Informe especial
En un conflicto que envuelve
simultáneamente a EEUU, Turquía e Irak, en medio de una escalada de los precios
del petróleo, las fuerzas turcas comenzaron esta semana una operación militar
en gran escala en el Kurdistán iraquí que por la ferocidad de los
combates y el número de muertos los observadores internacionales ya han
calificado como una "carnicería".
El alto mando militar turco ha
confirmado que su ofensiva terrestre con apoyo aéreo, en el norte de Irak,
ha dejado por el momento un balance de cinco soldados turcos y 44 de rebeldes
muertos entre bombardeos y enfrentamientos directos, según un comunicado
oficial.
"Tenemos entendido, por la información preliminar recibida, que los terroristas
han sufrido pérdidas severas a causa de los ataques aéreos y los disparos
efectuados por armas de largo alcance", según el texto oficial.
Según el documento, al menos 24
rebeldes kurdos han muerto en los combates mientras que otros 20 han perdido la
vida a causa de fuego de artillería y los disparos efectuados desde los
helicópteros de combate turcos.
El jueves 21, unos 10.000 soldados
turcos penetraron varios kilómetros en el país vecino contando con "luz
verde" de EEUU, que fue informado "con antelación" (de acuerdo con lo pactado
por Bush y Erdogan en noviembre pasado), pero no obstante Washington exigió que
Turquía actuara contra "objetivos precisos".
La ONU, por su parte, solicitó a Ankara que detuviera la operación militar, y la Unión Europea pidió que
se evitara cualquier "acción desproporcionada".
El canciller de Irak, el tercer
implicado en el conflicto, Hoshyar Zebari, le advirtió a Turquía que
cualquier escalada de operaciones militares en territorio iraquí podría
desestabilizar la región.
Y no es para menos: La operación
militar turca afecta a una región petrolera clave de Irak (el tercer exportador
mundial) y se teme que impacte negativamente en los precios del petróleo que
esta semana han tocado un techo de US$ 100, 77 el barril, desatando nuevamente
el miedo al fantasma de la recesión en EEUU proyectada al resto del mundo.
Aumentando el clima de tensión, la
prensa turca reveló este sábado que la operación transfronteriza que Turquía
lanzó contra la guerrilla kurda en el norte de Irak podría durar entre dos y
cuatro semanas, una versión que impactó a su vez en la prensa estadounidense
y europea.
En medio de informaciones que
indicaban una profundización del avance de las tropas turcas, un portavoz
del Ministerio de Petróleo de Irak le dijo a la AFP que las exportaciones de
petróleo iraquí hacia el puerto turco de Ceyhan (unos 300.000 barriles diarios)
continúan "normalmente", pese a la operación militar lanzada por el
ejército turco en el norte de Irak.
No obstante ese comunicado oficial
para calmar las "tensiones", la prensa turca
había informado el jueves que hay estado de alerta y movilización de las cámaras
empresariales de la región ante el comienzo de las operaciones militares
turcas en gran escala en el norte de Irak.
El jefe de la Cámara de
Comercio e Industria de Cizre, Adnan Elçi, advirtió que el comercio de petróleo
con la provincia semiautónoma del norte de Irak puede quedar momentáneamente
paralizado si las operaciones continúan y las tropas turcas permanecen en
Irak.
De cualquier manera, y de acuerdo con
la evaluación de analistas en las cadenas y grandes medios norteamericanos, en un escenario mundial cada más complicado, la escalada militar en el
norte de Irak ya se proyecta como un fantasma en los mercados mundiales,
amenazados por la crisis financiera y una recesión mundial anticipada por los
principales organismos internacionales, incluida la Reserva Federal de EEUU.
La CNN y la ABC coinciden en que los
encarnizados combates que se están desarrollando entre las tropas turcas y los
rebeldes kurdos, complican aún más el escenario de tensión internacional,
y pueden, a partir de la semana que se inicia, proyectarse negativamente en los
mercados internacionales temerosos de cualquier oscilación en los precios del
crudo.
La operación militar avalada por el
parlamento cuenta con el apoyo de la opinión pública y del establishment de
poder turco, y sólo ha cosechado el apoyo abierto de Siria en el plano
internacional, que rechaza la creación de un estado independiente kurdo en
Irak.
Washington, la Unión Europea, el
secretario general de la OTAN y prominentes dirigentes iraquíes vienen pidiendo a Turquía que evite una invasión del norte de Irak para evitar los efectos
desestabilizadores en una región petrolera clave que podría proyectarse a todo
el Medio Oriente
A su vez,
planificado ataque turco al
norte iraquí proyecta una bomba de tiempo en el marco de las relaciones
bilaterales Ankara-Washington, que comprenden acuerdos de cooperación militar
estratégicos para EEUU en el escenario de la "guerra contra el terrorismo" y
la ocupación en Irak.
Por Turquía ingresa el 70% del
transporte aéreo de mercancías y logística destinado al ejército estadounidense
en Irak y un 30% del combustible que alimentan sus más de 50 bases militares,
según The Washington Post, quien cita opiniones de altos jefes militares
del Pentágono afirmando que la crisis política en Washington y la crisis
militar en la frontera norte, ponen en riesgo el corredor aéreo con Turquía.
EEUU, el principal aliado de Turquía
(y a la vez del gobierno kurdo), se opone a una acción militar prolongada por
parte de las fuerzas de Ankara, ya que teme que pueda desestabilizar la zona
más pacífica de Irak y posiblemente toda la región (según el Departamento de
Estado norteamericano), posibilitando la intervención en el conflicto de otros
vecinos, como Irán.
Por otra parte, el conflicto ya detonó una crisis
de difícil pronóstico en el gobierno colaboracionista iraquí (formado
mayoritariamente por chiíes y kurdos) y pone a Washington en la alternativa de
tener que tomar posición a favor de uno de sus aliados (Turquía o los kurdos)
rompiendo y desestabilizando la coalición ocupante.
Según The Washington Post,
debido a que el Kurdistán es la única región de Irak que goza de una relativa
"estabilidad" a diferencia de las otras regiones del país sumidas en el caos y
el descontrol, los capitales trasnacionales (incluidos los estadounidenses)
han puesto la mira en el petróleo kurdo, que el gobierno intenta negociar y
comercializar adelantándose a la aprobación de la ley petrolera de Irak.
El gobierno de mayoría chií de
Bagdad, y algunas petroleras estadounidenses que lo acompañan, temen quedar
marginados del reparto en el norte iraquí por la actitud "independentista" de
los kurdos con el petróleo y el gas de su región.
En este escenario, señala el Post, la invasión militar de Turquía rompe la estabilidad del norte petrolero
iraquí y puede poner en llamas la región en desmedro de los objetivos del
gobierno kurdo.
En la prensa norteamericana advertían
este sábado que la oferta de petróleo mundial se verá afectada
si
continúan los operativos militares para cazar rebeldes kurdos en el Kurdistán
iraquí.
En general, las usinas conservadoras de Washington, coinciden
en la apreciación de que un escenario de guerra en el Kurdistán iraquí tendrá
como único gran beneficiario a Irán, que explotará el conflicto y la
división para movilizar la región contra EEUU y Turquía.
Pero en lo inmediato, los temores
están centrados en el impacto que tendría una prolongación en el tiempo de la
ofensiva militar turca en el norte de Irak, sobre el mercado internacional y
los precios del petróleo que ya han traspasado la línea roja de los US$ 100
que los expertos señalan como el punto de partida de una escalada recesiva en
EEUU.
Irak ocupa el tercer lugar mundial
en reservas de petróleo, después de Arabia Saudita e Irán, y algunos de sus
campos petroleros más importantes están en el norte del país, en el Kurdistán,
cerca de la frontera con Turquía.