Citizens United reúne todos
los componentes de la derecha ultraconservadora cristiana (racista, guerrerista
y anti-inmigrante) socia del lobby judío sionista de derecha, se define como una
organización que trabaja "con el fin de devolver el control del gobierno al
pueblo y reafirmar los tradicionales valores estadounidenses".
El grupo representa cabalmente a
los halcones asociados al lobby sionista ultraconservador que controla la Casa
Blanca administrada por Bush, y sus integrantes sienten un particular odio y
desprecio por los "liberales" del lobby sionista demócrata que ha manejado
la Casa Blanca con Clinton, a los que considera como "entreguistas" de los
valores tradicionales del Estado nacional norteamericano.
El líder intelectual del grupo es
el ex presidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich, el más
ferviente y autorizado vocero del ala ultraconservadora republicana y de la
derecha cristiana.
El lobby derecho-cristiano es un
defensor a ultranza del "tradicional modo de vida americano", pero
fundamentalmente de las cruzadas militaristas para imponerlo en el mundo, en las
que se mezclan los negocios del petróleo y de las armas de las cuales sus
consorcios empresariales extraen sus millonarias tasa de rentabilidad.
Con financiación principalmente de
las armamentistas, Citizens United dedica sus esfuerzos a producir
campañas contra las organizaciones y líderes "antiguerra" (controladas por los
demócratas) y contra la inmigración ilegal.
El año pasado, produjo un
documental titulado "Border war" (Guerra en la frontera) que califica a
los inmigrantes indocumentados como “criminales” y promueve sus
persecución en la frontera.
El filme según su realizador, David Bossie, se impuso como meta "despertar la
conciencia nacional", y fue estrenado el 13 de septiembre en
Washington D.C., aunque no tuvo trascendencia masiva como los film "anti-Bush" y
"antimilitaristas" que realiza Michael Moore el propagandista oficial del
lobby sionista liberal demócrata.
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Newt Gingrich, el líder intelectual del grupo ultraconservador Citizens
United. |
Demás está decir que en la actual
campaña para elegir a los candidatos en las presidenciales de noviembre, el
grupo Citizens ya eligió como blancos de sus ataques a Hillary
Clinton y a Hussein Barack Obama, a quienes califica como
"antiamericanos" y defensores de negros e inmigrantes.
Pero los laureles (en contra) se
los lleva Obama por su doble condición de negro y "musulmán".
El grupo ultracoservador Citizens United afirma que ya recaudó un millón de
dólares para iniciar la filmación de una pelicula mostrando "lo peor" de Obama.
"La gente no sabe nada de Obama excepto que habla bien", asegura David Bossie,
el jefe de los Citizens. "Nosotros les vamos a abrir los ojos. Después de
esta película no lo podrán votar ni los de su familia", desafía.
Sus productores aseguran que la
película revelará todo lo que oculta el marketing político de la campaña de
Obama y mostrará los costados más "antiamericanos" de la vida del senador de
Illinois.
Recientemente la organización
estrenó "Hillary, the movie", un filme "que desnuda la verdad sobre lo que
los Clinton quieren que la gente ya no recuerde".
En su hora y media de duración
aparecen dando su opinión los periodistas y legisladores más conservadores de
EEUU. Tachan a la senadora de "socialista europea" y "más viciosa que
Nixon".
También ya produjeron "Celsius 41:11", una respuesta conservadora a
"Fahrenheit 9/11", la película de Michael Moore que critica la política de
Bush tras los atentados de las Torres Gemelas y la Guerra en Irak.
Pero el grupo liderado por Gingrich también persigue a sus enemigos dentro de
las propias filas republicanas.
Al casi seguro candidato
republicano a la presidencia John McCain le acusan de ser "un izquierdista"
por sus posiciones "dialoguistas" y aperturistas dentro del partido. Fue tanta
la presión contra McCain que el propio Bush la semana pasada lo elogió y
lo apoyó en un intento por frenar a los apóstoles ultraconservadores.
En realidad, y como lo resaltan
algunos analistas norteamericanos, por la falta de trascendencia masiva de
sus campañas es más el daño a los propios republicanos que causan los grupos
ultraconservadores como Citizens a quienes la gran prensa norteamericana (aliada
de los demócratas) presenta como ejemplo de "rascismo" e "intolerancia"
del partido de Bush.
De esta manera el "efecto
propagandístico" de Citizen solo se multiplica entre los sectores de la derecha
cristiana y del sionismo conservador, sin conseguir incidencia en la masa
mayoritaria de votantes estadounidenses.
Además, la "propaganda" de
Citizen es "directa" y su procedencia es clara, lo que le resta
efectividad psicológica entre los sectores que no comparten su ideología.
En cambio el "propagandista
encubierto" del sionismo liberal demócrata, Michael Moore, es presentado como un
"productor independiente" y elevado a escala de prestigio de "creador"
por Hollywood y los grandes consorcios mediáticos que hegemonizan el control de
la opinión pública norteamericana y a escala global.
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Michael Moore, propagandista encubierto del
sionismo liberal demócrata. |
Michael Moore, el niño mimado de
las convenciones demócratas, se ha vendido al público durante años como un
miembro de la clase trabajadora, un "izquierdista" radical, uno de ''los de
abajo'' que denuncia las políticas guerreristas de los halcones conservadores, y
que critica y denuncia despiadadamente las invasiones imperiales de Bush.
Eso no impide, como recientemente
demostró una investigación,
que el cineasta posea un extenso portafolio multimillonario administrado por un
oficial de la firma Fleet Financial en el que se incluyen acciones en muchas de
las compañías que Moore ha atacado en público: farmacéuticas como Pfizer y Merck,
HMO's como Pharmacia Corp. y Tenet Healthcare, petroleras como Sunoco y Noble
Energy.
Hollywood, que distribuye
masivamente sus productos cinematográficos lo convirtió en millonario y lo
vistió con la aureola de "productor independiente" enfrentado al sistema.
De esta manera, el "producto
sionista-demócrata" de Moore ingresa sin resistencia al cerebro manipulado de
las grandes mayorías mundiales que han convertido el "anti-Bush" en
bandera de lucha contra el "mal".
Mientras tanto, el sistema
capitalista internacional (inventor del sionismo por "izquierda" y por
"derecha"), con central operativa en Wall Street, tanto con Bush o con los
demócratas en la Casa Blanca, continúa (y continuará) depredando el planeta
y sometiendo pueblos para apoderarse de sus riquezas y recursos naturales.
En definitiva, la propaganda electoral
"ultraconservadora" de Citizens, o la propaganda "ultraprogresista" del gordo Moore, son complementarias:sirven para adornar,
por "derecha" y por "izquierda", el "show democrático" del Imperio sionista que se recicla cada cuatro años en la Casa
Blanca.
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