"
(o colapsos de los mercados bursátiles) activadas por los monopolios
súper-concentrados de Wall Street, les sirve a esos mismos monopolios para
comprar acciones y bonos devaluados en los mercados globales apoderándose de
esa manera de los activos y porciones del mercado de las empresas y
grupos financieros perdedores.
Y sin lugar dudas, puede citarse a
Buffett como el ejemplo más emblemático y visible de los grupos financieros
súper-concentrados de Wall Street (los controladores de la Reserva Federal) que
hoy salen en masa a "comprar barato" acciones y los activos de las
empresas y los bancos devaluados por la crisis subprime en EEUU.
En agosto del año pasado, luego del
desenlace de la crisis subprime en los mercados y bolsas, Berkshire, de Warren Buffet,
según The Wall Street Journa, estaba por comprar las acciones
devaluadas del mayor prestamista hipotecario de EEUU, Countrywide Financial Corp.,
cuya quiebra precipitó el "jueves negro" en Wall Street y los mercados globales.
En la segunda semana de febrero
de este año, y como una muestra de que es el inversor financiero más
influyente del mundo Buffett hizo pública su disposición a reasegurar
activos valorados en 800.000 millones de dólares sustentados por aseguradoras
monoline como MBIA o Ambac afectadas por la crisis hipotecaria.
Esto provocó una fuerte suba del
dólar y del euro, y produjo la suba de acciones en Wall Street y las
bolsas europeas, donde, como siempre, los grupos superconcentrados aprovecharon
para "vender caro" en medio de la crisis.
Como ya resumieron muchos estudios
marxistas de las leyes históricas del capitalismo, el sistema
capitalista es una superestructura (económica, militar, política y
social-cultural) asentada sobre una base funcional de
apropiación y concentración de riquezas mediante un proceso de "selección" donde
el pez más grande se come al chico.
En la era de la globalización, la
"regulación darwiniana" del mercado se realiza por medio de las
"burbujas" (periodos expansivos) y las "crisis" (periodos depresivos)
, tras las cuales los grupos más poderosos y diversificados (y con mayor control
político de la economía en los Estados capitalistas centrales)
absorben a los grupos más débiles y continúan con una nueva fase del proceso
de rentabilidad y concentración de riqueza.
Y aunque parezca mentira, y pese a
toda la fachada de "civilización histórica" (cultural y social) con que
se reviste el sistema capitalista, su base funcional en la era de la tecnología
informática y de las comunicaciones globalizadas se sigue manejando con el
primitivo slogan sionista de sus inventores: Comprar barato y vender caro.
Esa es la filosofía real (el punto de
partida del robo "legalizado" de recursos y riquezas de los países) que subyace
debajo de los sistemas jurídicos-políticos-económicos del capitalismo importados
a escala global.
Y pese a las lustrosas teorías
macroeconómicas de mercado que
se enseñan en las universidades del sistema, a la no menos pomposa "terminología
técnica" que legitima culturalmente a la depredación económica-financiera, el
sistema capitalista con su superestructura mitificada como la "única
civilización posible", continúa siendo -como en sus orígenes- un sistema de
robo vulgar controlado por delincuentes vulgares, que ha diferencia de los
delincuentes comunes, no roban gallinas ni bicicletas, sino países y recursos
económicos estratégicos completos.
Y a diferencia de los delincuentes
comunes, los macro-ladrones de la "gran familia sionista" que utilizan al dólar y a la
Reserva Federal como herramientas principales de depredación económica, no
utilizan pistolas sino ejércitos y arsenales nucleares-militares para amedrentar
y dominar a sus víctimas a escala planetaria.
Fuera de ese "detalle", y de ser los
propietarios del poder y de las escalas de prestigio de la "gran civilización
capitalista" (que incluye desde el arte y la cultura hasta la hegemonía
"académica") , los sionistas que controlan el mundo son ladrones
vulgares que -como sus ancestros- siguen comprando barato y vendiendo caro en la
feria.
Y para comprar barato y vender caro,
organizan de tanto en tanto -siguiendo los sabios consejos de uno de sus próceres, Rothschild - guerras por conquistas de nuevos mercados o promueven
"sistemas democráticos" para hacer que la humanidad (incluidos los tres mil
millones de excluidos del "sistema") disfruten del placer de votar y de
sentirse "libres".
Fuera de toda esa puesta en escena
"superestructural" para legitimar el robo a escala global, en su base real, el
sistema capitalista sionista está controlado por delincuentes vulgares, de la
peor ralea humana.
******
(*) Manuel Freytas es periodista, investigador y analista, especialista en inteligencia y comunicación estratégica. Es uno de los autores más referenciados de la red.
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